A través del programa A Guajira (Activando la salud en la Alta Guajira), la Fundación Keralty, de la mano de los conocimientos ancestrales de las comunidades, ha logrado disminuir los índices de varias enfermedades prevalentes en esta zona.
Los índices de salud del departamento son alarmantes, según el Instituto Nacional de Salud (INS) en La Guajira la mortalidad por desnutrición en menores de cinco años pasó de 21,58 en 2022, a 24,43 en 2023; por infección respiratoria aguda de 14,39 a 15,38 y por enfermedad diarreica aguda de 6,29 a 8,14.
Teniendo en cuenta que estas condiciones pueden prevenirse, resulta trascendental la formación de líderes comunitarios que puedan identificar las alertas tempranas de salud y responder ante ellas, pues son quienes realmente conocen las problemáticas de su comunidad. Ese, precisamente, es el objetivo del programa A Guajira: “trabajamos a través del fortalecimiento de las capacidades de Gestores de Bienestar (personas de la misma comunidad que asumen labores de cuidado) y de las prácticas de salud, los activos, los recursos y el conocimiento ancestral para mejorar los indicadores de salud y las condiciones de vida de las comunidades de Yorijarú y Kulesiamana, en la Alta Guajira”, explica Camila Ronderos Bernal, directora ejecutiva de la Fundación Keralty.
El grupo de gestores lo componen 19 personas que reciben formación para alertar sobre las condiciones prevalentes de la comunidad, como las enfermedades diarreicas o respiratorias, y otros factores que afectan directamente el estado de las personas, como la salud maternoinfantil, la salud mental y la equidad de género. Se encargan de acompañar los procesos teniendo en cuenta las alertas, pero también identificando las necesidades de las distintas poblaciones para transformar el territorio, apoyados en su propio conocimiento.
Los logros de este trabajo, que comenzó en el 2018, no se han hecho esperar. Ya se evidencia una reducción de las enfermedades diarreicas en un 30 %, una reducción notable en la prevalencia de enfermedades respiratorias, y lo más importante, ha cambiado la noción de cuidado y ha aumentado el interés de los jóvenes por conocer todos los beneficios de sus plantas ancestrales.
Lucibet del Carmen Palmar es una de las gestoras de bienestar. En sus palabras refleja el orgullo que siente por lograr servir a su comunidad: “ya podemos enseñarles a los niños a comer saludable, explicarles sus derechos, lo mismo a los adolescentes y podemos también gestionar más ayuda para los ancianos, más compañía que es realmente lo que necesitan. Es un honor para mí servir a mi comunidad. Lo hago de corazón”.
Conozca la guía de las plantas medicinales de la Guajira y sus diferentes usos.
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