Nataly Marín padeció fuertes dolores de espalda durante su infancia que atribuía a su trabajo en el campo.
Gracias a la rehabilitación mejoró su calidad de vida.
Cuando tenía 15 años, Nataly sufría de dolores de espalda y notó una malformación en su columna.
Los dolores empeoraron en la adultez porque trabajaba en un restaurante 12 horas al día.
Perdió la fuerza de los brazos y las piernas.
Los médicos le diagnosticaron escoliosis, una curvatura anormal de la espina dorsal que puede llegar a ser grave y provocar fuertes dolores.
La remitieron a neurología para determinar si debía ser operada.
Aunque la necesidad de la cirugía era evidente, Nataly inició, como complemento, un proceso de rehabilitación con fisioterapia para disminuir el dolor de espalda y mejorar las condiciones de su cuerpo para la intervención.
Recibió atención en el servicio de rehabilitación del hospital San Juan de Dios de Anorí, Antioquia, a 5 horas de la capital del departamento. Este es uno de los 56 centros de salud apoyados por el programa Hilando Vidas y Esperanza, de USAID, implementado por la OIM.
Durante el proceso de rehabilitación, Nataly se esforzó por hacer al pie de la letra las terapias y complementó las sesiones con ejercicios en casa que le enseñó la fisioterapeuta.
Tras meses de asistir a rehabilitación física, sus esfuerzos dieron frutos:
No necesitó de una cirugía para recuperarse, pues ya no siente dolor y trabaja en su propio negocio de comida.
ESTE ARTÍCULO FUE POSIBLE GRACIAS AL APOYO DEL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA A TRAVÉS DE SU AGENCIA PARA EL DESARROLLO INTERNACIONAL (USAID). SUS CONTENIDOS SON RESPONSABILIDAD DE SUS AUTORES Y NO NECESARIAMENTE REFLEJAN LAS OPINIONES DE USAID, EL GOBIERNO DE ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA O DE LA ORGANIZACIÓN INTERNACIONAL PARA LAS MIGRACIONES (OIM).
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