Después de los terremotos de magnitudes 7,8 y 7,5 que sacudieron a Turquía y Siria, y otros países el 6 de febrero, siguen presentándose sismos que mantienen la alerta en el país. ¿Es posible saber hasta cuándo seguirán los temblores? ¿Qué significan las réplicas? Consultamos a una experta para entender mejor estos movimientos de la Tierra.
Las búsquedas de personas atrapadas bajo las construcciones que se han derrumbado en Turquía y Siria no paran. Después de los violentos terremotos del 6 de febrero, de magnitud 7,8 y 7,5, llegaron las réplicas. El lunes 20 de febrero la tierra volvió a temblar y un sismo de magnitud 6,3 golpeó de nuevo esta región de Oriente Medio, derribando estructuras que habían quedado en pie pero frágiles.
Es imposible predecir los siguientes movimientos de la Tierra o la frecuencia con la que seguirá temblando en Siria y Turquía, pero es importante entender el origen de los movimientos terrestres. Mónica Arcila es Coordinadora del grupo de evaluación de la amenaza y riesgo sísmico del Servicio Geológico Colombiano y al preguntarle por la razón del terremoto, y especialmente de las réplicas, afirma que debe empezar por explicar la composición de nuestro planeta. “La Tierra está conformada por el núcleo, el manto y la corteza. Podemos compararla con un huevo. El núcleo puede ser la yema, luego está la clara, más viscosa que sería el manto, y finalmente una cáscara frágil que se rompe con facilidad que sería la corteza terrestre”.
Esta última está fragmentada en una serie de bloques (placas tectónicas) y muchos fragmentos; su movimiento sobre ese material viscoso da origen a tres tipos de límites:
- Bordes divergentes o bordes constructivos: las placas se están separando a lo largo de las dorsales oceánicas, lo que permite el ascenso de material desde el manto para formar nueva corteza oceánica. Como la tierra es un volumen finito, si se crea nuevo material entonces en otro lugar debe destruirse. Por eso hay fragmentos que se están moviendo en direcciones opuestas y se están chocando con las que vienen viajando en el otro sentido.
- Bordes convergentes o bordes destructivos: donde las placas que se desplazan en direcciones opuestas chocan, provocando el descenso de la placa oceánica más densa, bajo los continentes, en lo que se conoce como zonas de subducción (hundimiento de una placa bajo el borde de otra placa). En el pacífico colombiano se presenta este proceso, la placa de Nazca se desliza bajo Suramérica. Los bordes convergentes también se dan por el choque de bloques continentales para crear sistemas montañosos, por ejemplo los Himalayas. De manera general estos bordes convergentes concentran la mayor actividad sísmica, el vulcanismo, grandes cadenas de montañas y depósitos minerales importantes.
- Bordes de falla transformantes o pasivos: en estos lugares las placas se desplazan lateralmente una respecto a la otra, sin producción o destrucción de corteza. Un ejemplo de este tipo de borde es la falla de San Andrés, en California, Estados Unidos, donde están en contacto las placas del Pacífico y Norteamérica y se desplazan en sentidos opuestos.
En el caso de Siria y Turquía, la región se encuentra en una interacción compleja entre las placas Africana, Arábiga y Euroasiática, y un bloque tectónico más pequeño (Anatolia), desplazándose en diferentes direcciones. El 6 de febrero los dos grandes terremotos se produjeron por movimientos laterales en dos segmentos diferentes de la falla de Anatolia, el primero, de magnitud 7,8 en el segmento oriental, y el segundo de magnitud 7,5 en el segmento norte.
Después de grandes terremotos, como consecuencia de la liberación súbita de las presiones acumuladas a lo largo de los límites de placas o en las fallas geológicas, se sigue registrando sismos mientras la región epicentral (donde se rompieron las fallas) se reacomoda y encuentra un nuevo equilibrio. Por eso se registran réplicas durante varios meses, “vamos a tener réplicas durante un buen tiempo, algunas de mayor magnitud sobre todo en los primeros días, pues el área involucrada fue grande. Durante algunas semanas seguirán los movimientos, y después se harán menos fuertes hasta que desaparece la secuencia de réplicas”, explica Mónica Arcila.
La vulnerabilidad de las construcciones en Siria y Turquía ha hecho que el desastre sea mayor. Se han derrumbado edificios que no eran tan antiguos y esto se debe, en gran parte, a malas prácticas de construcción. Por eso es muy importante recalcar que ante un terremoto de tal magnitud, las personas no pueden mantenerse en construcciones que han quedado medianamente en pie, pues llegarán las réplicas.
“Recordemos el último terremoto fuerte que afectó a Colombia, el del Eje Cafetero en 1999. El sismo fue a la una de la tarde y cuatro horas después llegó una réplica grande y en ese momento algunas personas fallecieron porque estaban intentando rescatar artículos de sus casas”, explica la experta.
*Bienestar Colsanitas.
Dejar un comentario