Las infusiones y hierbas aromáticas han sido utilizadas durante siglos como remedios naturales para mejorar la salud. Desde aliviar problemas digestivos hasta reducir la inflamación y promover la relajación, sus beneficios son múltiples. Compartimos sus propiedades y posibles contraindicaciones para aprovechar al máximo sus virtudes de manera segura.
Beber una taza de aromática o infusión caliente no solo es reconfortante, sino que también puede aportar importantes beneficios para la salud. A lo largo de la historia, distintas culturas han utilizado las hierbas como remedios naturales para tratar dolencias y promover el bienestar. Desde la medicina tradicional china hasta la herbolaria ancestral de los pueblos indígenas, las infusiones han sido valoradas por sus propiedades. “Se ha comprobado que las hierbas e infusiones aromáticas pueden aliviar problemas digestivos, acelerar la digestión y reducir la inflamación”, explica Sandra Múnera, nutricionista adscrita a Colsanitas.
Además de sus beneficios para el sistema digestivo, muchas hierbas tienen efectos relajantes, lo que las hace ideales para mejorar la calidad del sueño. “Está comprobado que poseen propiedades relajantes e inductoras del sueño, lo que ayuda a quienes padecen insomnio. Y al ser naturales, no generan dependencia”, explica la especialista.
Otro aspecto clave de estas bebidas es su alto contenido de antioxidantes, como los polifenoles, que combaten los radicales libres y fortalecen el sistema inmunológico. “Las infusiones pueden tener un impacto real en la salud, especialmente en procesos inflamatorios y de desintoxicación del organismo. En algunos casos, incluso pueden contribuir a fortalecer las defensas”, agrega Múnera.
Sin embargo, no todas las personas pueden consumirlas sin precaución. Aunque son naturales, algunas infusiones pueden tener efectos adversos si no se toman con moderación. Pueden interactuar con ciertos medicamentos, alterar su efectividad o incluso provocar reacciones no deseadas en personas con condiciones de salud específicas. Según la doctora Múnera, “es fundamental que quienes toman medicación crónica, como diabéticos, hipertensos o personas con enfermedades coronarias, consulten con su médico antes de consumirlas. También se recomienda precaución en mujeres embarazadas, ya que algunas plantas pueden ser perjudiciales en esta etapa”.
Entre las infusiones más recomendadas se destacan la cúrcuma, el jengibre y la menta. “Para mí, la cúrcuma es fundamental, no solo en infusión sino en la alimentación diaria, por su poder antioxidante y antiinflamatorio. Otra planta ampliamente estudiada es el jengibre, al igual que la menta, que ayuda a mejorar la digestión”, explica Múnera.
Incorporar estas bebidas en la rutina diaria puede ser una forma sencilla y natural de promover el bienestar. Con precaución y asesoría médica cuando sea necesario, las infusiones y hierbas aromáticas siguen siendo aliadas de la salud y el equilibrio del organismo.
A lo largo de la historia, distintas hierbas han sido valoradas por sus propiedades medicinales y su capacidad para mejorar la salud. Estas son algunas de las infusiones más recomendadas y sus beneficios específicos:

Manzanilla (Matricaria chamomilla)
Esta planta es ampliamente utilizada como infusión para aliviar trastornos digestivos y favorecer la relajación. Es originaria de Europa y Asia occidental, y hoy en día se cultiva en diversas regiones del mundo. Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes, ansiolíticas y digestivas la convierten en una opción natural para mitigar molestias gastrointestinales como indigestión, náuseas y gases, además de reducir la ansiedad y mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, su consumo debe ser moderado en personas sensibles a las plantas de la familia Asteraceae, ya que puede provocar reacciones alérgicas.
Preparación: infusionar 1-2 cucharaditas de flores secas en una taza de agua caliente durante 5-10 minutos. Colar antes de consumir.
Combinaciones recomendadas:
- Manzanilla con menta para mejorar la digestión.
- Manzanilla con lavanda para potenciar efectos relajantes.
Momento ideal de consumo: por la noche para favorecer el sueño o después de las comidas para facilitar la digestión.

Lavanda (Lavandula angustifolia)
Esta planta es apreciada por sus efectos relajantes y se emplea tanto en infusión como en aromaterapia para reducir la ansiedad y mejorar el sueño. Sus propiedades ansiolíticas, sedantes y antiespasmódicas ayudan a disminuir el estrés, aliviar dolores de cabeza tensionales y favorecer el descanso. Originaria de la región mediterránea, hoy se cultiva en Europa, Australia y Estados Unidos. Su consumo puede causar somnolencia, por lo que se recomienda evitarla antes de actividades que requieran atención.
Preparación: infusionar 1 cucharadita de flores secas en una taza de agua caliente durante 5-10 minutos. Colar antes de consumir.
Combinaciones recomendadas:
- Lavanda con manzanilla para potenciar efectos relajantes.
- Lavanda con toronjil para aliviar el estrés.
Momento ideal de consumo: por la noche para mejorar la calidad del sueño o durante momentos de estrés para promover la calma.

Menta (Mentha piperita)
Conocida por su frescura y efecto digestivo, esta hierba es apreciada por sus propiedades antiespasmódicas, carminativas y analgésicas. Ayuda a aliviar el síndrome del intestino irritable, reduce la hinchazón y calma dolores de cabeza. Para prepararla, basta con infusionar una cucharadita de hojas frescas o secas en agua caliente durante 5-10 minutos y colar antes de consumir. Originaria de Europa y Medio Oriente, hoy se cultiva en todo el mundo. Tenga en cuenta que puede relajar el esófago y agravar los síntomas de reflujo en algunas personas.
Preparación: infusionar 1 cucharadita de hojas frescas o secas en una taza de agua caliente durante 5-10 minutos. Colar antes de consumir.
Combinaciones recomendadas:
- Menta con jengibre para mejorar la digestión.
- Menta con té verde para un impulso energético.
Momento ideal de consumo: después de las comidas para facilitar la digestión o cuando se necesite alivio de dolores de cabeza.

Jengibre (Zingiber officinale)
Reconocido por su sabor picante y sus propiedades medicinales, este rizoma es ampliamente utilizado para aliviar náuseas y mejorar la digestión. Sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes y carminativos lo hacen ideal para reducir las náuseas en el embarazo o la quimioterapia, aliviar el dolor muscular y favorecer el tránsito intestinal. Originario de Asia meridional, hoy se cultiva en diversas regiones tropicales. Se recomienda consultar con un médico antes de consumirlo si se toman anticoagulantes, ya que puede interferir con su acción.
Preparación: hervir 1-2 rodajas de raíz fresca en una taza de agua durante 10 minutos.
Combinaciones recomendadas:
- Jengibre con limón y miel para aliviar el resfriado.
- Jengibre con menta para mejorar la digestión.
Momento ideal de consumo: por la mañana para estimular el metabolismo o antes de viajes para prevenir náuseas.

Cúrcuma (Curcuma longa)
Conocida por su intenso color dorado y su potente acción antiinflamatoria, esta raíz se consume en infusión o en preparaciones como la "leche dorada" para mejorar la salud articular y digestiva. Sus propiedades antioxidantes pueden contribuir a reducir la inflamación crónica y, según estudios, podrían ayudar en la prevención de enfermedades neurodegenerativas. Originaria de la India y el sudeste asiático, hoy se encuentra en distintas partes del mundo. Es importante tener precaución si se toman anticoagulantes o medicamentos para la diabetes, ya que podría interferir con su efecto.
Preparación: hervir ½ cucharadita de cúrcuma en polvo en una taza de agua durante 10 minutos, agregar pimienta negra para potenciar la absorción.
Combinaciones recomendadas:
- Cúrcuma con jengibre para potenciar efectos antiinflamatorios.
- Cúrcuma con canela para un sabor más cálido.
Momento ideal de consumo: en la mañana o después de comidas pesadas, ya que ayuda a mejorar la digestión.

Toronjil (Melissa officinalis)
Conocida por sus propiedades relajantes, esta hierba se consume en infusión para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. Sus efectos sedantes, ansiolíticos y digestivos ayudan a disminuir la ansiedad, favorecer el sueño y aliviar molestias estomacales. Es originaria de la región mediterránea y su consumo debe ser moderado, especialmente si se toman sedantes, ya que puede potenciar su efecto y causar somnolencia.
Preparación: infusionar 1 cucharadita de hojas secas en una taza de agua caliente durante 5-10 minutos.
Combinaciones recomendadas:
- Toronjil con lavanda para potenciar efectos relajantes.
- Toronjil con menta para aliviar problemas digestivos.
Momento ideal de consumo: en la tarde o noche para relajar el sistema nervioso.

Cidrón (Aloysia citrodora)
Conocida por su aroma cítrico y propiedades relajantes, esta planta se consume en infusión para calmar los nervios y favorecer la digestión. Sus efectos antioxidantes y digestivos ayudan a aliviar el estrés, mejorar la calidad del sueño y facilitar el proceso digestivo. Es originaria de Sudamérica, especialmente de las regiones andinas, y su consumo es seguro en cantidades moderadas, aunque se recomienda evitarlo en exceso durante el embarazo.
Preparación: infusionar 1 cucharadita de hojas frescas o secas en una taza de agua caliente durante 5-7 minutos.
Combinaciones recomendadas:
- Cidrón con manzanilla para un efecto relajante más potente.
- Cidrón con menta para mejorar la digestión.
Momento ideal de consumo: antes de dormir o después de las comidas.

Valeriana (Valeriana officinalis)
Reconocida por sus propiedades sedantes, esta planta se utiliza en infusión para combatir el insomnio y reducir la ansiedad. Su efecto relajante muscular ayuda a aliviar la tensión y favorece un descanso reparador. Es originaria de Europa y Asia, y su consumo debe ser moderado, ya que puede causar somnolencia intensa.
Preparación: infusionar 1 cucharadita de raíz seca en una taza de agua caliente durante 10-15 minutos.
Combinaciones recomendadas:
- Valeriana con manzanilla para potenciar efectos relajantes.
- Valeriana con pasiflora para mejorar el sueño.
Momento ideal de consumo: 30-60 minutos antes de dormir.


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