En Colombia, el aumento de los casos de VIH no responde a una nueva pandemia, sino entre diversos factores a un mejor acceso al diagnóstico. Sin embargo, la desinformación, los mitos sobre su transmisión, la baja prevención y los recortes en salud pública siguen siendo obstáculos para enfrentar el virus con eficacia.
Las redes sociales se han convertido en espacios fértiles para la difusión de desinformación. Lo preocupante no es solo la falta de veracidad en lo que se publica, sino el impacto negativo que puede generar, ya que muchas veces estos contenidos alimentan la discriminación y la segregación.
Un ejemplo reciente de esta problemática fue la circulación de una noticia falsa sobre una supuesta pandemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en Colombia. El informe reciente de la Cuenta de Alto Costo Situación del VIH en Colombia 2024 reveló un aumento del 12,42 % en los casos prevalentes de VIH entre 2023 y 2024, pasando de 165.405 a 185.954. Esta cifra fue descontextualizada por algunos usuarios y páginas en redes sociales, que comenzaron a hablar de una supuesta “pandemia de VIH” en el país. El contenido, difundido principalmente en plataformas como Facebook y X, se replicó rápidamente. Además de generar miedo injustificado, fue aprovechado para crear piezas digitales que, bajo una apariencia de comedia ligera, terminan estigmatizando a las personas que viven con VIH y reforzando prejuicios alrededor del virus.
Para Laura Victoria Mejía Moncada, médica epidemióloga con maestría en VIH e integrante de la Asociación Colombiana de Infectología, la mejor forma de contrarrestar la desinformación es consultar fuentes confiables como el Ministerio de Salud o el Instituto Nacional de Salud. También destaca la importancia de la educación como herramienta clave para desmontar estigmas y contrastar los contenidos que circulan en redes.

Las estadísticas sobre el VIH en Colombia
El aumento de los casos prevalentes de VIH no puede solo ser resultado de la transmisión del virus sino producto de la mejora en el acceso a su diagnóstico y tratamiento. Según la doctora Mejía, el aumento en las cifras está relacionado con la facilidad con la que las personas solicitan pruebas en consulta médica. “Es más frecuente y normal que una persona solicite al médico que le realice la prueba del VIH que de otras infecciones como sífilis, herpes, hepatitis y clamidia”, explica. Además, destaca el papel fundamental de las organizaciones no gubernamentales, que han impulsado la detección temprana al realizar pruebas rápidas en espacios públicos y lugares de encuentro sexual como bares, saunas o servicios de webcam.
El aumento en los casos reportados de VIH en Colombia no puede atribuirse únicamente a una mayor transmisión del virus, pues responde a una mejora en el acceso al diagnóstico y tratamiento, lo que ha permitido detectar más casos de forma oportuna.
Pese al aumento en la prevalencia, el informe de la Cuenta de Alto Costo también revela una disminución del 0,78 % en los nuevos casos de VIH en Colombia, con 14.555 diagnósticos en 2024. Esta reducción, de acuerdo con la doctora Mejía, podría atribuirse a los esfuerzos preventivos, entre ellos la mejora de acceso a programas como la profilaxis preexposición (PrEP) y la profilaxis posexposición (PEP). La estrategia PrEP permite a las personas con mayor riesgo tomar medicamentos para reducir la probabilidad de adquirir el virus, mientras que la PEP puede evitar la infección si se administra dentro de las 72 horas posteriores a una exposición de riesgo.

Recortes en salud global: un retroceso en la respuesta al VIH
A nivel global, una noticia que sí debería generar preocupación es el retiro del apoyo económico de Estados Unidos a las campañas de prevención y tratamiento del VIH y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA). Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, ha advertido que este déficit financiero podría revertir décadas de avances y provocar un aumento alarmante en las infecciones y muertes asociadas al SIDA.
En varias regiones, los recortes ya han obligado al cierre de centros de atención, lo que limita el acceso a tratamientos antirretrovirales y pone en riesgo a millones de personas que dependen de estos servicios para mantenerse saludables.
La crisis financiera impacta especialmente a las poblaciones más vulnerables, entre ellas las mujeres jóvenes. En África, que concentra el 53 % de la carga mundial del VIH, el cierre de centros de acogida ha tenido consecuencias devastadoras. Según Byanyima, más del 60 % de las nuevas infecciones en jóvenes africanos se presentan en niñas y mujeres, una población que depende en gran medida de los programas de prevención y servicios de apoyo comunitario.
Mitos y realidades sobre la transmisión del VIH
Uno de los principales obstáculos para prevenir el VIH es la persistencia de mitos y falsas creencias en torno a su transmisión. La desinformación no solo alimenta temores infundados, sino que también perpetúa el estigma social hacia las personas que viven con el virus.
Es clave recordar que el VIH solo se transmite por tres vías específicas:
- Vía sexual, a través de relaciones vaginales, anales u orales sin protección.
- Vía sanguínea, por el uso compartido de agujas, transfusiones sin control adecuado o trasplantes de órganos infectados.
- Transmisión vertical, cuando una madre con VIH transmite el virus a su hijo durante el embarazo, el parto o la lactancia materna.
El condón es el método más eficaz y científicamente comprobado para prevenir la transmisión del VIH entre personas sexualmente activas. Sin embargo, la adherencia a su uso sigue siendo baja. Según la Encuesta de Pulso Social del DANE, en marzo de 2023, el 39,9 % de la población colombiana no utilizó ningún método para prevenir el embarazo o las infecciones de transmisión sexual. Solo el 8,8 % de los encuestados afirmó haber usado condón durante ese periodo, lo que evidencia la necesidad urgente de fortalecer las campañas de educación sexual y prevención.

La doctora Mejía resalta la importancia de reforzar la educación sobre el uso del preservativo y ampliar las campañas informativas para promover su implementación. “El gobierno debe usar los medios masivos para transmitir y difundir el mensaje”, señala. Esta estrategia podría contribuir a normalizar el uso del condón como parte de la responsabilidad en la salud sexual y reducir el impacto de los mitos que todavía rodean su empleo.
También es clave recordar que el VIH solo representa un riesgo mortal si no se trata. Como explicó el infectólogo y especialista en VIH Carlos Álvarez, médico adscrito a Colsanitas, en el artículo Mitos y realidades del VIH, si las personas tienen acceso al tratamiento, el virus se comporta como una enfermedad crónica manejable. Sin embargo, en algunas regiones del país, la atención sigue siendo deficiente y, debido a la estigmatización que rodea el virus, muchos pacientes con VIH no exigen el tratamiento que necesitan.
Combatir la desinformación y los mitos sobre el VIH exige transformar percepciones profundamente arraigadas. Mientras el desconocimiento siga alimentando el miedo y el rechazo, los prejuicios seguirán afectando a quienes viven con el virus. Acceder a información confiable permite tomar decisiones responsables, mejorar la prevención y promover una convivencia más respetuosa. No se trata solo de conocer cifras, sino de cambiar la forma en que la sociedad entiende el VIH: desde el estigma hacia una visión informada, empática y basada en la evidencia.



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