¿De qué se trata esta meditación que promete grandes mejorías en la calidad de vida de quien la practica?
Alguna vez se ha comido una mandarina? Antes de responder afirmativamente a una pregunta aparentemente obvia, quisiera que pensara si alguna vez realmente se ha comido una mandarina. ¿Ha recorrido la cáscara suave y rugosa de la fruta con las yemas de los dedos para delinear la estructura redonda de los cascos que emergen, sugerentes, a través de esta piel firme? ¿Ha clavado las uñas de manera enérgica para abrirla, percibiendo el aroma cítrico que emana desde el centro mismo de la fruta y que sube por el aire hasta acariciar su nariz? ¿Ha observado la manera en la que cada gajo está recubierto por una débil membrana que dibuja figuras geométricas que se asemejan a las estalactitas de una caverna? ¿Ha sentido cómo, al morder uno de estos gajos finalmente, la boca se inunda con un torrente igualmente ácido y dulce que sacia la sed? ¿Alguna vez se ha comido una mandarina con atención plena en lo que está haciendo?
La noción de atención plena —más conocida en los campos de la psicología, la pedagogía y la nutrición como mindfulness— comprende antiguas prácticas de meditación budista sobre la conciencia del momento presente. Hace treinta años el médico y profesor neoyorquino Jon Kabat-Zin comenzó a incorporarlas en terapias para tratar pacientes con problemas de ansiedad y dolor crónico y, desde entonces, el mindfulness se ha convertido en una especie de principio mágico que promete reducir el estrés, mejorar las relaciones interpersonales y hasta aumentar la libido.
En estos tiempos de redes sociales y multitasking, cuando se ha comprobado que en promedio las personas no pueden soportar más de siete minutos sin mirar el celular, la corriente ha cobrado tanto apogeo que una sola búsqueda en Amazon sobre mindfulness arroja 37,722 resultados. Este pasado septiembre se estrenó en Londres Lost in Thought, la primera ópera de conciencia plena que intercala arias con poses de yoga, y actualmente se pueden descargar más de cien apps que recogen diferentes técnicas de relajación y meditaciones inspiradas en las investigaciones de Kabat-Zin. En palabras de Camilo Hidalgo, gerente de desarrollo humano de Mindfulness Consulting: “Para entender el mindfulness tenemos que entender que vivimos en un mundo muy acelerado, regido por la tecnología. Esto ha hecho que los seres humanos perdamos la capacidad de detenernos y prestar atención a lo que estamos haciendo y sintiendo en el momento presente. Es muy común encontrar personas distraídas, desmotivadas, con dificultades en las relaciones y estresadas. Mindfulness es una práctica que busca cultivar la capacidad de prestar atención a lo que estamos haciendo, pensando y sintiendo en ese preciso momento”.
Muchas de las meditaciones de mindfulness se articulan a partir de cuatro pilares: conciencia del cuerpo, conciencia de sí mismo, manejo de las emociones y manejo de la atención. Los ejercicios, que pueden hacerse en cualquier momento del día sin adoptar ninguna postura de contorsionista, buscan sencillamente que quien los realice sea consciente de lo que está sucediendo en el momento presente. Ya sea al lavar los platos, enfocándose únicamente en la manera en la que el agua corre por las manos, o al sentarse un par de minutos en silencio para sentir la forma en la que el aire entra y sale del cuerpo. Por medio de este sencillo entrenamiento de la mente, quien practica mindfulness observa sus pensamientos, sentimientos y sensaciones desde la distancia y es capaz de tomar una pausa antes de reaccionar de una manera conflictiva o ansiosa frente a escenarios estresantes.
"El mindfulness se ha convertido en una especie de principio mágico que promete reducir el estrés, mejorar las relaciones interpersonales y hasta aumentar la libido".
Entre los múltiples beneficios que el mindfulness puede traer a nuestra mente está el aumento de la creatividad, la concentración, la toma de decisiones asertivas y un mejor estado de ánimo. Pero también se han notado mejorías físicas. Un estudio adelantado por el centro médico Beth Israel Deaconess, en Boston, sugiere que estos cambios positivos podrían vincularse a la ralentización de algunas enfermedades cognitivas degenerativas como el Alzheimer y la demencia senil. Además, según investigaciones de la Universidad de Montreal, quienes practican el mindfulness pueden llegar a reducir la percepción del dolor físico a la mitad, haciéndolo recomendable para pacientes que sufren de artritis o dolencias crónicas.
Así que ya lo sabe. La próxima vez que esté embarcado en alguna tarea tediosa, en lugar de darle rienda suelta a preocupaciones o recuerdos que lo puedan poner ansioso, mejor tome una pausa para pensar realmente en lo que está haciendo en ese preciso instante. Respire profundo y sienta como todo su cuerpo se relaja, mientras que usted paulatinamente entrena su mente para disfrutar del presente.
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