El 2022 fue el año con mayor registro de casos de violencia intrafamiliar en Bogotá en los últimos diez años. De la mano de expertas en el tema, explicamos qué es y cómo actuar frente a este tipo de violencia.
Imagine que su familia y su casa, espacios que deberían ser seguros, se convierten en lugares que generan dolor y miedo. No puede vivir en paz por temor a que le pase algo o que le hagan daño, y peor aún, no logra hablar sobre esto. No sabe cómo pedir ayuda. Pues esta es una situación que cada vez es más frecuente para miles de personas en el país.
El subsistema de vigilancia de violencia intrafamiliar y género, maltrato infantil y violencia sexual (SIVIM) publicó el informe del año 2022 en el que se indica que hubo al menos 44.117 casos de violencia intrafamiliar en Bogotá, lo que representa un incremento del 45 %; cifra que no se reportaba desde hace dos décadas.
De acuerdo con la psicóloga Johanna Díaz, la violencia intrafamiliar está más cerca de lo que se cree y en los lugares menos sospechosos. Tiene manifestaciones de tipo emocional, afectando la psicología de la víctima; física, cuando hay ataques por medio de la fuerza u objetos (armas, cuchillos, piedras, palos, etc.); sexual, con acceso carnal violento o conductas abusivas; económica, en donde se somete a la víctima por dependendencia de bienes o recursos, y de abandono y negligencia en casos de padres ausentes.
Mujeres y niñas, las más afectadas
Según el informe, por cada cuatro casos de violencia intrafamiliar, tres víctimas son mujeres o niñas. El tipo de violencia más registrado es la violencia sexual con 18.076 casos. Para actuar a tiempo en casos con niñas, niños y adolescentes, la psicóloga Diana Sánchez y la doctora Gloria Escobar, pediatra adscrita a Colsanitas, comparten las claves para prevenir el abuso en menores.
Las causas que más se identifican en los procesos son la falta de herramientas de manejo emocional y de comunicación. “Los agresores suelen venir de hogares violentos. Tienen un perfil determinado de dependencia afectiva, aislamiento, celos, depresión, ansiedad y/o estrés crónico” añade la psicóloga Díaz.
En la sociedad colombiana, un factor determinante también es la normalización de la violencia por las dinámicas de conflicto armado que se han vivido por más de cinco décadas. Respecto a esto, la psicóloga sistémica familiar, Luz Ángela Rodríguez, recuerda que desde la infancia debe trabajarse en desnaturalizar y afrontar los conflictos sin agresividad, divulgar los derechos fundamentales de respeto y dignidad y preparar a las personas para identificar los tipos de manipulación.
¿Por qué es tan difícil salir de una relación violenta?
La relación con el victimario es el mayor impedimento para romper un ciclo violento, pues generalmente vive en la misma casa y ejerce un poder abusivo. Angie Garavito, psicóloga psicosocial, explica que otras causas pueden ser la manipulación que pone a la víctima en un lugar de complacencia frente al victimario con el fin de que no la vuelva a lastimar, o un apego que la lleva a pensar que el “amor lo puede todo”.
En el caso de las mujeres también influye la desigualdad económica y laboral o una situación de trabajo en casa no remunerado, que en la gran mayoría de casos las hace depender económicamente de su pareja.
¿Qué puede hacer como víctima o persona con conocimiento de un caso?
Como víctima debe acudir a acompañamiento psicológico, pero no es tan fácil identificar las situaciones violentas. “En el caso de menores, desde la familia, las madres y padres deben crear pautas de crianza en las que se explique que no deben permitirse actos violentos en sus relaciones sociales, de acuerdo a su edad y menos dentro de su núcleo familiar. Asimismo, crear ambientes de escucha y diálogo para reconocer cuándo existen ambientes violentos” comenta la psicóloga Garavito.
La psicóloga Johanna Díaz explica que una víctima que es repetidamente abusada destruye psicológicamente su identidad individual y puede caer en una ambivalencia y excusar las actitudes de su victimario, no tomar las decisiones correctas y tener patrones de culpabilidad. Por eso debe contar con redes de apoyo que analicen y comprendan que la víctima tiene dificultades para actuar conscientemente, y así, busque ayuda profesional.
Entidades para acudir en caso de violencia
Si es víctima de violencia intrafamiliar o está acompañando un caso puede acceder a las líneas telefónicas Una llamada de vida, Línea Púrpura (para mujeres), Línea Calma para hombres o puede acudir a su Comisaría de familia más cercana.
Si convive y depende de su victimario puede acceder a casas de refugio; iniciativa de la Línea púrpura en la que dependiendo de su caso le garantizarán, de manera gratuita alojamiento, alimentación, vestido, transporte y acceso a la justicia.
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