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¿Por qué algunas mujeres experimentan crecimiento excesivo de vello?

¿Por qué algunas mujeres experimentan crecimiento excesivo de vello?

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El hirsutismo es una condición que provoca un crecimiento excesivo de vello en el cuerpo. Puede estar relacionado con otras condiciones como el ovario poliquístico o el desbalance hormonal en el cuerpo.

Cejas profusas y bigote desperdigado, esa es la imagen y sello personal que cualquiera recordaría de Frida Kahlo, artista mexicana que padeció de hirsutismo. Este trastorno es conocido por el crecimiento de vello con características masculinas en mujeres. Este vello, que puede aparecer  en distintas zonas del cuerpo como la espalda, el abdomen, el mentón, las mamas y los muslos, es señal de una producción elevada de andrógenos (hormonas masculinas) y se caracteriza por aparecer de forma abundante. 

El Instituto de diagnóstico e investigaciones metabólicas (IDIM) estima que entre un 5 % y 10 % de las mujeres tienen hirsutismo. Según Camilo Hurtado, endocrino adscrito a Colsanitas, el crecimiento del vello ocurre como resultado de la producción de andrógenos, es decir, de hormonas masculinas. Por lo general, esta producción alta de vello suele aparecer en la etapa previa a la menstruación y, de ser así, el hirsutismo acompañará a la mujer durante toda su vida. También puede desarrollarse después de la menopausia, aunque estos casos son menos frecuentes.

En general, la sobreprotección de andrógenos en el cuerpo femenino se da por causas fisiológicas, como el ciclo menstrual, el embarazo o la menopausia. En estos casos, aumentan los andrógenos porque el cuerpo en cada etapa puede experimentar variaciones hormonales. Por ejemplo, en el caso de la menopausia, los niveles de estrógeno disminuyen, lo que puede llevar al aumento de hormonas masculinas.

También pueden existir causas patógenas para el hirsutismo, como tumores en los ovarios, el sindrome de ovario poliquístico o la hiperplasia suprarrenal congénita. En ambas situaciones, se pueden presentar niveles altos en la producción de andrógenos; a eso se le conoce como hiperandrogenismo.

¿Cómo se diagnostica el hirsutismo?

Inicialmente, el cuerpo de la mujer experimenta algunos cambios físicos distintos al crecimiento abundante de vello. A este proceso se le llama virilización y sus signos más frecuentes son el engrosamiento de la voz, la calvicie, el acné, la disminución del tamaño de los senos, el aumento de la masa muscular y el agrandamiento del clítoris.

El hirsutismo puede tener varias causas. Todas, relacionadas con el desbalance hormonal que desregula su producción normal. Sin embargo, su diagnóstico también depende de factores como antecedentes familiares o hábitos de alimentación, que pueden aumentar la posibilidad de que una mujer llegue o no a desarrollar hirsutismo. 

Algunas afecciones que causan hirsutismo son hereditarias, como el síndrome de ovario poliquístico y la hiperplasia suprarrenal congénita o patológicas, según el IDIM.

  • Síndrome del ovario poliquístico. Esta afección causa desequilibrio en las hormonas sexuales que, con el tiempo, pueden dar lugar al crecimiento excesivo de vello, obesidad, períodos menstruales irregulares o infertilidad.
  • Hiperplasia suprarrenal congénita. Se caracteriza por la producción irregular de hormonas esteroides, como el  cortisol y el andrógeno, por parte de las glándulas suprarrenales.
  • Síndrome de Cushing. Se produce por la exposición  a niveles elevados de la hormona cortisol, ya sea por el uso de algunos medicamentos o por una producción excesiva de cortisol en las glándulas suprarrenales.

La obesidad también influye en la producción de andrógenos. “La obesidad, el sobrepeso y la resistencia a la insulina alteran  el eje sexual femenino, y resultan asociados al hiperandrogenismo”, dice Hurtado. Mantener una buena alimentación y una vida activa físicamente es una recomendación clave para disminuir la producción de hormonas masculinas.

El American College of Obstetricians and Gynecologists indica que el diagnóstico del hirsutismo incluye una revisión clínica, pruebas hormonales y estudios de imagen. La evaluación clínica pasaría por el siguiente esquema:

  • Historia clínica: Se registra la historia menstrual y reproductiva de la paciente, así como cualquier cambio sugestivo de virilización.
  • Examen físico: Se evalúa la distribución y severidad del vello corporal.
  • Evaluación de laboratorio: Se utilizan  pruebas hormonales para determinar los niveles de testosterona.
  • Evaluación metabólica: Se  evalúa  la función tiroidea, la tolerancia a la glucosa y el perfil lipídico.
  • Evaluación imagenológica: Se realiza un ultrasonido o ecografía para evaluar la morfología ovárica y descartar  posibles neoplasias.

Tratamiento y manejo

Para el manejo del hirsutismo existen diversos tratamientos, que incluyen medicamentos antiandrógenos(como la espironolactona, la Flutamida o la Finasterida) y el uso de hormonas femeninas  (píldoras anticonceptivas orales). También hay opciones quirúrgicas, como  la cirugía ovárica, que consiste en la eliminación de quistes ováricos o tumores que producen hormonas masculinas, y la cirugía adrenal, que elimina los tumores suprarrenales que producen hormonas masculinas.

Existen otros tratamientos estéticos como la depilación, bien sea láser, con cera o cremas depilatorias. Y la electrólisis, que es la eliminación permanente del vello corporal mediante corrientes eléctricas. Sin embargo, estos deben ser consultados y realizados por  un profesional para evitar  efectos adversos.

Cambios en el estilo de vida para un equilibrio hormonal

Es común que el crecimiento de vello corporal en las mujeres genere malestar. Por ello, es importante cuestionarse cómo esto puede afectar su bienestar emocional y tomar medidas según el caso.

Adoptar ciertos hábitos puede ser clave para reducir la producción de hormonas masculinas. El ejercicio, por ejemplo,  es fundamental para mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a frenar la producción de andrógenos. 

Además, una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras y granos integrales puede ser de gran apoyo. Es recomendable, igualmente, reducir el consumo de alimentos procesados y azúcares refinados.

Un ejemplo notable de aceptación y expresión de la imagen física es el caso de Frida Kahlo. A lo largo de su vida, vivió con hirsutismo, y convirtió su cuerpo y cada una de sus características, como su bigote y sus cejas pobladas, en un sello distintivo de su arte. Su imagen física se volvió un símbolo de identidad como mujer y artista, y una poderosa herramienta para reafirmar su mensaje y su voz en el mundo del arte. como artista a través de sus pinturas.