Bicis dibujadas desde el recuerdo

Desde hace cuatro años, este amante de las bicis y el cardamomo inició un proyecto casual que se ha convertido en un ejercicio colectivo de memoria: dibujar una bici tal como la recordamos no es tan fácil como suena; así lo revelan estos 11 entre casi 300 dibujos cargados de emoción y nostalgia.

Además de ser un medio de transporte simple, eficiente y ecológico, las bicicletas son un objeto de diseño armónico y memorable. Respecto a esto último, aunque todos los que hemos visto una conservamos un recuerdo sobre su aspecto o un vínculo emocional con alguna bicicleta de la infancia, la memoria puede traicionarnos al intentar recordar exactamente cómo lucen.

El primer modelo (la “lauf machine” o máquina de correr) fue creado en 1817 por el alemán Karl von Draiss. Casi setenta años después, los ingleses J. K. Stanley, J. H. Lawson y Shergold, crearon el modelo de bicicleta moderna que todos conocemos y que transmite la fuerza de los pedales hacia la rueda trasera mediante una cadena.

Enamorado de la simplicidad de la bici, en diciembre de 2020, empecé a pedirle a conocidos y extraños que me dibujaran una bicicleta usando únicamente la memoria y un rapidógrafo.

–¿Una bici? –suelen responder.

–Sí, una bici. De memoria, como la recuerdes. Lo único que pido es que no tenga una persona a bordo y que sea horizontal. De resto, puedes hacerla como quieras.

“A los cinco años, le pedí una bici al niño Dios y aprendí a manejarla casi diez años después. Una tarde empezamos a jugar al ‘velódromo’ y por estar de aletoso tropecé un pedal con el piso y salí volando. Ese día conocí el agua oxigenada”.

Santiago Rivas
Periodista, 42 años

Aunque parezca un ejercicio sencillo, apelar a los recuerdos no es tarea fácil. La mayoría de personas empiezan dibujando lo obvio: dos ruedas. También saben que hay algo con lo que controlamos la dirección (el manubrio) y algo donde nos sentamos (el sillín). El mayor reto está en recordar cómo es esa parte que une todos los componentes de la bici (el marco).

Algunas personas tienen el recuerdo fresco porque mantienen una relación con la bici, bien sea de carácter recreativo, deportivo o de transporte. Otras tienen que viajar años en sus recuerdos para recrear sus bicicletas, monaretas o triciclos de infancia. Entonces, a modo de rescate, les cuento que no es una prueba de dibujo, que no hay bicis buenas ni malas, que es más una colección de momentos que voy armando en esos cuadernos.

“¡Uf! No se me ocurre mucho al respecto. Solo tengo claro que en ese momento la vida era como un totazo en bici y sin casco”.

Nicolás Gutiérrez
Diseñador gráfico, 30 años

Recuerdo una cancha de baloncesto en la que mi papá me enseñó a manejar bicicleta. No era una Monareta, pero su forma era parecida. Era plateada y recuerdo estar dando vueltitas en la cancha agarrándole el ritmo a la pedaleada”.

Mariana Matija
Diseñadora y bloguera, 33 años

“Pa’ ver, Mao. Pásame el cuaderno y te dibujo una bici”.

Álvaro Solano
Mi padre, a sus 67 años, unas semanas antes de morir.

Hace un par de semanas invité al neurólogo Leonardo Palacios a dibujar su bici y, frente al cuaderno, habló ampliamente de lo que este ejercicio le hacía recordar sobre cómo funciona la memoria: “Mira, hay varios tipos de memoria, te voy a decir cuáles utilicé yo. Primero, hay una que se llama anterógrada o memoria a corto plazo. También tenemos la memoria retrógrada o a largo plazo: es la que usé para dibujarla y también al remitirme a mis primeros recuerdos con una bicicleta; para contarte esos momentos acudí también a la memoria declarativa o explícita, la que permite narrar los hechos tal como ocurrieron. Y una muy importante es la memoria procedimental, que es la que nos permite no olvidar cómo montar bicicleta aunque no tengamos presente cada paso del proceso; es la que está presente al conducir un carro o al tocar un instrumento musical”.

“Mis hijos ya están muy grandes, tienen 33 y 31; pero cuando apenas tenían 12 y 10, íbamos mucho a Paipa, alquilábamos bicicletas y alternábamos: unos montando en bici y otros montando a caballo”.

Leonardo Palacios
Neurólogo, 65 años

“Mi primera bici me la regaló mi ex, Nicolás, a los 24 años. Él me regañaba si montaba mal; luego otro novio, matemático, me ayudó a soltar el miedo. Después abandoné la bici en una mudanza y con ella se fueron todos los malos recuerdos”.

Lorena Torres
Artista, 31 años

“Compartía una bici roja con 35 primos en Mit Yazid, mi pueblo en Egipto. Subíamos una loma y desde arriba nos dejábamos caer a toda velocidad intentando mantener el equilibrio”.

Ahmad Mosen
Poeta, 29 años

Llevo más de 300 bicis dibujadas en seis cuadernos por personas de todo tipo: vendedores ambulantes, urbanistas, mecánicos de bicicleterías, periodistas, meseras, médicos, músicos, mensajeros, citas de Bumble que nunca volví a ver, diseñadores, artistas y deportistas, entre muchos otros oficios que no recuerdo o que no pregunté.

Para mí, cada bici dibujada es un asomo a las certezas y a las dudas que constituyen nuestros recuerdos. Por su parte, cada cuaderno es un conjunto de perspectivas alrededor de un invento atemporal que nos ofrece libertad y autonomía en medio de una sociedad centrada en los automotores.

“Me parece lo más difícil dibujar una bici. La mía tenía un cosito aquí detrás para poner cacharritos y siempre la tenía llena de juguetes. Tenía que salir de casa con mis muñecas, mi no-se-qué, mi libreta de dibujar… siempre tenía la sensación de que se iba a acabar el mundo”.

Raquel Riba Rossy (Lola Vendetta)
Ilustradora, 33 años

La bici, como sea que la recordemos, es un vehículo que nos permite ver y vivir la ciudad a otro ritmo. Una oportunidad de valorar la ruta y no solo el destino. Una manera asequible y tranquila de escapar al caos de la movilidad en las ciudades.

“Recuerdo cuando me quitaron las ruedas de apoyo. Estábamos en el barrio junto a varios amigos de mi edad, montar bici era un paso que todos debíamos dar; yo estaba petrificada del miedo de caerme delante de ellos, pero lo logré”.

Victoria Holguín
Fotógrafa, 38 años

“Mi primera bicicleta era rosada. La dejé mal parqueada y mi papá la estrelló con el carro. Le pusieron un manubrio plateado con manijas rojas. Seguro que por eso todas las bicicletas que he dibujado parecen Frankenstein”.

Laura Restrepo Gil
Vestuarista, 35 años

“Mi primera cicla tenía ruedas de apoyo. Un día me di cuenta de que las otras no las tenían, me dio pena y le pedí a mi papá que las quitará. Fui a montar sola todo el día y, entre caídas y moretones, al final logré rodar una cuadra completa”.

Sara Paris
Arquitecta e ilustradora, 33 años