Desde el inicio de la pandemia han aumentado las tasas de pubertad temprana en la niñez. ¿A qué se debe? Le explicamos la relación entre la pubertad precoz y el uso excesivo de pantallas de luz azul.
La exposición a la luz azul por el uso habitual de cualquier aparato tecnológico puede desequilibrar los niveles hormonales de una niña o niño. En los últimos años, los expertos han hecho un llamado de atención por el aumento de la pubertad cada vez más temprana en las niñas durante la pandemia. Este desarrollo, que normalmente se daba a partir de los trece o catorce años, se está experimentando a partir de los siete.
El dato
El 50 % de los niños y el 15 % de las niñas presentan activaciones prematuras neurogénicas y pubertad precoz como consecuencia de alteraciones hormonales.
“La relación entre la exposición a la luz azul y la reducción de los niveles de melatonina sugiere que el aumento del tiempo en pantalla desempeña un protagonismo en este aumento. Sin embargo, es más difícil revisar este cambio en los varones, por la dificultad de evaluar señales físicas puberales”, señala la Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica.
En octubre del año 2022, uno de los estudios más concluyentes hasta el momento, fue presentado en la Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica. Para esta investigación de la Universidad de Ankara (Turquía), la doctora Aylin Kilinç Uğurlu, investigadora y endocrinóloga pediátrica junto a otros colegas, utilizaron un modelo de ratones para investigar los efectos a largo plazo generados por una intensa exposición a la luz azul para determinar los niveles de sus hormonas reproductivas y el momento de inicio de su pubertad.
¿Por qué ratones? Para esto, la doctora Kilinç, afirma que si bien “es complicado replicar en los ratones la exposición larga a este tipo de dispositivos en un niño, el momento de inicio de la pubertad es muy aproximado y equivalente al de los seres humanos, aunque ajustado a su corta vida. Sin embargo, los cambios hormonales que ocurren durante la prepubertad y la pubertad, en los ratones hembra son comparables a los humanos. Entonces, a pesar de las limitaciones del estudio, estos hallazgos respaldan los posibles impactos en la salud de la exposición a la luz azul en los niveles hormonales y el inicio de la pubertad”.
En el marco de la investigación, los ratones hembras se dividieron en tres grupos de seis y estuvieron expuestos a un ciclo de luz normal y un tiempo de seis horas o 12 de luz azul. Los primeros signos de la pubertad llegaron antes en ambos grupos expuestos a la luz azul, y cuanto mayor fue el tiempo que estuviesen expuestas a esa iluminación, antes empezaba su etapa de desarrollo.
Frente a este estudio, el doctor Juan Pablo Llano, endocrinólogo pediatra y médico adscrito a Colsanitas, explica que “la luz azul de dispositivos tiene un efecto negativo sobre la reducción de la calidad del sueño tanto en niños como en adultos. Se altera nuestro reloj biológico, y, por tanto, la secreción de melatonina, que prepara nuestro cuerpo para descansar y dormir”. Por esto, los ratones presentaron niveles reducidos de melatonina, pero altos de hormonas reproductivas específicas (estradiol y luteinizante, relacionadas con el ciclo menstrual), así como cambios físicos en sus tejidos ováricos.
El uso de dispositivos móviles que emiten luz azul desde edades tempranas ya se ha relacionado anteriormente con alteraciones de los patrones de sueño en los niños, así como con otras consecuencias hacia el desarrollo de enfermedades como la obesidad. Sin embargo, en este caso, se afecta directamente la producción de melatonina; una hormona que se consigue únicamente con la oscuridad. Gracias a ella, el cuerpo humano logra identificar en qué momento descansa y puede dormir.
“Además de regular las funciones físicas y cerebrales para que el organismo pueda alcanzar las etapas profundas de sueño, los niveles de melatonina son en general más altos durante la etapa prepuberal (antes de pubertad) que durante la pubertad, lo que desempeña un papel precoz para el comienzo de la pubertad”, añade el especialista Llano.
La mayor duración de la exposición a la luz azul se asoció con un inicio más temprano de la pubertad en los ratones hembras, que además de tener niveles reducidos de melatonina, generaron un aumento de los niveles de algunas hormonas reproductivas y cambios físicos en sus ovarios. Esto es bastante problemático teniendo en cuenta que a mayor exposición, más temprano el desarrollo hormonal, aún más, cuando las horas que pasan los niños en dispositivos siguen en aumento.
En la investigación Del cambio a la adaptación: viviendo y aprendiendo en un mundo digital, elaborada en 2022 por Qustodio, plataforma que permite a los padres limitar el uso de los dispositivos electrónicos y el contenido en las redes sociales, se determinó que en gran medida los menores de edad, incluso a partir de los cinco años, ocupan la mayoría de su tiempo en redes sociales, principalmente en WhatsApp, TikTok, Instagram y YouTube.
Eduardo Cruz, responsable de la plataforma, explicó que “los menores de edad pasan frente a los dispositivos electrónicos, aproximadamente, unas cuatro horas al día, lo que supone casi 1.500 horas al año, que es la mitad del tiempo que dedican a dormir”.
Recomendaciones
“Se debe disminuir la exposición a pantallas a máximo una hora entre semana a partir de los cinco años (de actividades no escolares) y dos horas los fines de semana. Sin embargo, entre menos sin dudas será mejor para el crecimiento y desarrollo de los niños”, comenta el doctor Llano.
Sin embargo, no es ideal que los niños menores de seis años tengan acceso fácil y empiecen a utilizar dispositivos electrónicos. Pues a mayor uso, se pierden y debilitan los procesos cognitivos que enlazan las habilidades conductuales, pero así mismo, el completo desarrollo de distintos órganos o sentidos como la visión.
*Practicante de Bienestar Colsanitas.
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