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Cuidar la vida antes del nacimiento

Cuidar la vida antes del nacimiento

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Mauricio Herrera, ginecólogo adscrito a Colsanitas y pionero en el tratamiento de anomalías congénitas, aborda la importancia del diagnóstico temprano y cómo las intervenciones prenatales mejoran la calidad de vida de los bebés.

Mauricio Herrera es ginecólogo, especialista en medicina maternofetal y tiene entrenamiento en cirugía y terapia fetal. Pero, sobre todo, es un referente a nivel mundial en el diagnóstico y tratamiento de anomalías congénitas. Durante treinta años ha dedicado sus horas a velar por la salud de las y los bebés antes de nacer. Cuando explica su trabajo, repite que su filosofía es luchar por la vida antes del nacimiento.

Las anomalías congénitas afectan alrededor del 10% de los nacidos en el mundo. Las dificultades que ocasionan cuando no son tratadas a tiempo, es decir, antes del parto, van desde alteraciones físicas hasta la incompatibilidad con la vida. El doctor Herrera ha consolidado en Colombia el centro de tratamiento para este tipo de anomalías más sólido en el mundo. A él acuden pacientes de los cinco continentes, así como médicos deseosos de aprender las distintas técnicas quirúrgicas que ha perfeccionado para corregir las alteraciones de los bebés dentro del útero, por ejemplo, la famosa espina bífida o el labio y paladar hendidos.

El doctor Mauricio Herrera es un hombre que habla rápido y con la propiedad que le confiere ser uno de los mayores expertos en su campo. Es un hombre tranquilo, generoso; un médico que siempre ha trabajado por la vida antes de la vida.

“Lo que hemos logrado en Keralty es construir una vía para que las madres accedan a los estudios de manera constante durante el embarazo”.

¿Qué son anomalías congénitas?

Las anomalías congénitas son malformaciones que se producen durante el desarrollo del bebé en el útero. Esas malformaciones congénitas son clasificadas como mayores o menores. Las menores no producen una discapacidad importante, pero sí tienen un impacto desde el punto de vista social y personal, por ejemplo, respecto a la apariencia, como sucede con el famoso labio y paladar hendidos. Las anomalías congénitas mayores son las que producen una discapacidad y necesitan una cirugía para corregirse. Más allá de esta distinción, las anomalías congénitas las ampara las tres C: son comunes, críticas y costosas.

¿Qué tan comunes?

Entre el 7% y el 10% de los niños nacen con una anomalía congénita mayor o menor. Y de ese 10% con una anomalía congénita, uno de cada cuatro termina con una discapacidad física o cognitiva. Y de ese 10% con una anomalía congénita, uno de cada tres tiene una anomalía mayor. Son bastante comunes.

¿Cómo llegó a dedicar su vida a algo tan específico?

Te puedo decir el momento exacto porque fue en el año 2001, el día antes de la caída de las torres gemelas. Yo fui a hacer mi primer entrenamiento en Las Vegas. Para entonces, ya sentía una gran pasión por entender las anomalías congénitas, pero cuando pasó esa tragedia entendí que mi misión en la vida era adquirir una gran experticia y así dedicar mi tiempo a los niños antes de nacer para darles una oportunidad de mejorar su calidad de vida. Yo supe que quería generar un gran impacto para las familias, ofrecerles oportunidades y darles consuelo. A partir de esa época me di cuenta de que debía luchar para que las anomalías congénitas tuvieran un doliente.

En este momento existen 17 tratamientos validados de cirugías dentro del útero: para embarazos múltiples, hernia diafragmática o, incluso, la famosa espina bífida.

¿Cuáles son las anomalías congénitas más frecuentes?

Las más frecuentes son las malformaciones del corazón, que corresponden a alrededor del 30% del total de las anomalías congénitas de los seres humanos. Las segundas más frecuentes son las del cerebro; después aparecen las anomalías de los riñones; y después las anomalías faciales, como el labio y paladar hendidos. En cada uno de esos grupos hay algunas muy severas, que, inclusive, hacen que los niños sean incompatibles con la vida.

¿Cuál era el panorama de las anomalías congénitas en esos años?

Primero, no había manera de diagnosticarlas correctamente. Hace 24 años se hacía algo de diagnóstico prenatal con ecografía, pero no había programas que estuvieran dedicados al manejo integral de la enfermedad. Segundo, desde entonces ha habido grandes avances tecnológicos que nos han permitido hacer mejores diagnósticos y, sobre todo, hacerlos más temprano, disminuyendo la mortalidad de los niños y de las mamás. Tercero, no contábamos con los tratamientos de ahora, por ejemplo, las intervenciones in utero, que tienen grandiosos resultados para los niños y sus madres.

Finalmente, el sistema de salud no estaba preparado para manejar estas patologías; ahora los países alrededor del mundo tienen estrategias para abordarlas como un problema de salud pública. Por poner un caso, en las discusiones públicas se mencionan con más frecuencia las enfermedades huérfanas que, en muchas ocasiones, son el resultado de anomalías congénitas.

“Las anomalías congénitas más frecuentes son las malformaciones del corazón, que corresponden a alrededor del 30% del total”.

Sin duda, usted ha contribuido a mejorar ese panorama. Pero ¿cómo?

Antes de irme a Las Vegas había creado en la Clínica Reina Sofía el primer departamento de medicina maternofetal y de diagnóstico prenatal de las anomalías congénitas en el país. Cuando tuve la idea de dedicarme a este tema, recibí muchos ataques y comentarios envidiosos; la gente me decía: "Usted está loco, ¿cómo va a crear eso, cómo se va a dedicar a ese tema?" Hoy el Centro Internacional de Cirugía y Terapia Fetal de Clínicas Colsanitas es el centro de referencia más importante en el mundo para el diagnóstico y tratamiento de las anormalidades congénitas y para el entrenamiento médico en el tema. Acá vienen a formarse médicos de todas partes del mundo.

¿En la actualidad qué porcentaje de las anomalías congénitas pueden diagnosticarse?

En un sitio como este, nosotros diagnosticamos entre el 80% y el 85% de las anomalías congénitas, pero eso depende de si la madre tiene acceso médico para venir a tiempo. Lo que hemos logrado en Keralty es construir una vía para que las madres accedan a los estudios de manera constante durante el embarazo. Pero en el resto del país el indicador es lamentable, porque solo se diagnostican el 35%. Si se diagnostican temprano, hay mejores alternativas de tratamiento.

¿Cuáles son las alternativas de tratamiento?

Cuando hablamos de alternativas de tratamiento, lo primero y más importante es que la pareja sepa que su bebé viene con un problema, porque eso le permite entender el panorama y saber qué quiere para su hijo. Dicho esto, hay algunas de esas patologías diagnosticadas a tiempo que podemos operar. En este momento existen 17 tratamientos validados de cirugías dentro del útero: para embarazos múltiples, hernia diafragmática o, incluso, la famosa espina bífida.

¿Y en los casos más graves?

Uno de los grandes avances en términos de salud en Colombia es la terminación del embarazo. Para las parejas cuyos bebés tienen anomalías congénitas muy severas es una alternativa saber que pueden tomar la decisión de terminar el embarazo.

Algunas deciden no hacerlo. Una de nuestras grandes labores es dar esa posibilidad a las parejas al ofrecerles la información completa para tomar una decisión adecuada según

sus deseos.

 “Antes no había manera de diagnosticar correctamente las anomalías congénitas. Hace 24 años se hacía algo de diagnóstico prenatal con ecografía, pero no había programas que estuvieran dedicados al manejo integral de la enfermedad”.

Usted es famoso en el mundo por su intervención para tratar la espina bífida. ¿En qué consiste el tratamiento?

La espina bífida consiste en un defecto del cierre del tubo neural ocasionando que la columna y la médula queden expuestas. Si no es corregida dentro del útero, se ha demostrado que daña la médula, provocando paraplejia. Es una de las anomalías más frecuentes, pues se presenta en 1 de cada 400 o 1 de cada 700 nacidos. Nosotros podemos operarla cerrando el defecto dentro del útero entre la semana 24 y 26 del embarazo, aumentando la calidad de vida del bebé: desde darle la posibilidad de caminar hasta tener control de esfínteres.

¿Qué siente al ver el impacto que su trabajo ha tenido en tantas personas alrededor del mundo?

Una gran satisfacción, pero lo tomo con mucha humildad porque igual estoy haciendo lo que me gusta. Mi vida ha sido un trasegar alrededor de las anomalías congénitas. No he parado de crear programas de diagnóstico prenatal innovadores y eso ha llevado a que las instituciones del mundo sigan lo que hemos hecho. Yo terminé creando el programa de cardiología fetal en un hospital de Alemania; el año pasado hicimos el primer programa de cirugía fetal en los Emiratos Árabes, en Abu Dabi, y gracias a eso Keralty está en el Medio Oriente. Hice la primera cirugía fetal en los Emiratos Árabes, que fue una espina bífida. Siento una gran satisfacción al ver crecer a los niños que operé antes de que nacieran.

- Este artículo hace parte de la edición 197 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

Brian Lara

Periodista. Colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas y de Bacánika.