Sucede con mucha frecuencia que el escritorio o la zona de estudio de un niño se convierte en un espacio que lo alberga todo menos lo que corresponde a esta área. Ordenar este espacio puede incentivar a los niños a la creatividad, el arte y la concentración.
Un lugar para estudiar, trabajar o concentrarse no puede tener caos o demasiado objetos. Mucho menos si se trata del lugar donde un niño debe hacer tareas. El escritorio o mesa de trabajo debe tener la condiciones ideales para que un niño se enfoque y se sienta independiente, que las cosas estén al alcance de él.
Según educadora María Montessori,creadora del método de educación Montessori, fomentar el orden en el ambiente de los niños con un entorno bien estructurado y coherente es de vital importancia para su crecimiento pues aumenta y fortalece su autonomía, sentido de pertenencia, seguridad y su capacidad de interactuar con el mundo que lo rodea.
Es por eso que reunimos algunos consejos que harán de este espacio un lugar funcional y práctico donde reine el orden, la armonía y el bienestar adecuado para el desarrollo cognitivo de los niños.

1. Espacio definido: Es clave asignar un lugar fijo para el estudio de los niños, así ellos crearán una rutina exacta y se podrán concentrar con más facilidad. Procure que este espacio esté lejos de distracciones como la televisión o zonas de juego.
2. Buena iluminación: ideal que tenga acceso a la luz natural, a través de una ventana o si no, que el lugar tenga una lámpara bien ubicada, para así evitar la fatiga visual de los niños.
3. Muebles adecuados: Se debe elegir una mesa y silla acorde a su tamaño de los niños para propiciar una postura cómoda, que no genere malestar en la espalda o rodillas. Entre más ergonómico sea el mobiliario más eficiente será el tiempo de estudio y aumentará el nivel de concentración de sus hijos.
4. Depure con frecuencia: Esta zona es un lugar de alto tráfico, siempre hay elementos que se utilizan diariamente y otros que se almacenan para futuras actividades, sin embargo, olvidamos hacer un descarte consciente de las cosas que se consumen rápido como marcadores, borradores o pegamento. Recuerde hacer este proceso de depuración cada cuatro meses y así libera la zona de estudio de acumulaciones innecesarias que solo producen caos. Haga este ejercicio con su hijo para que comience a crear el hábito de descartar elementos que no utiliza o necesita.
5. Organización y accesibilidad: Analicen juntos cuál sería el sistema de organización más funcional para las actividades diarias y con base en estas, planee unas zonas especiales en el espacio. Por ejemplo: si su niño tiene muchas actividades de lectura despeje una zona donde tenga la comodidad para sentarse y alcanzar los libros que quiere leer. Mi consejo es que identifique por lo menos tres zonas:
- Área de almacenamiento de materiales
- Zona de escritorio donde su hijo va a realizar sus actividades escolares
- La zona de biblioteca.
Una vez zonificado el espacio, pueden utilizar contenedores, cajas plásticas de tamaño pequeño o mediano (que el niño pueda cargar) para clasificar los elementos de cada zona y también aprovechar el espacio vertical con repisas en las paredes a la altura de los niños para mantener materiales o libros a la mano y así ellos podrán sacar y devolver a su lugar los objetos necesarios para su estudio. Tema clave en este punto es poner etiquetas con dibujos reconocidos por sus hijos para que de forma visual entiendan qué objetos van en qué caja.

6. Material escolar y libros clasificados: en la zona de almacenamiento de materiales de papelería, recomiendo separar estos elementos según su categoría donde, por ejemplo, los lápices, colores, marcadores, pinturas, cartulinas y cuadernos tienen un contenedor independiente. También aconsejo tener los libros de estudio clasificados por materias o frecuencia de uso y ubicados en estanterías tipo librero, a la altura de su hijo, para tener fácil acceso a ellos. Todo con etiquetas para crear el hábito de devolver todo a su lugar.
7. Tablero de rutinas: Es una herramienta muy importante porque ayuda a gestionar el tiempo con horarios y recordatorios visuales. Pueden ver sus tareas diarias, establecer hábitos y desarrollar autonomía. Al seguir una estructura clara, los niños aprenden a gestionar su tiempo de manera efectiva, reduciendo la procrastinación y el estrés. Además, les da un sentido de logro al completar cada actividad, fortaleciendo su responsabilidad y disciplina.
8. A guardar todo: Mantener el área de estudio con todo en su lugar es un hábito que debe crearse con el tiempo, ser persistentes y educar noche tras noche a su hijo a llevar todo a su lugar una vez termine de hacer las tareas o antes de irse a dormir. Una herramienta visual que le puede ayudar con esto es poner un video de un temporizador de 5 o 3 minutos y empezar a organizar antes de que el tiempo se acabe, así esta actividad será entretenida para todos.
Los cinco errores más comunes a la hora de organizar la zona de estudio infantil:
- No depurar con frecuencia: Cuando acumulamos elementos que definitivamente nuestros hijos no están utilizando, lo único que hacemos es generar caos pues empezamos a ocupar espacio que debería estar despejado.
- Tener las categorías mezcladas de los diferentes materiales escolares: Por ejemplo, tener en un mismo contenedor los lápices con las hojas de papel, o tener las cartulinas con pegamentos. Esto no nos permitirá encontrar las cosas con facilidad y devolverlas será muy confuso para los niños.
- No aprovechar el espacio vertical: siempre miramos la zona de estudio de manera horizontal y terminamos poniendo todo en el escritorio o cajoneros. Aquí es importante que tengamos presente esos centímetros de más que nos pueden dar detrás de las puertas o algunas paredes. Siempre teniendo en cuenta la altura del niño.
- Distracciones por todos lados: Los ladrones de tiempo son un enemigo de la creatividad y la claridad. Por eso esta zona debe estar lejos de televisores, dispositivos electrónicos como tabletas, celulares, o juegos o mascotas que les demanden a los niños mucha atención.
No involucrarlos en todo el proceso: Debemos hacer partícipe a nuestros hijos en todas las tareas del orden: la depuración, la zonificación, la optimización del espacio, y también la organización para que ellos interioricen dónde va cada cosa. También aconsejo tener en cuenta su opinión al organizar para que se apropien de este sitio y del orden.



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