Esta condición es una de las principales causas de mortalidad en niños, pero se puede prevenir siguiendo estas recomendaciones.
La enfermedad diarréica suele estar asociada a condiciones como intolerancias alimentarias, efectos secundarios de medicamentos, entre otras. Sin embargo, la Enfermedad Diarreica Aguda (EDA), es un trastorno gastrointestinal que se presenta principalmente en niños y que, en su mayoría, tiene un origen infeccioso, especialmente por virus. Según la Organización Mundial de la Salud, es la segunda enfermedad que más muertes genera en menores de cinco años alrededor del mundo, con un promedio de 525 000 decesos cada año.
Lo más alarmante al respecto, es que, según estudios de UNICEF, al menos 394 000 de los casos de muerte por diarrea al año en el mundo se podrían prevenir a través de las prácticas de higiene, prevención y, especialmente, ofreciendo condiciones básicas de calidad de vida relacionadas con la salubridad y el acceso agua potable.
Lamentablemente, según la OMS, en el mundo 780 millones de personas carecen de acceso a agua potable, mientras que 2500 millones no tienen sistemas de saneamiento apropiados. Por lo anterior, las muertes por EDA son más comunes en países en desarrollo y con ingresos bajos, donde el promedio es de tres episodios de diarrea al año en menores de tres años. En el caso de Colombia, según investigaciones realizadas por la Universidad Javeriana, los departamentos con las tasas de mortalidad más altas de EDA en menores de cinco años son Guainía, Chocó, La Guajira y Amazonas.
Todo esto se traduce en una necesidad inmediata de soluciones a largo plazo por parte de los gobiernos locales, que permitan a las personas acceder a factores de vida digna, entre los cuales están las condiciones de saneamiento apropiadas, agua de buena calidad y una dieta alimenticia balanceada, teniendo en cuenta que la diarrea es una causa importante de malnutrición y los niños malnutridos son más propensos a contraer esta enfermedad. Sin embargo, es importante considerar que, independientemente de los factores de riesgo mencionados, cualquier niño y adulto está en riesgo de tener EDA, de ahí la importancia de su identificación, prevención y tratamiento oportuno.
Para la OMS, se define la enfermedad diarreica aguda como la presencia de tres o más deposiciones en 24 horas, con una constancia habitual y una duración menor de 14 días. Sin embargo, para el doctor Ángelo López, pediatra adscrito a Colsanitas, el factor más importante a tener en cuenta al momento de identificar la enfermedad es la consistencia líquida de las heces, más que el número de deposiciones, “las evacuaciones frecuentes de heces formadas no constituyen diarrea. De igual forma, los bebés alimentados exclusivamente con leche materna tienen con más frecuencia deposiciones líquidas o muy blandas, lo que tampoco se debe considerar como diarrea”, afirma. Además de la consistencia y frecuencia de las heces, según el doctor López, hay otros aspectos claves a evaluar si se sospecha de EDA, como “el estado de hidratación, la aparición de sangre en las heces, la presencia o no de vómito, los líquidos y alimentos que ha recibido, su estado de conciencia y si ha recibido medicamentos no formulados por su cuadro diarreico”, explica.
Por este motivo, es clave tener en cuenta algunos aspectos que pueden ser señales de que se requiere atención médica urgente y una posible hospitalización a causa de la EDA como la edad del niño, considerando que es más grave en niños menores de cinco años y lactantes menores de tres meses, la presencia de vómito persistente o que el niño o niña no reciba líquidos o alimentos por vía oral, la aparición de cuatro o más deposiciones en las anteriores 4 a 5 horas, que el niño luzca en mal estado, sangre en las deposiciones, fiebre asociada, estado nutricional deficientes, enfermedades graves asociadas y un estado de deshidratación. Según el doctor Ángelo López, “un menor deshidratado generalmente presenta los siguientes signos: está muy dormido y no puede beber líquidos, ha dejado de orinar en las últimas 4 a 6 horas, sus ojos están hundidos y la piel se ve seca o pastosa”. En caso de cualquiera de estas señales de alarma, es necesario acudir a un centro de atención médica de manera urgente.
Según el doctor López, los aspectos fundamentales en la prevención de la aparición de la enfermedad diarreica aguda, sin importar la edad, son:
- Fomentar la lactancia materna exclusiva los primeros seis meses de vida y complementaria hasta los dos años.
- Garantizar una alimentación saludable, completa, equilibrada, suficiente y adecuada a nivel familiar. Es decir, una alimentación sana.
- Realizar una adecuada manipulación, limpieza y cocción de los alimentos. Conozca más aquí.
- Lavar las manos varias veces al día, especialmente al manipular y cocinar alimentos, después de ir al baño, al llegar a la casa, al verlas visiblemente sucias, antes y después de alimentarse.
- Garantizar esquemas completos de vacunación PAI con énfasis en la vacuna de rotavirus.
- Asistir a las consultas de valoración integral con la periodicidad establecida por los servicios de salud.
- Evitar automedicarse, especialmente con antidiarreicos y antibióticos cuando hay manifestaciones de EDA.
Un especialista de la salud debe dictar el tratamiento adecuado tras una evaluación médica objetiva. “La terapia dirigida a este cuadro suele incluir suplementación con zinc, hidratación oral con líquidos y alimentación adecuada. Además, recomendaciones para el manejo de la diarrea, la detección de signos de alarma como la somnolencia, la inapetencia, la fiebre persistente, las convulsiones,el vómito persistente, la diarrea frecuente y abundante, la sangre de las heces y la falta de orina”, añade el doctor López.
Recuerde que la EDA puede contraerse a cualquier edad, pero son los lactantes y niños menores de cinco años los más propensos a desarrollar la enfermedad y presentar complicaciones graves como la deshidratación, la sepsis y la muerte.
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