Tres mujeres que practican y enseñan yoga nos muestran cómo encontraron en esa disciplina el camino hacia el equilibrio y el bienestar.
a palabra yoga proviene del sánscrito yuj que significa unir, conectar, relacionar o integrar. Estas cuatro palabras reflejan lo que es el yoga. Contrario a lo que algunas personas creen, el yoga no es una religión y tampoco se trata de únicamente posturas que retan nuestra flexibilidad y equilibrio. El yoga es, más bien, una filosofía y práctica que promueve el bienestar a través de la conexión entre cuerpo, mente y espíritu. Es, en conclusión, una herramienta que cada persona puede utilizar, aprovechar y conocer de diferentes maneras.
Tres testimonios de transformación
Andrea Camargo, Diana González y Luz Karime Alviz llegaron al yoga por diferentes caminos. A pesar de tener motivaciones distintas, las tres coinciden en que el yoga ha transformado la relación consigo mismas, con sus cuerpos y su forma de vivir.
Andrea es médica veterinaria. Durante la carrera universitaria conoció muchas prácticas crueles y violentas de las que son víctimas diferentes especies. Eso y su amor por los animales la llevaron a convertirse en vegana. Andrea comenzó a practicar yoga hace casi dos años con un reto de 30 días del canal de YouTube Yoga with Adriene. Desde entonces lo practica diariamente y está tomando una formación con la escuela Siddhi Yoga para certificarse como profesora.Ella ve al yoga como una herramienta para sincronizar y equilibrar el cuerpo, la mente y el espíritu. Es una de las prácticas que más paz ha traído a su vida.
Gracias al yoga, dice, se siente con más energía y vitalidad, su columna es mucho más flexible, mejoró su postura, tiene más fuerza en el abdomen y en la espalda baja, ganó masa muscular en las piernas. A través de la práctica ha identificado vínculos entre ciertos dolores corporales y algunas situaciones emocionales. Dice que el mayor impacto lo ha experimentado ahí, pues se siente liberada de cargas emocionales.
Diana es profesora de kundalini yoga, yoga prenatal y yoga para el útero. Enseña alimentación yóguica y vegetariana y también es terapeuta a través de las artes expresivas. Lleva diez años dirigiendo una de las sedes de Happy Yoga y actualmente tiene un proyecto que se llama Happy Yoga Nutri, que se enfoca en el yoga para la mujer. Diana conoció el yoga durante una formación; sin ninguna expectativa al respecto descubrió un camino de transformación y crecimiento que cambió su vida.Ella define el yoga como una tecnología y un camino que le ha permitido recordar quién es en realidad, su naturaleza, sentir la presencia de lo divino en sí misma y reconocer todo el milagro, la fuerza y la vida que la habita para transitar su camino con gracia y alegría.
Otra característica que adora del yoga es que quienes transitan este camino se proponen generar el menor impacto negativo posible, les importa el sufrimiento de otros seres, del medio ambiente. De acuerdo con ella, el yoga se manifiesta en cada persona de una forma única y lo que hace o moviliza en cada uno es diferente.
Luz Karime estudió medicina en la Universidad de los Andes y es especialista en Medicina de la Actividad Física y el Deporte. En el último semestre de su carrera trabajó en un proyecto de investigación sobre el síndrome del túnel carpiano a través del yoga, uno de sus primeros acercamientos a esta práctica. Luz define el yoga como un estilo de vida que nos permite crear una conexión entre cuerpo, mente y respiración que se adapta a cada persona que lo practique según su edad, condición física e interés particular. De acuerdo con ella, el yoga nos enseña sobre la adaptación, la paciencia y la compasión propia.
En los últimos años ha utilizado el yoga en consulta con mujeres embarazadas, personas con depresión, ansiedad, deportistas y con personas sin enfermedades que tienen interés por mejorar la relación consigo mismas. La doctora y especialista, además de utilizar esta práctica con sus pacientes, también lo ha convertido en una práctica personal que le gusta mezclar con afirmaciones, pues de esta manera puede trabajar la dimensión física y la mental al mismo tiempo.
Andrea Camargo.
Los ocho pasos del yoga
El libro Los yoga sutras de Patanjali reúne ocho pasos del camino yogui, que son fundamentales para aquellas personas que quieran acercarse a esta práctica. Como verán a continuación, los sutras o pasos implican la revisión crítica de nuestra forma de vivir, la reflexión y el cambio de hábitos. El texto consagra, reúne y organiza las prácticas del camino del yoga.
1. Yamas
Estos códigos morales deben orientar la forma de actuar. Cumplen su función como principios de conducta universal:
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Ahimsa: no violencia y respetar a la vida.
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Satya: no mentir, defender y decir la verdad.
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Asteya: no robar y aceptar lo que somos.
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Brahmacharya: no desperdiciar y moderar nuestra energía.
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Aparigraha: no aferrarnos y vivir con desapego.
2. Niyamas
Son también cinco códigos morales, pero se enfocan en disciplinas individuales y actitudes que hay hacia nosotros.
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Saucha: limpiar el cuerpo, la mente y la palabra.
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Santosha: gozar y disfrutar la vida.
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Tapas: vivir con austeridad y disciplina.
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Svadyaya: cultivar el autoconocimiento a través de la lectura, la escritura, la reflexión y la observación.
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Ishvara Pranidhana: practicar la devoción y la renuncia.
Según Diana González, profesora de Kundalini yoga, yoga prenatal y yoga para el útero, los Yamas y Niyamas son como el sonido de un tambor que nos va marcando el ritmo para no perdernos.
3. Asana
Significa pose, y consiste en las posiciones que limpian los canales de energía y equilibran su flujo en nuestro organismo. En la práctica del yoga es fundamental realizar las posturas de manera consciente. La práctica de asanas prepara nuestro cuerpo y mente para los siguientes pasos del camino: Pranayama y Pratyahara.
4. Pranayama
Significa expansión del prana o energía vital y se trabaja a través de ejercicios de respiración. Prana significa en sánscrito energía vital o respiración y Ayama significa extensión.
5. Pratyahara
Es el control de los sentidos y se trata de retirar nuestra atención de las cosas que ocurren a nuestro alrededor. Durante la fase de Pratyahara debemos apartar nuestros sentidos del momento presente, alejarnos de las distracciones externas para conectar con nuestro interior.
6. Dharana
Es la concentración y se suele trabajar enfocando la atención en un objetivo o punto fijo. Al principio puede ser retador para algunas personas mantener la concentración durante mucho tiempo, pero con la práctica diaria la mente y la atención se familiarizan con esta actividad.
7. Dhyana
Es la meditación y consiste en un estado contemplativo y de observación. Nuestra noción del tiempo y el espacio puede desaparecer y la actividad mental se detiene o se ralentiza.
8. Samadhi
Significa absorción total y es como un estado de iluminación que puede manifestarse para cada persona de formas y en momentos diferentes.
Diana González.
Estilos de yoga
Los ocho pasos del yoga se manifiestan a través de las diferentes ramas del yoga. Unas requieren mayor esfuerzo físico y otras, más quietud y meditación. Para Diana González, las ramas del yoga son como caminos, formas o texturas que puede tomar el yoga.
Laura Serghiescu, profesora de yoga y meditación, y creadora de la escuela online Sendero Yoga, recomienda a quienes desean iniciar la práctica tener en cuenta que si su interés está centrado en el cuerpo físico, cualquier estilo de yoga moderno enfocado en la práctica de asanas, es decir posturas, puede ser útil. En esta categoría encontramos el chakra yoga, kundalini yoga, ashtanga yoga, vinyasa yoga e iyengar yoga. En cambio, si el interés es más espiritual, sugiere los estilos más tradicionales, por ejemplo: karma yoga, bhakti yoga, jnana yoga y hatha yoga.
Yoga moderno
La mayoría de los estilos modernos nacen del hatha yoga, un tipo de yoga muy físico en el que se considera el cuerpo el vehículo principal del alma. El objetivo es perfeccionar el cuerpo, llenarlo de fuerza vital, equilibrio y salud y prepararlo para etapas más avanzadas del yoga. Estos son algunos:
Ashtanga yoga: es un estilo dinámico y rápido que requiere de mucha fuerza y resistencia física. Es rutinario, de manera que la persona debe realizar series fijas de posturas que se repiten una y otra vez.
Vinyansa yoga: significa movimiento sincronizado con la respiración. Es también un estilo dinámico, rápido, pero es más variado y creativo que el anterior, ya que no tiene secuencias fijas.
Iyengar yoga: es un estilo que se enfoca en lograr y mantener una alineación corporal precisa en cada asana o postura. En esta práctica se utilizan accesorios como bloques, cojines y sillas para retar el equilibrio o corregir posturas. Se recomienda para personas que padecen condiciones físicas específicas.
Yin yoga: es un estilo lento y pasivo. Se enfoca en apli[1]car un estrés moderado en articulaciones, tendones o ligamentos, con el objetivo de aumentar la circulación y mejorar la flexibilidad. El estilo yin propicia la flexibilidad, mas no tanto la fuerza. Para ser yogui, dice Diana, no es necesaria una certificación, ni recibir el acompañamiento de maestras o maestros. Basta con identificar cuáles ramas resuenan más con nuestros intereses, iniciar una práctica cotidiana y dejarnos sorprender con lo que este camino tenga por mostrarnos.
Luz Karime Alvis.
Mitos del yoga
El yoga es una religión.
No lo es. El yoga es una práctica física y filosófica que cada persona vive y experimenta de una manera diferente.
Debo llevar una alimentación vegana o vegetariana si quiero hacer yoga.
No es un requisito. Existen yoguis que no son veganos ni vegetarianos, sin embargo, la no violencia hace parte de la filosofía yogui y en este sentido la alimentación vegana o vegetariana es más coherente y está más alineada con el yoga.
El yoga es difícil.
Vale la pena explorar con las diferentes ramas para identificar cuál es la más acorde con los intereses y capacidades de cada persona. Puede ser difícil para alguien que no acostumbra realizar actividad física y experimenta con asanas muy complejas, o sencillo si encuentra posiciones más básicas.
*Comunicadora social y gestora de programas de voluntariado.
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