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laxantes

¿Cómo actúan los laxantes?

A simple vista, ayudan a combatir el estreñimiento, pero su uso indiscriminado puede poner en riesgo la salud intestinal. Aquí lo que necesita saber sobre ellos.

Los laxantes son sustancias diseñadas para promover la evacuación intestinal, mejorando la cantidad, la calidad y la frecuencia del bolo fecal,  producto de la defecación, que tiene como destino final la ampolla rectal y que, debido a múltiples causas, se puede ver alterada, provocando estreñimiento.

Disponibles en tabletas, líquidos o supositorios, los laxantes “van dirigidos a un área específica del proceso de la digestión y la deposición, mejorando la cantidad, la calidad, la absorción de agua y la motilidad del colon”, dice la doctora Andrea Velásquez, gastroenteróloga adscrita a Colsanitas. Su clasificación se hace según su mecanismo de acción.

Laxantes estimulantes. Aceleran las contracciones intestinales con estímulos en las paredes del intestino grueso y el colon.
Laxantes formadores de volumen. Contienen sustancias como el psyllium (fibra soluble en agua) que absorbe el agua y aumenta el volumen de las heces mientras las ablanda. 
Enemas laxantes. Por medio de soluciones salinas, aceites minerales o componentes estimulantes hidratan y ablandan las heces.
Laxantes osmóticos. Provocan retención de agua, esencial para ablandar las heces con polímeros o azúcares no absorbibles que atraen el agua hacia el interior del intestino.
Laxantes lubricantes. Recubren las heces y los intestinos, reduciendo la fricción. Esto facilita la expulsión de las heces mientras disminuye la necesidad de esfuerzo durante la evacuación.
Supositorios de glicerina. Se insertan en el recto para que la glicerina, un líquido incoloro e inodoro, ablande las heces.

Los laxantes son sustancias diseñadas para promover la evacuación intestinal, mejorando la En EE.UU., la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha advertido el potencial peligro de consumir laxantes de venta libre cuando hay ciertas enfermedades coexistentes.

No use laxantes sin prescripción médica

Adquirir laxantes en el mercado es relativamente fácil. Ya sea como suplementos, gomas digestivas o bajo distintos nombres, muchas marcas los ofrecen como productos de venta libre, como si fueran inofensivos. Sin embargo, pertenecen al grupo de formadores de volumen con fibras, como el psyllium, la metilcelulosa y otras que alteran el bolo fecal y son consumidos sin una supervisión adecuada. 

“Independientemente del uso, deben tener una prescripción médica porque, aunque proporcionan un alivio inmediato, su uso prolongado e inapropiado puede provocar efectos adversos, pues están en distintos grupos y existen escenarios en los que el paciente no responde al fármaco porque las causas del estreñimiento son múltiples y requieren ser estudiadas”, explica la doctora Velásquez.

Los efectos adversos que, por lo general, están asociados al mal uso de los laxantes son hinchazón, náuseas, vómito, diarrea, dolor abdominal, deshidratación o efectos cardiovasculares como arritmias. Esto puede variar dependiendo del medicamento utilizado.

“Por ejemplo, un mal uso de los laxantes osmóticos puede alterar la función renal y la secreción de magnesio o puede desarrollar consecuencias más graves como la diarrea crónica, fluctuaciones importantes en los niveles de electrolitos en la sangre y fallas renales”, dice la doctora Velásquez.

En EE.UU., la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha advertido el potencial peligro de consumir laxantes de venta libre cuando hay ciertas enfermedades coexistentes o cuando no se atiende la información de las etiquetas. La FDA recomienda evitar consumir estos productos en casos de insuficiencia renal, problemas cardíacos o deshidratación, así como no suministrarlos a niños. “Los adultos mayores de 55 años, así como los niños y adultos que padecen ciertas enfermedades, pueden correr un mayor riesgo de sufrir efectos secundarios perjudiciales”, menciona la organización

Estas advertencias deben ser atendidas, especialmente, por quienes sufren  inflamación del colon o están tomando medicamentos que afectan el funcionamiento de los riñones, como los diuréticos; las medicinas para reducir la presión arterial, las cardiopatías o la insuficiencia renal o los antiinflamatorios como el ibuprofeno.

Los laxantes son sustancias diseñadas para promover la evacuación intestinal, mejorando la cantidad, la calidad y la frecuencia del bolo fecal.

El estreñimiento no solo se trata con laxantes

Existen distintas condiciones que afectan el intestino, como el estreñimiento crónico, por inercia colónica, el síndrome de intestino irritable con predominio de estreñimiento, el estreñimiento asociado a opioides, la disinergia defecatoria y otros que necesitan un estudio individual por parte del especialista. Por eso, la recomendación siempre es acudir al especialista antes de autodiagnosticarse.

Si ha notado cambios en el tiempo que tarda en defecar o ve transformaciones en sus heces, lo primero que puede hacer, según la doctora Velásquez, es garantizar el cambio en los hábitos alimenticios, introduciendo la ingesta de alimentos ricos en fibra y agua y suspendiendo los procesados y los azúcares, que impactan la microbiota intestinal. También se recomienda hacer actividad física a diario.

Ante un escenario de alteración de la deposición durante cuatro días, o un cambio en la forma de las heces (que se asemejen a bolas), consulte a un médico lo antes posible para poder enfocar un tratamiento adecuado.

- Este artículo hace parte de la edición 191 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

Catalina Porras Suárez

Periodista enfocada en la línea de bienestar y de salud mental. Disfruta conocer y escribir nuevas historias. La realización audiovisual, el cine y la función social del periodismo están dentro de sus intereses.