De la mano del doctor Edmundo Castello, urólogo de la Clínica Reina Sofía, respondemos algunas de las preguntas más frecuentes relacionadas con el cuidado de esta glándula.
¿Qué es la próstata?
Es una glándula exclusiva de los hombres que está situada alrededor de la uretra y debajo del cuello de la vejiga. Su función es producir líquido prostático y proveer las condiciones adecuadas para la activación y preservación del semen. El líquido prostático se encarga de suministrar nutrientes y sustancias que mantienen la vitalidad de los espermatozoides del semen, el cual está almacenado en las vesículas seminales, justo detrás de la próstata.
De tal manera que la función de la próstata está relacionada exclusivamente con la reproducción. Esto quiere decir que no cumple funciones conectadas con el rendimiento sexual o con el mecanismo de eliminación de la orina; no obstante, cuando la próstata crece, puede afectar dicho mecanismo, como se verá más adelante.
¿Es normal que la próstata crezca o cambie de tamaño?
El tamaño de la próstata se mantiene estable desde la adolescencia hasta los 40 o 45 años. Después comienza a crecer de manera natural en todos los hombres, sin que esto signifique la aparición de molestias o inconvenientes en el total de la población. Dicho esto, el tamaño habitual de la próstata es parecido al de un limón pequeño y puede crecer hasta el tamaño de una naranja grande; de ahí la importancia de un chequeo anual para controlar los efectos de tal crecimiento.
Es importante mencionar que la próstata está presente desde la infancia, tiempo en el cual es un órgano sumamente pequeño, y crece hasta alcanzar su tamaño habitual a partir de la pubertad y la adolescencia gracias el incremento hormonal de esa etapa de la vida.
¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes de la próstata?
Existen tres enfermedades principales que pueden afectar este órgano:
- Prostatitis: se presenta como una infección o una inflamación de la próstata. Hay prostatitis aguda cuando hablamos de una infección causada por determinados gérmenes o bacterias, y prostatitis crónica cuando hablamos de una inflamación con o sin presencia de infección. La aguda desaparece rápidamente después del tratamiento contra la infección, mientras que la crónica implica un tratamiento más largo que varía de acuerdo a cada caso. Las causas más frecuentes de infección son las bacterias de transmisión sexual, como la de la gonorrea o la de la clamidia, o las bacterias provenientes del tracto urinario, como la Escherichia coli. Los síntomas de la prostatitis suelen ser ardor, dificultad para orinar, dolor en el periné y, eventualmente, dolores irradiados al área de los testículos, del pubis o del pene.
- Hiperplasia prostática: hace referencia al crecimiento de la próstata. A pesar de que no se conocen factores externos de riesgo que propicien ese crecimiento, se sugiere que puede haber familias con tendencia a este (aunque no se trata de una enfermedad hereditaria, estrictamente hablando). Los síntomas de la hiperplasia prostática son de carácter obstructivo e irritativo sobre la función urinaria. A este grupo de síntomas se le conoce como prostatismo y hace referencia a la disminución del caudal o chorro urinario, al aumento en la frecuencia de la orina, a la necesidad de orinar varias veces durante la noche, a la urgencia urinaria, al esfuerzo al orinar, a la incontinencia o fuga de la orina, a la sensación de vaciado incompleto y a la micción en más de una etapa. Finalmente, algunos de los otros síntomas menos frecuentes a causa de una complicación de la hiperplasia prostática son el sangrado urinario y los cálculos en la vejiga.
- Cáncer de próstata: actualmente, como sucede con la mayoría de tipos de cáncer, no se conocen las causas exactas para la aparición del cáncer de próstata. Sin embargo, el doctor Castello señala que es posible hablar de algunos factores de riesgo que vale la pena tener en cuenta: “los hombres con antecedentes familiares son más propensos a padecerlo; los hombres con obesidad o que llevan dietas ricas en grasas, carnes, lácteos y carbohidratos también son más vulnerables; y, según las estadísticas a nivel mundial, los hombres de raza negra tienen una probabilidad de casi el doble respecto al resto de la población de desarrollarlo, así como los hombres de raza oriental tienen una probabilidad de casi el doble de no desarrollarlo”. El cáncer de próstata puede coexistir con la hiperplasia prostática, de tal manera que los síntomas suelen ser los del prostatismo, además de sangrado en la orina o en el semen. De ahí la importancia de los chequeos anuales mediante el tacto rectal y el antígeno prostático a partir de los 45 o 50 años.
LA CIFRA
El tamaño de la próstata se mantiene estable desde la adolescencia hasta los 40 o 45 años.
¿Cómo detectar las enfermedades de la próstata?
- La hiperplasia prostática o crecimiento de la próstata puede determinarse mediante tacto rectal o imágenes diagnósticas.
- El cáncer de próstata se puede detectar mediante la medición del antígeno prostático.
- El antígeno prostático es una proteína que se produce en la próstata y cuya función es participar en la licuefacción del semen, evitando que se coagule. No obstante, esta proteína se puede medir en la sangre para determinar la probabilidad de presencia de cáncer de próstata cuando el resultado es elevado. En dicho caso, es necesario realizar exámenes adicionales para confirmar o descartar el diagnóstico, ya que el resultado podría arrojar un falso positivo.
¿Cuándo debería comenzar los controles de próstata?
En pacientes que no tengan antecedentes familiares, el chequeo se realiza anualmente a partir de los 50 años mediante tacto rectal y antígeno prostático. En pacientes con factores de riesgo, se realiza anualmente a partir de los 40 años mediante tacto rectal y antígeno prostático. Antes de los 40 años es necesario acudir con un especialista únicamente cuando se presenten algunos de los síntomas mencionados anteriormente.
Además del control médico, ¿existen otras medidas no farmacológicas para cuidar la próstata?
Lo mejor para cuidar la próstata es llevar un estilo de vida saludable. Esto significa hacer ejercicio con moderación y llevar una dieta baja en lácteos, carbohidratos y carnes rojas, pero rica en verduras, soya (sea en salsa o en pepa) y licopeno (abundante en tomates cocinados, sandía, papaya y zanahoria).
¿Cuál es el tratamiento para el cáncer de próstata?
1. Cirugía radical: mediante la cirugía se extrae la totalidad de la próstata, las vesículas seminales y, con frecuencia, algunos ganglios linfáticos pélvicos. Este procedimiento también se conoce como prostatectomía radical. La principal consecuencia de este tipo de cirugía es la pérdida de la eyaculación y, por tanto de la capacidad de procrear. Después de esto, puede haber consecuencias eventuales como la incontinencia urinaria y la disfunción eréctil.
2. Terapias focales: recientemente se han desarrollado terapias que permiten focalizar el tratamiento en el área afectada. Hay múltiples formas de realizar dichas terapias y depende de cada caso particular. El pronóstico del cáncer de próstata depende de qué tan agresivo sea el cáncer cuando se detecta, de qué tan temprano se realiza la detección y de qué tan efectivo es el tratamiento implementado.
Este artículo hace parte de la edición 185 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa en este enlace: https://www.bienestarcolsanitas.com/images/PDF%20ED/Bienestar185.pdf
*Bienestar Colsanitas.
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