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Cómo proteger las aves de Colombia

Somos el país con la mayor diversidad de aves del mundo. Hay especies endémicas y también pueden verse aves migratorias que paran aquí para protegerse durante el invierno en otras latitudes. ¿A qué se debe este privilegio?

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No hay ningún otro país en el mundo que tenga la diversidad de aves que hay en Colombia. Son casi dos mil especies diferentes; específicamente, 1.966. Gustavo Bravo, curador de la colección de aves y huevos del Instituto Humboldt y uno de los ornitólogos más reconocidos del país, considera que esa cifra podría seguir aumentando con los años gracias a la posibilidad de acceder con más seguridad a lugares recónditos y al interés creciente por estos animales. 

El avistamiento de aves o “pajarear”, como él lo llama, es una actividad que puede hacer cualquier persona y de paso contribuir al avance de la ciencia, pues los observadores han ayudado —a veces sin proponérselo— a encontrar especies de aves nunca vistas o que se creían extintas. 

Sin embargo, las actividades humanas y especialmente la crisis climática están poniendo en riesgo la vida de las aves. El impacto de esta pérdida es todavía incierto, pero según Bravo hay que actuar ya. Por eso en junio de este año el Instituto Humboldt, el Ministerio de Ambiente y otras organizaciones presentaron la versión actualizada de la Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves (ENCA) 2030, que busca proteger y manejar de forma sostenible la avifauna nacional y sus hábitats. 

De acuerdo con la lista oficial de las aves de Colombia de 2022, pasamos de 1909 a 1966 especies. ¿Qué hace que nuestro país tenga la mayor diversidad de avifauna en el mundo?

Esto obedece principalmente a la ubicación y la geografía de Colombia. Estamos en la esquina noroccidental de Suramérica; somos el puente entre Suramérica y Centroamérica. Eso hace que aquí encontremos especies que son principalmente de Centro y Norteamérica, y tenemos especies suramericanas que se asoman al norte.

Aparte de eso hay que considerar la complejidad de la topografía. Al oriente están los llanos que compartimos con Venezuela y allí hay aves que están restringidas a ese tipo de ambiente. Hacia el sur está el bosque amazónico que es el lugar del mundo con mayor biodiversidad. Tenemos la cordillera de los Andes que, a medida que se eleva, genera diferentes pisos térmicos a los cuales algunas especies se adaptaron, y además esta cordillera se divide en tres al llegar a Colombia, lo que hace que cada terreno tenga su propia avifauna.

En el occidente está el bosque húmedo del Pacífico y en el norte las planicies del Caribe, que tienen más cercanía con la avifauna antillana. Y en el caribe también están San Andrés y Providencia con una avifauna muy asociada a Centro América. A todo esto se suma la migración estacional de aves, que viajan del hemisferio norte y el hemisferio sur al trópico durante el invierno. 

La mayoría de las nuevas especies son aves registradas por primera vez en Colombia. ¿Esto qué significa exactamente?

Hay tres maneras de aumentar el listado. El primero es encontrar una especie que no se había visto antes. Muchos de estos registros vienen de zonas fronterizas, es decir, son especies que estaban por ejemplo en Ecuador y pasan un poco la frontera, pero nunca habíamos podido ir hasta esa zona del país por problemas de orden público, por ejemplo. Las especies habían estado ahí y simplemente nosotros no las habíamos podido registrar. 

La segunda es que a medida que nosotros estudiamos las aves, sus vocalizaciones, la genética, su comportamiento, nos damos cuenta de que una especie que se creía que era solo una en realidad tiene otras variantes. La tercera manera de tener más especies es cuando se descubre una nueva, cuando se encuentra un ave que nadie conocía. 

Cómo proteger las aves de Colombia - Laura Natalia Cruz

*Gustavo Bravo es el curador de la colección de aves y huevos del Instituto Humboldt.

Precisamente, el listado de aves de Colombia 2022 registró una especie nueva, ¿cuál es?

Es un pajarito pequeño que se conoce como grallaria chamí (también se le llama chamí antpitta o tororoí chamí). El nombre “chamí” es por la población indígena emberá chamí de la cordillera occidental, porque la especie se ubica en esa zona. Se dieron cuenta de que esa población de grallaria de la cordillera occidental era muy diferente a las demás. Por eso se dice que es una especie nueva para la ciencia. Su nombre científico es Grallaria alvarezi en homenaje a Mauricio Álvarez, un biólogo colombiano pionero en el estudio de las vocalizaciones de las aves y fundador de la colección de sonidos animales del Instituto Humboldt.

¿De qué se trata la Estrategia Nacional para la Conservación de las aves de Colombia, ENCA 2030?

Es una iniciativa que nació hace más de 20 años como una hoja de ruta para saber qué se debe hacer para que Colombia conserve su diversidad, teniendo en cuenta que es el país con más especies de aves en el mundo. Los objetivos al comienzo de la elaboración eran mejorar el conocimiento de las aves y crear estrategias de conservación. 

En los últimos años, la comunidad de ornitólogos del país revisamos lo que se hizo a comienzos de siglo para identificar los avances y los puntos que se podían mejorar. Después se unieron instituciones nacionales e internacionales y en un proceso mucho más participativo se involucró no solo a la comunidad científica, sino también a comunidades locales, a los observadores de aves, los tomadores de decisión. Fue un proceso multidimensional para revisar la estrategia, ver qué tanto se había cumplido, que quedó pendiente y plantear nuevas metas para lograr la conservación de las aves colombianas de manera más efectiva.

La ENCA informa que la mayor amenaza para las aves en Colombia es la pérdida y degradación de su hábitat; en especial, mencionan al bosque seco del que, según la estrategia, solo queda el 8 %. ¿Qué provoca esta pérdida? ¿Cuáles son las especies y las zonas del país en mayor riesgo? 

La pérdida y degradación del hábitat es la alteración de un ambiente natural. Hablando del bosque seco, se encuentra principalmente en la costa Caribe, un poco en los valles interandinos y en la parte alta del valle del río Magdalena. La característica principal del bosque seco es que tiene una mayor estacionalidad en las lluvias y la temperatura, lo que genera climas extremos que lo convierten en un ambiente muy vulnerable. Una de las razones de su desaparición es que es la zona de Colombia que más se colonizó y el hombre quemó el bosque para establecerse allí y cultivar. 

El paujil de pico azul, por ejemplo, era un ave muy común del bosque seco que ya casi no se ve. En Bogotá, con la desaparición de los humedales, también se ha reducido la población del cucarachero de pantano, que anida en los juncos que suelen crecer en las orillas de estos lugares. 

Cómo proteger las aves de Colombia - Laura Natalia Cruz

*Paujil de pico azul. Crax alberti.

Además de estos riesgos la ENCA habla del impacto del cambio climático en la avifauna colombiana. ¿Cuáles son los principales efectos de este fenómeno para las aves?

En la ENCA se mencionan tres. El primero es la acidificación y el aumento de la temperatura marina.  El segundo efecto es el aumento del nivel del mar. Tenemos un agua ligeramente más ácida y más caliente que puede afectar especies de moluscos o peces que son el alimento de las aves marinas. Por otro lado, el aumento del nivel del mar elimina algunas zonas costeras que son el lugar de reproducción y anidamiento de este tipo de aves. 

El tercer efecto son las sequías extremas. Los cambios en la temperatura han ocurrido antes en la historia de la Tierra, pero como consecuencia del cambio climático todo esto está ocurriendo mucho más rápido. Algunas especies podrán adaptarse a estas condiciones, pero habrá otras que definitivamente no. Y esas especies que ya están disminuyendo en cantidad son las que estamos identificando en este momento como aves amenazadas. Todo esto no solo lo vemos en Colombia, es un fenómeno global.

Pensando en soluciones para conservar la avifauna la ENCA propone, entre otras estrategias, que los colombianos conozcamos este patrimonio. ¿Ya existen en Colombia iniciativas que se alineen con este objetivo? 

El problema de la conservación en Colombia es multidimensional y la solución no va a venir solo de un sector de la sociedad. El ciudadano común, la academia, los tomadores de decisión, todo el mundo tiene que poner su parte. 

Como ciudadanos, una manera de contribuir a la conservación de nuestra avifauna es conocer lo que tenemos, porque el conocimiento genera un vínculo emocional. La observación de aves se ha popularizado en Colombia, de hecho, muchos de los registros de especies nuevas vienen de personas que las vieron y las documentaron. El caso más reciente es el registro del pájaro campanero barbado en la Serranía del Perijá, una especie que no se veía en Colombia desde hace muchos años y que creíamos que estaba extinta en el país. La persona que lo encontró era de la región.  

Hay iniciativas como la reserva natural La Planada en Nariño, donde la comunidad indígena awá se apropió de su territorio para conservarlo. Allí hay una diversidad única en el mundo y los awá decidieron protegerla y convertirla en una oportunidad de ecoturismo. Se puede visitar, y la misma comunidad hace de guía para los turistas. 

Otro ejemplo es el de la comunidad del humedal Córdoba, en el norte de Bogotá. Allá hace 25 años un grupo de vecinos salía a observar aves y fueron ellos los que empezaron a cuidar el lugar. Han estado ahí poniendo el pecho todo este tiempo, conocen el ecosistema y hoy en día el humedal de Córdoba permanece relativamente bien conservado.

Este artículo hace parte de la edición 189 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí

Laura Natalia Cruz

Periodista independiente, frecuente colaboradora de Bienestar Colsanitas.