Los buenos hábitos de higiene son más efectivos para evitar la propagación de cualquier infección, que el uso excesivo de sustancias desinfectantes.
diario nos preguntamos si además de la correcta limpieza de las manos, el uso de mascarilla (tapabocas) y el distanciamiento social, existen otras medidas para evitar que el nuevo coronavirus llegue con nosotros a casa.
Algunas personas han optado por lavar la ropa inmediatamente después de llegar del exterior y darse un baño exhaustivo. Pero, ¿podemos protegernos del contagio sin recurrir a un consumo excesivo de agua y productos antisépticos?
Los expertos han manifestado que el virus puede sobrevivir unas tres horas suspendido en el aire, y de uno a tres días en diferentes superficies, dependiendo de las condiciones ambientales. Pero es probable que si usted es de los que ha podido mantenerse confinado en casa, sale ocasionalmente, y no frecuenta lugares con demasiadas personas, no sea necesario activar un ciclo de lavado para tres prendas y pasar 20 minutos en la ducha cada vez que regresa del supermercado.
¿El virus se queda en la ropa cuando salgo a la calle?
Lo más seguro es que no y existen dos explicaciones: primero, la mayoría de gotitas que expulsa una persona contagiada al hablar, estornudar o toser, caen al suelo; tendría que estar muy cerca de usted la persona contagiada y sin mascarilla para que el virus quedara en su ropa. Por eso es clave la distancia de, por lo menos, dos metros entre dos o más personas.
Aquellas gotitas que pueden quedar suspendidas en el aire son muy pequeñas (aerosoles), y están a merced del viento que fluye en diferentes direcciones. Esto representa un alto riesgo de contagio en recintos cerrados como un salón de clases o una congregación religiosa; pero en un ambiente libre lo más seguro es que el aire que arrastra una persona al caminar, lleve a las diminutas partículas en dirección contraria a su cuerpo.
"El uso indiscriminado de sustancias desinfectantes puede alterar la microbiota (ecosistema cutáneo) y provocar un mayor riesgo de infecciones a futuro".
Segundo, la cantidad de tiempo que dura el virus sobre una superficie depende de las características del material. En el caso de que efectivamente el virus haya caído sobre su ropa, expertos como el profesor Woo-Joo Kim del Hospital Universitario Guro de la Universidad de Corea, creen que por ser la tela un material absorbente, el virus se seca y “muere” relativamente rápido. Similar a lo que sucede en el papel.
Entonces, la recomendación es recordar que al volver a casa es necesario desechar la mascarilla en un recipiente cerrado, tomándola de las bandas elásticas; lavarse las manos de forma correcta y, para evitar el alto consumo de desinfectantes y agua, dejar los zapatos afuera hasta que vuelva a necesitarlos y la ropa en el cesto donde acostumbra depositar las prendas sucias, hasta que sean suficientes para hacer uso de la lavadora.
El virus y las superficies
Los materiales pueden contener el virus más o menos tiempo dependiendo de las características de cada uno: si es absorbente, el virus se seca y pierde su capacidad de contagio, pero si el material es liso (como plástico o metal), le permite al virus unas condiciones ambientales óptimas para mantenerse por más tiempo. Al respecto, el doctor Carlos Álvarez, médico infectólogo y vicepresidente de salud de clínica Colsanitas explica que “Más que la vida del virus, lo que se puede conservar por horas o días en algunos materiales es la estructura viral y por ende su capacidad infectante”.
Por otro lado, no existe evidencia de contagio al recibir un paquete, un periódico o algunas frutas transportadas por domiciliarios. Para mayor seguridad, puede arrojar los empaques plásticos o de cartón a un recipiente cerrado, y lavar sus manos. En el caso de las frutas, límpielas como de costumbre antes de consumirlas. También puede optar por dejar pasar 24 horas antes de manipular cualquier producto que llegue a casa.
Daño silencioso
La piel del cuerpo humano posee un ecosistema en el que habitan bacterias “buenas” que se encargan de protegerla. Esta defensa puede verse afectada por la utilización excesiva de productos antisépticos. Según el bacteriólogo Juan Felipe Zapata, docente investigador de la Universidad de Antioquia “El uso indiscriminado de sustancias desinfectantes puede alterar la microbiota (ecosistema cutáneo) y provocar un mayor riesgo de infecciones a futuro”.
Zapata asegura además, que muchas de las sustancias desinfectantes pueden ayudar a las bacterias patógenas (malas) a volverse más resistentes. Esto significa que, por evitar de manera excesiva el contagio de la COVID-19, le estaríamos abriendo camino a muchas otras enfermedades.
Otros de los riesgos que se corren debido a la manipulación y uso de compuestos químicos para la limpieza son:
1. Intoxicación por ingesta accidental.
Recomendación: tenga absoluto cuidado a la hora de reenvasar estas preparaciones, marque los nuevos envases de manera visible y ubíquelos fuera del alcance de los niños.
2. Intoxicación por inhalación.
Recomendación: asegúrese de que el lugar donde se hará uso de la sustancia para hacer una limpieza profunda, tenga buena ventilación.
3. Quemaduras.
Recomendación: Diluya en agua sustancias como el hipoclorito de sodio, más conocido como cloro, límpido o lejía.
Dato: según el último informe de intoxicaciones por sustancias químicas del Ministerio de Salud y Protección Social (2017), las intoxicaciones por solventes y otras sustancias químicas ocurren principalmente en población menor de 10 años por prácticas inadecuadas en el almacenamiento de sustancias como varsol o thiner.
Para el cuidado en casa se recomienda:
• Agua y jabón convencional para la piel.
• Alcohol antiséptico para superficies como las manijas de las puertas y bolsas plásticas, así como otras superficies de madera, acero inoxidable y plástico.
• Hipoclorito diluido en agua para los pisos. La capacidad desinfectante de esta sustancia solo es estable durante 24 horas, por eso es más efectivo que prepare una cantidad pequeña de esta mezcla para cada día.
Mitos y realidades
• Mito: el virus se contagia por el aire.
• Falso: las gotitas que puedan quedar en el aire se diluyen de manera rápida y su capacidad infecciosa es casi nula.
• Mito: se debe eliminar todos los microorganismos.
• Falso: muchos microorganismos son necesarios para el equilibro del cuerpo y la vida en general.
• Mito: es necesario comprar productos costosos y limpiar con mayor frecuencia la casa.
• Falso: salvo que haya sido visitado por una persona contagiada, su casa no debe convertirse en un laboratorio con fuertes protocolos de desinfección.
• Mito: el uso de guantes refuerza la protección al salir de casa.
• Falso: es más eficaz el lavado correcto de manos que el uso de guantes. Esto se debe a que los guantes pueden darle una falsa sensación de seguridad y olvidar que no debe tocarse la cara. Además, para quitárselos sin contaminarse las manos es fundamental una técnica para la que hasta ahora solo está entrenado el personal de salud.
• Mito: el personal de salud es un foco de infección.
• Falso: nadie conoce mejor los protocolos de bioseguridad que los médicos y las enfermeras.
**Fuentes: The Lancet Microbe, The New England Journal of Medicine, The New York Times.
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