La nutrigenética y la nutrición personalizada ayudan a mantener la salud y prevenir enfermedades, contribuyendo a crear hábitos alimenticios saludables sin dejar de lado las preferencias particulares.
El estudio de la genética y su combinación con la tecnología han contribuido a la evolución de la nutrición en el mundo, y esto impacta directamente en el bienestar de las personas, pues una sana alimentación puede evitarnos varias enfermedades.
Actualmente hay una rama de la nutrición, la nutrigenética, que se encarga de estudiar la relación entre los genes y la alimentación, con el fin de obtener un estado óptimo de salud por medio de dietas personalizadas. Según la nutricionista Patricia Barrera, adscrita a Colsanitas, “la nutrición personalizada, como su nombre lo indica, es diferente para cada paciente. El plan nutricional se elabora después de realizar una serie de exámenes genéticos, por saliva o sangre, que dan los resultados en detalle”. Se obtiene un informe personalizado con un análisis genético y una explicación detallada, para guiar al paciente con la dieta de alimentos, bebidas y sus complementos alimenticios, si los necesita.
La genética del ser humano no solo determina aspectos físicos, sino también la manera en la que metabolizamos los nutrientes y respondemos ante una ingesta alimentaria. La nutrigenética estudia los efectos de las variantes genéticas sobre la respuesta a los nutrientes de la dieta. Por tanto, el objetivo que tiene esta rama de la nutrición es generar recomendaciones dietarias con base en las características hereditarias de cada persona.
Los nutricionistas de esta vertiente estudian el ADN de la persona y determinan sus características fisiológicas y metabólicas, pues el ADN contiene información de lo que se debería recomendar a nivel nutricional a cada individuo y su capacidad de transferir la información de los genes de generación en generación.
El incremento de la obesidad, su relación con las enfermedades crónicas y los efectos de una alimentación desequilibrada adquieren mayor relevancia hoy, dado el ritmo vertiginoso de nuestra cotidianidad. Por eso se hacen necesarias soluciones adaptadas a necesidades específicas. Es ahí donde la nutrigenética cobra importancia, pues permite tener en cuenta todas las características individuales y el cálculo exacto de nutrientes (carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas y minerales) para una persona. Además identifica la existencia de intolerancias o alergias alimentarias. Adicionalmente la nutrigenética considera las preferencias alimentarias así como el tiempo disponible para elaborar las recetas según el estilo de vida de cada persona. También tiene en cuenta los estados emocionales y las situaciones hormonales de cada uno. Contempla el nivel de actividad física y las aficiones deportivas.
Reuniendo estos datos, el profesional a cargo puede planificar una dieta idónea para la persona y buscar estrategias alimenticias para mantener el bienestar no sólo físico sino mental del paciente. La nutrición personalizada permite anticiparse a las enfermedades y reprogramar el destino genético con cambios nutricionales individuales. Un análisis genético puede ayudar a descubrir exactamente dónde están las debilidades de nuestro metabolismo y qué podemos hacer para fortalecer el sistema bioquímico a través de la nutrición.
Gracias a la nutrición personalizada se pueden crear hábitos alimenticios saludables y disfrutar la dieta sin dejar de lado los gustos de cada quien. Y gracias a las proporciones nutricionales equilibradas, la nutrigenética disminuye el riesgo de enfermedades de origen metabólico, mejora la salud cardiovascular, favorece el equilibrio de los procesos inflamatorios, conserva la salud ósea, modula el metabolismo de las grasas, retrasa el envejecimiento, activa la concentración y la memoria, mejora la sensibilidad a la insulina y equilibra la microbiota intestinal.
- Este artículo hace parte de la edición 187 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
*Periodista independiente.
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