Pasar al contenido principal
Viena Ruiz

La reinvención de Viena Ruiz

Fotografía
:

Después de casi dos décadas lejos de la televisión nacional, la periodista y modelo regresó para presentar uno de los programas de la mañana más exitosos del país. Tuvo que pelear varias batallas, pero esta es su revancha. Así es la vida de esta mujer guapa, exitosa y valiente.

A sus 56 años, Viena Ruiz ha vivido varias vidas. Si uno se fija en su cuerpo a prueba de tiempo y en su sonrisa generosa, podría pensar que el destino ha sido demasiado suave con ella. Que es una de esas mujeres que cae parada y que no ha tenido la oportunidad de verse cara a cara con la desdicha. Nada más alejado de la realidad que estas suposiciones.

Viena ha sabido navegar en medio de las tormentas. De pequeña sufrió en carne propia la crueldad infinita de la que son capaces los niños: “Era mocosa y muy flaca y en el colegio se burlaban de mí. Pero en aquella época el bullying no era un tema que se tocara en familia ni con los profesores; era un tema de sálvese quien pueda y resuélvalo usted solo”. Aún de niña, con solo 18 años, tomó la decisión de casarse y aprendió a trabajar sin descanso porque para entonces el desgarbo se había transformado con contundencia y se consagró como la modelo favorita de los colombianos. “Hice muchísimos comerciales y pasarelas, fui, incluso, una de las primeras Chicas Águila”.La vida, sin embargo, no se puso más fácil. Si bien estudió periodismo, se abrió camino e hizo historia junto a Yamid Amat y el noticiero CM& –quién podría olvidar aquella sección emblemática en la que Viena y sus piernas infinitas aparecían en pantalla cada noche para contar los secretos políticos–, su sueño más grande se frustraba ante la imposibilidad de tener hijos. Finalmente, tras un segundo matrimonio, una cirugía por endometriosis, 36 meses de intentos de embarazo in vitro, un cáncer de ovario detectado a tiempo y muchísimas oraciones a la Virgen de Fátima, nacieron sus trillizos. Y, con ellos, la promesa absoluta de cuidar de ellos a toda costa. Esto significó despedirse de su trabajo.

Secretos de belleza: tengo buena calidad de piel, lo cual se lo debo a la genética, pero también a seguir ciertas rutinas, como el uso de cremas, desmaquillantes, protector solar y dormir bien. Y, sin duda, al bótox y al ácido hialurónico.

Vinieron diez años como directora de la revista Nueva, un cuarto hijo, un tercer matrimonio y otro divorcio. Vinieron también tres quiebras, pero nada podría hacer tambalear a Viena. La actriz Natalia Ramírez la invitó a vender productos de belleza y lo hizo como profesional: cumplió sus metas con creces y viajó por todo el país, sin darse un respiro. Un día su hija le dijo, con la honestidad dolorosa de los adolescentes, que los había abandonado por ir a cumplir con su trabajo. Y, entonces, Viena recordó la promesa sagrada que había hecho de cuidar de sus niños y renunció a su única fuente de ingresos.

Pero Dios, asegura con plena convicción, la tomó en sus manos y la puso en el lugar desde donde mira el pasado con plena tranquilidad, sabiéndose victoriosa. Después de 20 años, ha vuelto a la televisión nacional, al programa Buen día Colombia, de RCN, y se ve radiante y feliz.

“Ahora soy una ferviente católica y, en medio del caos, vivo en absoluta tranquilidad”.

¿Qué es lo que más recuerda de su infancia?

Yo nací en Medellín, pero con seis meses mis padres me llevaron a vivir a Augusta, Georgia, en Estados Unidos. Mis tres hermanos y yo tuvimos una infancia feliz. La vida era tranquila. Salíamos a montar en bicicleta por el bosque, porque era un lugar muy seguro. Es verdad que me hicieron bullying en el colegio, pero no creo que eso me haya hecho resentida ni miserable, creo que me dio la habilidad de aprender a leer a la gente, de analizar su comportamiento.

A los 18 años tomó la decisión de casarse y empezó a trabajar. ¿Cómo fue convertirse en adulta tan pronto?

¡Una locura! Me casé joven, era una niñita. En mi casa eso no se veía mal, porque todas las mujeres de la familia se casaron incluso más jóvenes, pero recuerdo que mi papá me dijo que me veía muy inmadura para casarme. ¡Cuánta razón! Mi primer marido, que era 14 años mayor que yo, terminó de criarme.

El periodismo, sin duda, ha sido su profesión durante muchos años, pero también pasó fugazmente por la actuación e, incluso, escribió un libro. ¿Ambas facetas quedaron en el pasado?

Empecé a actuar antes de llegar al periodismo, pero me di cuenta de que no estaba preparada para eso. Fue una experiencia maravillosa, aprendí muchísimo, pero las jornadas de trabajo eran larguísimas. Y, sobre la escritura, hace 14 años lancé el libro Los secretos de Viena Ruiz, con el que ayudé a muchas mujeres a recuperar su autoestima a través de diferentes consejos de moda y belleza. Es algo que me gusta mucho y que hoy he vuelto a hacer en el programa Buen día Colombia. Pero, por ahora, no sé si vuelva a escribir. Mucha gente me ha dicho que valdría la pena contar mi historia de resiliencia y superación, quizás en algún momento lo haga.

Ha atravesado por varias quiebras en la vida. ¿Cómo logró recuperarse?

Después de la caída de Interbolsa, perdí todos los ahorros de mi vida. Fue durísimo. Además, perdí mi trabajo en la revista que dirigía, estaba separada y con cuatro hijos. Claro, yo contaba con el apoyo de los papás de los niños, pero seguía siendo una situación angustiosa. Llevé a los niños a Medellín, con mi mamá, y me puse a vender como loca productos de belleza. Me fue muy bien en ese sentido, viajé por toda Colombia; pero un día mi hija me hizo ver que yo los tenía prácticamente abandonados. Así que recordé que le había prometido a Dios que iba a cuidar de mis trillizos e hice lo más demente que hubiera podido hacer: dejé el trabajo y me puse en las manos de Dios. Por fortuna, un mes después recibí una llamada del canal Tele VID para presentar un programa católico. A partir de ahí los milagros no han parado de llegar.

¿De dónde viene su fe?

Mis papás eran católicos no practicantes, así que ir a misa no era algo que nos enseñaran. Sin embargo, después de intentar durante 36 meses y finalmente quedar embarazada de trillizos, me acerqué muchísimo a la Virgen de Fátima para que protegiera a mis hijos que iban a nacer prematuros, y justamente el 13 de mayo (el día en que la Virgen se apareció a los niños de Fátima). Desde ahí empecé a rezar el rosario todos los días.

Había intentado muchas cosas, como el reiki y las regresiones, pero nunca encontré realmente la paz. Fue en 2014, cuando me invitaron a un retiro de Emaús, que puedo decir con certeza que mi vida se partió en antes y después. Ahora soy una ferviente católica y, en medio del caos, vivo en absoluta tranquilidad.

“Durante la menopausia hay que conocerse nuevamente en todos los sentidos, y esto es muy positivo”.

¿Qué es lo mejor de la edad en la que se encuentra?

Después de los 50 años vienen muchas cosas, como la presbicia que, para mí, es lo más difícil, pero también varios cambios hormonales, calores horribles en las noches, insomnio. Lo que antes funcionaba, ya no sirve o perjudica. Así que subí ocho kilos y, gracias a una médica funcional, empecé una dieta en la que dejé el gluten. Ahora como muchas frutas, verduras y proteínas, y evito los lácteos y los carbohidratos. Gracias a eso he encontrado un peso en el que me encuentro tranquila.

Durante la menopausia se tiene que aprender a conocerse nuevamente en todos los sentidos, y esto es muy positivo. Aprendí a decir no y a elegir mejor a mis amigos. Es que los problemas son grandes coladores de amistades.

- Este artículo hace parte de la edición 197 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

Adriana Restrepo

Periodista y productora. Cofundadora de la plataforma relatto.com.