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Bienestar Colsanitas

¿Flacos con sobrepeso?

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El sobrepeso depende del porcentaje de grasa presente en el cuerpo. Es por esto que una persona delgada puede presentar problemas de salud asociados a esta afección.

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Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el sobrepeso y la obesidad han alcanzado proporciones epidémicas en el mundo. La tasa de obesidad prácticamente se ha triplicado desde 1975, afectando a niños y adolescentes casi cinco veces más. Ante la evidencia científica del vínculo entre la obesidad y enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión y enfermedades cardiacas y cardiovasculares, la estrategia preventiva de la salud pública en muchos países se ha enfocado en enseñar la importancia de mantener un peso adecuado.

Hoy en día se sabe que la obesidad es un factor de riesgo importante en la aparición de enfermedades no transmisibles como varios tipos de cáncer, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares (que fueron la principal causa de muertes en 2012) y los trastornos del aparato locomotor (en especial la osteoartritis), así como del síndrome metabólico.  

¿A qué se debe el aumento de la población con sobrepeso?

La OMS atribuye este aumento a distintos cambios en el estilo de vida que han resultado en sedentarismo y mayor consumo de alimentos ricos en calorías. Sin embargo, aunque cuidar nuestro peso es importante, hoy en día sabemos que el peso adecuado no es por sí solo un indicador de salud general. “Además del peso hay otros indicadores bioquímicos a tener en cuenta a la hora de valorar nuestro estado nutricional”, explica la nutricionista dietista adscrita a Colsanitas Maria Isabel Lopera. 

¿El peso es un indicador de salud?

En la medicina, el peso ideal se entiende como aquel que permite un estado de salud óptimo y la mayor calidad de vida posible. El concepto de “peso corporal” se refiere al peso de todo el cuerpo, incluidos los huesos, los órganos, la piel, el agua, el tejido adiposo y los músculos. Sin embargo, como explica la doctora Lopera, el problema con el sobrepeso radica en el exceso de grasa almacenada en el cuerpo, “cuando esta sobrepasa los niveles adecuados empieza a desencadenar problemas en el organismo. Como un pulpo que va desarrollando varias patas de enfermedades que comienzan a colapsar los sistemas del cuerpo”.

La grasa en el cuerpo se puede medir de varias formas. Por medio de la medición de pliegues cutáneos en distintas partes del cuerpo con un instrumento llamado adipómetro, y también mediante el uso de  básculas especializadas. Generalmente, se considera que un rango del 26 al 31 % de grasa corporal está dentro de lo normal y que por encima del 31 % puede empezar a aumentar el riesgo de enfermedades asociadas a la obesidad. 

“Por eso decimos que una persona puede estar en un peso que se considera adecuado y aún así tener sobrepeso, por la cantidad de porcentaje de grasa presente en el cuerpo”, explica la nutricionista María Isabel Lopera. Esto significa que una persona puede tener riesgo de desarrollar problemas asociados a la gordura, aún cuando su peso no es alarmante.

¿Un peso adecuado refleja una nutrición saludable?

Además del peso existe una serie de indicadores necesarios para conocer nuestro estado nutricional. Algunos de los más reveladores son: el nivel de los triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en la sangre; el nivel del colesterol HDL, conocido como colesterol “bueno” porque ayuda a limpiar las arterias; la presión arterial; el nivel de azúcar en la sangre en ayunas; y la cantidad de grasa abdominal. 

Cuando una persona tiene varios de estos indicadores fuera del rango saludable se diagnostica el síndrome metabólico, que determina un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cánceres. Un signo de que la persona puede tener este síndrome es el perímetro de su cintura, cuando sobrepasa los 80 centímetros en las mujeres y los 90 centímetros en los hombres.

Sin embargo, las personas delgadas no están exentas de tener este síndrome. De acuerdo con datos publicados en la revista Nutrición y Vida de la Universidad de Chile, se calcula que una de cada diez personas con peso “normal”, según su índice de masa corporal, pueden sufrirlo. Esto se debe a que estas personas pueden tener un exceso de grasa visceral, que se encuentra dentro del tórax y abdomen rodeando los órganos. 

¿Existen otros indicadores de salud asociados a la nutrición?

Otros indicadores bioquímicos son los micronutrientes presentes en el organismo. De acuerdo con la doctora Maria Isabel Lopera, es importante observar el nivel de vitaminas como la D y las del complejo B, así como el estado de nuestras defensas, los depósitos de hierro y el nivel de la prealbúmina.

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La prealbúmina es una proteína producida por el hígado que ayuda a transportar las hormonas tiroideas y la vitamina A, así como regular la manera en que el cuerpo usa la energía. Unos niveles de prealbúmina más bajos de lo normal indican desnutrición, lo que significa que el cuerpo no está recibiendo las calorías, vitaminas y minerales necesarios para su correcto funcionamiento. 

“Las personas con sobrepeso también pueden sufrir de malnutrición”, explica la nutricionista Lopera. Pues “el sobrepeso es un indicador de que se está comiendo en exceso un tipo de alimentos; también puede significar insuficiencia de otros alimentos y nutrientes necesarios”. 

¿La buena alimentación puede ser más poderosa que la genética?

Estudios han demostrado que los hábitos alimenticios pueden influir en la manifestación de nuestras tendencias genéticas. Un estudio publicado en la revista Plos Medicine, demostró que el riesgo de problemas coronarios asociados a un gen específico aparecía modificado por una dieta rica en frutas y verduras. Lo que muestra el poder de los hábitos saludables.

“Puede que haya personas que coman mucho y mal y no se les note en el peso, ni en sus indicadores bioquímicos, pero con la edad los malos hábitos les van a pasar factura y con el tiempo se va a ver el impacto”, explica la doctora Lopera. De igual forma, puede haber personas con sobrepeso y obesidad que tengan indicadores bioquímicos en rangos saludables. Pero si no bajan de peso, con el tiempo pueden desarrollar problemas como resistencia a la insulina, diabetes, e hipertensión. 

Según la doctora Lopera, una alimentación saludable es aquella que tiene variedad de todos los grupos alimenticios, se consume en cantidades adecuadas, e incluye proteínas y carbohidratos de acuerdo a las necesidades de cada persona, dependiendo de su actividad, su edad, su estado de salud y si es hombre o mujer. 

Recomendaciones

Además de cuidar la cantidad de calorías ingeridas, es importante vigilar la calidad de los alimentos que comemos. Por un lado, evitar a toda costa las grasas trans y los productos ultraprocesados, y por otro, consumir grasas “buenas” como el aceite de oliva, de aguacate, de ajonjolí, y el omega 3 presente en el pescado. También es recomendable evitar las harinas blancas y los azúcares, además de incluir en nuestra dieta cereales y nueces. 

La actividad física es fundamental, pues “constituye una gran parte del mantenimiento de la salud”, explica Lopera. La recomendación general es hacerlo durante al menos 150 minutos a la semana. De hecho, según la publicación Nutrición y Vida de la Universidad de Chile, un obeso activo físicamente puede tener menor riesgo cardiovascular que un flaco sedentario. Lo que significa que el sedentarismo, y no solo el peso, puede aumentar el riesgo de enfermedad.

Los expertos también recomiendan consultar a un nutricionista y hacerse exámenes regularmente.

 

*Periodista independiente. Colaboradora frecuente de Bienestar Colsanitas.

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