El chef que lleva más de 10 años conquistando a los participantes y al público del reality de cocina MasterChef es, además, un apasionado del mar y de los sabores de toda Colombia.
La cocina era un rumbo difícil de esquivar para este cartagenero, pues en su casa todo giraba en torno a ella: “De niño siempre fui glotón, me encantaba comer y ver todo lo que pasaba alrededor de la mesa cuando teníamos un invitado especial: poner el mantel, sacar la mejor vajilla, pensar en los ingredientes, cocinar durante días”.
Esa experiencia y su convicción lo llevaron al Pacific Institute of Culinary Arts de Vancouver, donde encontró los sabores propios que se convirtieron en su sello personal y le dieron un lugar dentro del competido mundo de la gastronomía internacional. Esas mismas credenciales con las que sueñan los nuevos talentos nacionales y que, poco a poco, han ido encontrando gracias al trabajo pedagógico y al camino que han marcado Nicolás y otras reconocidas figuras.
“De las cosas más lindas que tiene MasterChef es que es un programa que nos reafirma nuestra pasión y que hace un relato hermoso de nuestro país, porque nos enseña sobre nuestras regiones, sobre nuestros campesinos, sobre nuestros productos y sobre nuestras preparaciones. Creo que si seguimos por ese camino correcto, es cuestión de tiempo para que la cocina colombiana logre la madurez que pueden tener algunas mucho más reconocidas, como la italiana o la francesa”.
Entre otras cosas, asegura que, si el oficio culinario no se hubiera atravesado en su camino tan pronto, quizás le hubiera gustado ser biólogo marino, porque el mar es su otro gran amor. Y que aunque su esposa, Daniela Vidal, es su compañera de fórmula en una serie de libros enfocados en recetas fáciles y saludables para la familia, en su casa es él quien se encarga de alimentar a la tropa.
Mi escena de bienestar incluye…
El mar, buena comida y mi familia.
El bienestar mental lo encuentro en…
La naturaleza, en el desprenderme de todo, en el no tener nada que hacer. Nada mejor que poder estar vestido solo con una camiseta y una pantaloneta, al lado de mi familia y cocinarles algo delicioso.
Mi éxito como persona…
Escuché hace poco una definición que me gustó y es que cuando uno sea grande, los hijos quieran seguir pasando tiempo con uno. No hay nada más importante que la familia.
La mejor forma de cuidar mi salud es…
Comer bien.
Mi manera de cuidar a los demás la expreso…
Encargándome de ellos… garantizar que no les haga falta nada y darles cosas que les den felicidad. No solo cosas materiales, sino experiencias con las que se la pasen muy bien.
Mi mantra para encontrar la calma en momentos difíciles es…
“Tómala suave, tranquilo”. La verdad es que los problemas, el 90% de las veces, se solucionan solos; solo un 10% depende de nosotros. Y cuando no tienen solución, dejan de ser un problema.
Valoro los momentos de soledad porque…
Puedo pensar, disfrutar, relajarme. Realmente me encanta “meterme en la cueva” de vez en cuando.
Las pérdidas me han enseñado…
Que hay que verlas como algo bueno. Son las que dejan las mejores lecciones. Obviamente, fracasar o caer es feo, horrible, pero nos enseña a pararnos, a sacudirnos y echar para adelante.
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