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Cáncer de cabeza y cuello

Cáncer de cabeza y cuello: un gran desconocido

Ilustración
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Aunque esta enfermedad se desarrolla a menudo en silencio y pasa desapercibida, existen algunas señales de alerta. Aquí las explicamos.

El cáncer de cabeza y cuello es una enfermedad que se origina en diferentes células escamosas que recubren las superficies de la cabeza y el cuello; ubicadas principalmente en la boca, la nariz y la garganta. También, en los órganos localizados en el cuello, como la tiroides, las glándulas salivales y sus tejidos blandos, es decir, las arterias, las venas y los músculos. Los tipos de tumores dependen del tejido que los origina. Pueden ser de origen epitelial, conocidos como carcinomas; de tejido linfoide, que dan lugar a los linfomas, y los originados en los tejidos blandos, que son conocidos como sarcomas.

El cáncer de cabeza y cuello tiene una incidencia a nivel mundial del 25 % de los cánceres. Representa la quinta parte de tumores en la población mundial con 630.000 diagnósticos anuales.

Aunque sus causas exactas no son del todo claras, según Andrés Alberto Álvarez, cirujano de cabeza y cuello adscrito a Colsanitas, se ha identificado que son más frecuentes en hombres que en mujeres y que estos son sus principales factores de riesgo: 

  • Consumo de tabaco y alcohol. La combinación de ambos es especialmente peligrosa.
  • Virus del papiloma humano (VPH). El VPH, asociado con el cáncer cervical, también está relacionado con algunos tipos de cáncer de cabeza y cuello. 
  • Exposición a químicos. La exposición ocupacional a sustancias como el amianto o el benceno puede aumentar el riesgo. 
  • Exposición a la luz solar sin protección durante un período de tiempo prolongado.

“Según la Liga Colombiana Contra el Cáncer, alrededor del 70% de los pacientes son diagnosticados cuando la enfermedad ya está localmente avanzada, lo que no ofrece un buen pronóstico para la recuperación”

Síntomas

Las señales del cáncer de cabeza y cuello pueden ser sutiles al principio y, a menudo, se confunden con otras afecciones más comunes. “Es recomendable consultar al médico si ha tenido por más de tres semanas dolor de garganta, ronquera, dificultad para tragar, bultos en el cuello, entumecimiento u hormigueo constante en la cara”, explica Álvarez. Los pacientes también pueden experimentar pérdida de peso inexplicable, sangrados bucales o nasales, disfonía o cambios en la voz, y la aparición de llagas o úlceras en la boca que duren más de 15 días.

Diagnóstico y tratamiento 

El diagnóstico de este tipo de cáncer implica una evaluación exhaustiva. Suele incluir un examen físico de la boca, la garganta y el cuello; una endoscopia en la que se utiliza un tubo delgado con una luz para examinar el interior de la boca y la garganta; una biopsia en la que se extrae una pequeña muestra de tejido para examinar bajo un microscopio o pruebas de imagen que pueden ayudar a determinar el tamaño y la extensión del tumor.

Según la Liga Colombiana Contra el Cáncer, el cáncer de cabeza y cuello afecta principalmente a mayores de 50 años. Sin embargo, en los últimos años se ha visto que pacientes jóvenes desarrollaron la enfermedad como consecuencia del Virus del Papiloma Humano (VPH).

Lo que hace difícil llegar al diagnóstico es que algunas personas confunden sus heridas bucales o nasales y prefieren no consultar, pero con el tiempo empiezan a perder su voz, su capacidad para saborear los alimentos o para tragar, lo que puede llevar, progresivamente, a la desnutrición y la deshidratación o la pérdida de la comunicación. Por esto, según la Liga Colombiana Contra el Cáncer, alrededor del 70% de los pacientes son diagnosticados cuando la enfermedad ya está localmente avanzada, lo que no ofrece un buen pronóstico para la recuperación.

Prevención y detección temprana

La mejor forma de combatir el cáncer de cabeza y cuello es prevenirlo, según el especialista, con hábitos de vida equilibrados, pero también por medio de chequeos regulares de odontología para detectar cualquier signo de alerta a tiempo. “Es crucial que pueda vacunarse, preferiblemente en edades tempranas, contra las cepas que producen el virus del papiloma humano, puesto que puede ayudar a disminuir el riesgo de carcinoma, incluso de la faringe”, añade.

- Este artículo hace parte de la edición 195 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.

Catalina Porras Suárez

Periodista enfocada en la línea de bienestar y de salud mental. Disfruta conocer y escribir nuevas historias. La realización audiovisual, el cine y la función social del periodismo están dentro de sus intereses.