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Esteban Piñeros Martínez

El camino biológico del envejecimiento

Así como todo cambia con el tiempo, cambia nuestro cuerpo a medida que envejecemos. El cabello se tornará blanco por la despigmentación y la piel se volverá menos elástica y más seca, produciendo las temidas marcas de la vejez. No obstante, muchas de estas características pueden atenuarse teniendo una vida saludable. A continuación, le explicamos cómo hacerlo.

Reparación celular ineficiente

A medida que pasa el tiempo, las células que componen nuestro cuerpo acumulan daños en su ADN debido a factores ambientales como la radiación ultravioleta, la contaminación del aire y la exposición a sustancias tóxicas. Generalmente, estos daños son arreglados por las mismas células, pero esta capacidad de reparación va perdiendo su efectividad con la edad.

Adicionalmente, las células empiezan a tener problemas con su reproducción. Cuando una célula envejece, funciona peor, por lo que es destruida por el organismo y reemplazada por una nueva. Sin embargo, estos reemplazos son limitados en casi todos los órganos, por lo que eventualmente nuestro cuerpo estará compuesto por células más viejas y en menor cantidad, facilitando así la aparición de la mayoría de enfermedades.

Consejo:

Mantenga una dieta rica en frutas, verduras, grasas saludables y proteínas magras. Asimismo, prefiera alimentos ricos en antioxidantes como los frutos secos, el té verde, algunas especias y el chocolate negro.

Pérdida de estatura

Al llegar a los cuarenta, las personas empiezan a perder calcio en los huesos, lo que genera una disminución en su densidad ósea. Esto tiene dos consecuencias: Por un lado, la columna vertebral se debilita, comprimiendo y fracturando las vértebras que la componen, causando que se doble en la zona cervical y en el tórax. Por otro lado, los discos intervertebrales se deshidratan y pierden flexibilidad, lo que reduce su volumen. 

Consejo:

Mantenga un peso saludable y una buena postura al sentarse y caminar.  Otro elemento crucial es el de haber practicado ejercicio regularmente antes de llegar a la vejez. Sin embargo, eso no significa que en el presente no se pueda hacer nada para mejorar esta situación.  Entre los 40 y los 60 años hay un “periodo de gracia”en el que aún se puede hacer ejercicio y cambiar hábitos sedentarios, antes de que haya una pérdida significativa de masa muscular. En general, 150 minutos de ejercicio a la semana es el mínimo recomendable.

Menos hormonas

Entre los órganos que se afectan con el tiempo, algunos de los más importantes hacen parte del sistema endocrino; es decir, aquellos encargados de liberar hormonas como la testosterona, los estrógenos y otros mensajeros químicos que influyen en varios procesos corporales. Esta es la razón por la que, por ejemplo, surge la menopausia en las mujeres. Otros órganos afectados son la tiroides (encargada de producir hormonas que regulan el metabolismo y la temperatura corporal) y las glándulas suprarrenales (que liberan cortisol, adrenalina, entre otras).

Consejo:

Además de una alimentación balanceada y una rutina de ejercicio, evite fumar y minimice el consumo de alcohol. Si los síntomas de la menopausia u otros trastornos hormonales afectan gravemente su calidad de vida, consulte con un médico especialista si está necesitando una terapia de reemplazo hormonal.

Cambios en el cerebro

Como sucede con los demás órganos, el cerebro también experimenta una disminución en sus células, lo que conduce a una reducción en la masa cerebral. Esto ocasiona un deterioro en algunas funciones cognitivas como la memoria a corto plazo. Por otra parte, hay algunas funciones que se mantienen o incluso mejoran. Entre ellas se encuentran la inteligencia cristalizada ―que se refiere al almacenamiento de información que hemos recibido con los años― y la inhibición cognitiva o la capacidad para enfocarse en problemas específicos y resolverlos. Se cree que esta habilidad surge de una combinación entre conocimiento, experiencia y reflexión.

Consejo:

Mantenga y alimente su reserva cognitiva, es decir, la capacidad del cerebro para compensar los efectos del daño cerebral ocasionado por la vejez o la aparición de enfermedades como el alzhéimer. Esencialmente, la reserva cognitiva se considera una especie de “colchón” de habilidades mentales que se han acumulado a lo largo de la vida. Estas habilidades se refuerzan a través de la lectura, el aprendizaje, la creación artística y los juegos matemáticos y de memoria.

La resiliencia del sistema inmune

Con el tiempo, también el sistema inmunológico pierde parte de sus glóbulos blancos (células encargadas de defender al organismo de virus, bacterias, hongos, etc.), pero una parte de este sistema que se fortalece es la memoria inmunológica. Cuando somos niños, la mayoría de estos patógenos son nuevos, por lo que es fácil que nos enfermen. Pero cuando estamos en contacto con el mismo tipo de patógeno varias veces y varias veces nos curamos, la memoria inmunológica empieza a funcionar, haciendo que nos afecten menos o que tengamos una mayor resistencia a sus síntomas.

En cuanto a las alergias, se ha comprobado que algunas reacciones a los alérgenos pueden desaparecer o volverse más leves debido a que el sistema inmunitario reacciona con menor potencia. 

Consejo:

Tenga una buena higiene del sueño y procure dormir el tiempo suficiente. Otra recomendación para conservar la salud del sistema inmune es evitar el estrés del día a día, por esta razón, pruebe con actividades como la meditación, el yoga, y la terapia psicológica. 

Las personas que nos rodean

Además de tener un estilo de vida saludable, es importante no olvidar que los humanos somos seres sociales que necesitamos de otros para mantener facultades mentales y físicas. Se ha comprobado que reír, hablar, abrazar y compartir con amigos, familiares e incluso mascotas tiene un impacto significativo en la vejez, pues permite la liberación de hormonas del bienestar como la dopamina, la oxitocina y serotonina. Para todas las personas, pero sobre todo para los adultos mayores, tener a sus seres queridos cerca y tener diferentes actividades con ellos puede ayudar a reducir el riesgo de depresión y ansiedad, y aumentar la autoestima.

*Con la asesoría de la neuropsicóloga Ángela María Sierra y el médico geriatra Héctor Cárdenas, adscritos a Colsanitas.

Esteban Piñeros Martínez

*Periodista, colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas.