Pasar al contenido principal
Prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de cuello uterino

Prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer de cuello uterino

Las doctoras Diana Santana y Lina Caicedo abordan las dudas más frecuentes y desafíos de esta enfermedad agresiva pero fácil de detectar a tiempo.

El cáncer de cuello uterino es a menudo asintomático y, aunque puede detectarse de manera temprana, es una de las enfermedades más agresivas para las mujeres. Las médicas Lina Caicedo, especialista en ginecología oncológica de Colsanitas y Diana Jimena Santana, ginecóloga oncóloga del Instituto Nacional de Cancerología, comparten claves para la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, así como las perspectivas y desafíos en la lucha contra este tipo de cáncer que afecta a tantas mujeres. 

Según la doctora Santana, el cáncer de cuello uterino es una enfermedad maligna que inicialmente afecta el cuello del útero o cérvix y puede llegar a dañar cualquier órgano del cuerpo de la mujer. Esta enfermedad afecta especialmente a mujeres en edad reproductiva. 

Desafortunadamente, el cáncer de cérvix no tiene síntomas en estadios iniciales. Sin embargo, la doctora Caicedo explica que algunas mujeres pueden experimentar sangrado vaginal después de tener relaciones sexuales y que, a menudo, el cáncer se diagnostica durante exámenes de rutina como la citología vaginal con la que se detectan lesiones precancerosas. En etapas tardías, se puede presentar sangrado genital irregular, flujos vaginales fétidos o dolor.

“El Virus del Papiloma Humano es el factor de riesgo más importante para el cáncer de cuello uterino en más del 90 % de los casos, pero no necesariamente causa la enfermedad. Puede transcurrir mucho tiempo, incluso años, desde la infección inicial con el VPH hasta el desarrollo del cáncer de cuello uterino, y es la vacunación temprana la que puede reducir significativamente su incidencia”, dice la doctora Santana.

Detección temprana

“La colposcopia (procedimiento que examina el cuello uterino) y la biopsia (una prueba médica que toma una pequeña muestra de tejido o células del cuerpo para examinarlas en un laboratorio) son procesos de gran importancia en la detección de lesiones precancerosas o cancerosas en el cuello uterino”, comenta la doctora Lina Caicedo.

Por su parte, la doctora Santana explica que la estadificación del cáncer de cuello uterino la realiza el ginecólogo oncólogo mediante imágenes o cirugía según sea el caso. Es importante porque definirá que tan localizada o metastásica se encuentra la enfermedad y así indicar el tratamiento preciso con base en su estadio.

Prevención y tratamiento integral 

“La vacuna para el virus del papiloma humano es la prevención primaria y como médicos nos debemos enfocar en que las niñas colombianas estén vacunadas dentro del Plan Nacional de vacunación entre los 9 y los 17 años con una dosis;  pero mujeres que no la tengan la pueden aplicar hasta los 45 años, con tres dosis”, comenta la doctora Diana Santana.

En cuanto al tratamiento, las opciones van desde las etapas iniciales, cuando se puede realizar una conización, (cirugía ambulatoria para extraer la parte del cuello del útero que se encuentra afectada) o la histerectomía, que implica la extirpación del útero. En etapas más avanzadas, según la doctora Caicedo, se recurre a quimioterapia y radioterapia concomitantes, seguidas de braquiterapia (tratamiento oncológico que utiliza fuentes radiactivas cerca o dentro del tumor con el fin de aplicar radiación directamente en el área afectada) para dirigir la radiación al tumor. Ambas médicas coinciden en la importancia de un enfoque multidisciplinario que aborde no solo los aspectos médicos, sino también los emocionales y sociales de la enfermedad.

Efectos secundarios del tratamiento

La quimioterapia y la radioterapia pueden tener efectos secundarios, como náuseas, diarrea y supresión de las células sanguíneas. La médica Lina Caicedo explica que estos efectos suelen ser manejables y temporales. En casos más graves, la radioterapia puede provocar complicaciones como fístulas, pero es importante sopesar estos riesgos con los beneficios del tratamiento.

“La radioterapia es uno de los pilares fundamentales para el tratamiento del cáncer de  cuello uterino y los efectos secundarios nunca sobrepasaron sus efectos benéficos en el  tratamiento. Dentro de los efectos secundarios esperados con esta terapia podemos encontrar daño ligero de las mucosas de órganos vecinos como vejiga, recto y vagina”, explica la doctora Diana Santana.

Fertilidad y tratamiento

De acuerdo con la doctora Santana, las terapias convencionales para el cáncer de cuello uterino suelen implicar la extirpación del útero o dejar a la paciente estéril, dependiendo del tratamiento. Sin embargo, existe un pequeño grupo de mujeres que podrían beneficiarse de un enfoque conservador de la fertilidad, donde solo se eliminaría el cuello uterino, siempre y cuando cumplan con criterios muy específicos.

Prevalencia  y factores de riesgo de la enfermedad en Colombia

“Los principales factores de riesgo incluyen la actividad sexual sin protección, las infecciones por VPH y los factores socioeconómicos, como la pobreza y el acceso limitado a la atención médica preventiva”, comenta la doctora Lina Caicedo.

El Observatorio Global del Cáncer (Globocan) señaló que, para 2020 en Colombia, se estimaron 4.742 casos nuevos para una incidencia ajustada de 14,9 por cada 100.000 habitantes; esta cifra ubica la enfermedad como el tercer tipo de cáncer con mayor incidencia y mortalidad en las mujeres. Este panorama puede mejorar si nos  empeñamos en ser promotores de la vacuna.

En marzo de 2024, en Cartagena, Colombia, se celebró el primer foro mundial contra el cáncer de cuello uterino. La doctora Santana destacó el objetivo de difundir y discutir la estrategia de la OMS llamada 90-70-90, que busca vacunar al 90 % de las niñas contra el VPH, asegurar que el 70 % de las mujeres se realicen las pruebas de tamizaje necesarias y garantizar que el 90 % de las mujeres diagnosticadas reciban tratamiento oportuno.

Se mencionó que los factores de riesgo para el cáncer de cuello uterino incluyen infecciones por VPH, tabaquismo, actividad sexual riesgosa y otras enfermedades de transmisión sexual. Finalmente, la doctora Santana aclaró que la genética no está relacionada con este tipo de cáncer.

Por su parte, la doctora Caicedo explica que es importante desmitificar la idea de que el cáncer de cuello uterino solo afecta a mujeres que mantienen relaciones sexuales con múltiples parejas o que es una enfermedad inevitable. La realidad es que está vinculado principalmente al VPH y a factores como la falta de vacunación, la actividad sexual sin protección y la falta de detección temprana. Es esencial educar a las mujeres sobre estos riesgos y la importancia del tamizaje y la vacunación.