El orden genera paz, liviandad; despeja la mente y, por supuesto, el espacio que habitamos. A veces solo se trata de encontrar un método que podamos replicar día a día y que no nos demande mucho tiempo.
Emprender la dispendiosa labor de encontrar un método de organización para aplicarlo en la casa no debe resultar abrumador. Lo más importante es encontrar un sistema de orden que sea sostenible en sus rutinas diarias, en su cotidianidad.
Estos son tres métodos distintos que pueden adaptarse a diferentes personalidades y hogares. Recuerde que el fin último de tener todo en su lugar es darle un cambio positivo a su vida, y con cualquiera de estos tres métodos lo puede lograr.
Método Streamline
La reina del minimalismo, Francine Jay, presenta este método en su libro más popular, Menos es más, en el que expresa que las personas están cansadas de ser “propiedad de sus cosas”. Si usted siente que su casa está llena de objetos que no sirven, que su tiempo se consume en búsquedas interminables de objetos perdidos o que gasta demasiado dinero en cosas que realmente no necesita, este método es su solución. Si está interesado en hacer de su hogar un santuario organizado, eficiente y fácil de limpiar, el Streamline es para usted.
Este método se define en 10 pasos, relacionados con sus 10 letras. La palabra Streamline (traducida al español significa hacer más eficiente) contiene 10 letras, y cada una concreta un paso del método:
S: siempre hay que empezar de nuevo (start over), esto significa que, al acercarse al espacio que se quiera organizar, debe hacerlo como si fuera un espacio nuevo, desconocido, como si se acabara de mudar, para comenzar a organizar de cero, desprendiéndose del sistema anterior de orden fallido.
T: trasto, tesoro o traspaso, así es cómo debe clasificar los objetos de su casa y solo conservará los que considere tesoros.
R: razón de ser de cada objeto. Podríamos vivir con solo una quinta parte de nuestras cosas y no habría ninguna diferencia porque acumulamos muchos objetos a los que no damos uso.
E: en cada lugar una cosa. Aborda la organización coherente de los espacios.
A: apartar todo de las superficies, puesto que mesas, mesones y esquinas parecen un imán para dejar todo tipo de objetos y que todo aparezca desprolijo.
M: módulos para agrupar los objetos.
L: límites, esto se traduce en tener reglas para mantener el orden.
I: intercambio. Consiste en que cada vez que un nuevo objeto entra en su casa, otro similar tiene que irse.
N: no ser permisivo, hay que limpiar y ordenar los espacios.
E: el mantenimiento diario, establecer rutinas y cumplirlas.
Método Flylady
Marla Cilley, organizadora profesional de espacios de Estados Unidos, es la creadora detrás de esta técnica de limpieza. El método FlyLady consiste en crear una serie de rutinas cortas para mantener todo en orden sin tener que dedicar demasiado tiempo a las tareas del hogar. Su propuesta puede ser muy interesante para personas que no cuentan con mucho tiempo. Esto se traduce en dividir el tiempo en labores de 15 minutos para hacerlas más manejables.
Tiene cuatro prácticas concretas
1. Lavaplatos siempre limpio y ordenado: no es necesario hacer limpieza en profundidad todos los días, pero sí dejarlo limpio, vacío (devolver las cosas a su lugar) y seco. Según este método, esta actividad lo motivará a tener más cosas en su casa organizadas y aseadas.
2. Usar zapatos desde temprano: según mi colega, y yo coincido con ella, lo mejor para sentirse motivado para tener un día organizado y productivo es vestirse y ponerse los zapatos en las mañanas. Nada de ir por ahí con pantuflas, chanclas o descalzo. Con este simple acto las personas se sienten listas para sus actividades desde el primer momento del día.
3. Dedicar sólo 15 minutos al día para ordenar un espacio: la clave de Flylady es hacer orden y limpieza en sólo 15 minutos enfocándose en una zona de la casa. Cilley nos anima para hacerlo con cronómetro en mano, para dejar de guardar y limpiar cuando suene la alarma, así nos daremos cuenta de todo lo que podemos lograr en corto tiempo. De acuerdo con Marla, “nuestras casas no se han ensuciado o desordenado en un solo día, por tanto, no podemos hacer que estén limpias y organizadas en un solo día (…) pero seamos realistas, si tienes una cocina enorme no la vas a limpiar entera, dividela por zonas y ataca una cada día”.
4. Establecer unas rutinas: se propone dividir el día en tres secciones: rutinas de mañana, rutinas de tarde y rutinas de noche. Este es un punto clave dentro del método FlyLady, pues al convertir una acción en rutina, luego se logrará de forma natural. Sin embargo, para que esto sea realidad se debe hacer un cronograma de actividades y repetirlo constantemente y en el mismo momento del día. Por ejemplo, tender la cama después de vestirse, lavar los platos del desayuno en cuanto terminen de comer, devolver las cosas a su lugar una vez las deje de usar, entre otros.
Las cinco S japonesas
Desde hace más de 60 años este método ha conquistado los procesos de mejoramiento continuo del ambiente corporativo, desarrollado por Eili Toyoda para el sistema de producción de la empresa Toyota, con la meta de lograr lugares de trabajo más organizados y limpios de manera permanente y con esto mejorar la productividad y la calidad de vida laboral. Por supuesto, puede replicarse en casa.
Este método se llama así porque cada etapa de su implementación está asociada con una palabra en japonés que comienza por la letra S. Las 5S son:
- SEIRI: que significa clasificar, incluyendo depurar.
- SEITON: entendido como ordenar y organizar.
- SEISO: relacionado con limpiar los espacios con la meta de que, a corto plazo, no se ensucien y permanezcan limpias siempre. Es decir, establecer reglas para esos espacios, por ejemplo, no comer en ellos o no dejar líquidos o productos que puedan ensuciarlo.
- SEIKETSU: crear estándares y reglas de orden.
- SHITSUKE: hace referencia a la constancia para mantener el orden.
Siguiendo estas simples acciones, principalmente la de hacerlo de forma constante, su casa estará siempre depurada y con todo en su lugar. Este método es efectivo, la experiencia y su trayectoria lo comprueban y puede utilizarlo poco a poco en diferentes espacios de la casa.
Recuerde: pruebe el que más le guste y tenga presente que esto es un proceso, su casa va a ir transformándose con disciplina y rutinas frecuentes, aplicando los pasos del método que más le gustó. No espere nada mágico ni despertar con hábitos incluidos en su cuerpo por ósmosis. Crear rutinas, cumplirlas y hacerlas efectivas toma tiempo. Tenga paciencia, pero sea constante y verá los resultados. La recompensa será una vida más feliz llena de bienestar.
- Este artículo hace parte de la edición 187 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
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