Tumores testiculares, varicocele, torsión testicular son algunos de los problemas que pueden presentarse en este órgano. De la mano del doctor Edmundo Castello, urólogo de la Clínica Reina Sofía, repasamos los más frecuentes en los adultos.
Empecemos recordando que los testículos son un órgano par localizado dentro de la bolsa escrotal y que cumplen funciones reproductivas y hormonales. Por un lado, producen los espermatozoides y, por el otro, producen la testosterona, que es la hormona encargada de posibilitar los caracteres sexuales masculinos, como el cambio de la voz o el vello corporal.
En cuanto a sus partes, los testículos están conformados por: 1) los túbulos seminíferos, donde se forman los espermatozoides, cuya maduración tarda alrededor de cuatro meses; 2) el epidídimo, que es hasta donde migran los espermatozoides para terminar la maduración; 3) el conducto deferente, que conduce los espermatozoides hasta las vesículas seminales, y allí es en donde se almacena el semen hasta el momento de la eyaculación. Adicionalmente, cada testículo cuelga del cordón espermático, que sirve de camino para las arterias y venas y que transportan sangre desde y hacia el corazón.
Las enfermedades de los testículos que presentamos a continuación afectan de alguna manera una o varias de estas partes y sus respectivas funciones.
Tumores testiculares
Un tumor implica el crecimiento anormal de un conjunto de células malignas que produce un aumento del tamaño del testículo o un cambio en la consistencia del mismo. Hay alrededor de quince tipos de tumores testiculares, clasificados en germinales y no germinales. Entre los primeros encontramos los seminomas, que son los más frecuentes con una prevalencia del 90 %.
Señales de alarma. Al principio se trata de un fenómeno indoloro, identificable solo por una revisión mediante el tacto. Ante cualquier hallazgo, sea en tamaño o consistencia, la persona debe consultar con un especialista para descartar la enfermedad. No obstante, es importante aclarar que no todo hallazgo de este tipo implica cáncer.
Tratamiento. Los tumores de testículos tienen buen pronóstico, pero requieren de manejo temprano. De ahí la importancia del autoexamen en la ducha cada dos meses, por lo menos. La incidencia es de 1 en 250 hombres en edad reproductiva. Y suele aparecer alrededor de los 33 años.
El tratamiento es quirúrgico e implica remover el testículo afectado. En algunos casos es necesario acompañar con quimioterapia o radioterapia.
Orquitis-Epididimitis
También se le conoce como orquiepididimitis. La orquitis es la inflamación de un testículo. En este caso, dicha inflamación suele estar acompañada por la inflamación del epidídimo. La causa más frecuente varía según la edad del paciente. En el adulto joven, suele darse por gérmenes de transmisión sexual, como la clamidia o la gonorrea, mientras que en el adulto mayor es ocasionada por los gérmenes responsables de las infecciones urinarias, como la Escherichia coli.
Señales de alarma. Inflamación, enrojecimiento y calor son las más llamativas. Es importante resaltar que, al tratarse de una inflamación, las múltiples capas del escroto aumentan su tamaño de manera evidente, provocando dolor al tacto o incomodidad al estar mucho tiempo de pie o al hacer ciertos movimientos.
Tratamiento. La orquitis debe tratarse con antiinflamatorios y reposo. Y al ser de una enfermedad causada por gérmenes, el tratamiento debe incluir el uso de antibióticos.
Finalmente, cuando la infección es severa, puede haber atrofia o hipotrofia del testículo.
Orquitis por el virus de la parotiditis
También se le conoce como la inflamación a causa del virus de las paperas. Aunque el cuento popular reza que las paperas se bajan a los testículos cuando hay inflamación de la parótida, la realidad es que el virus que ocasiona tal inflamación circula por la sangre hasta llegar a ellos, uno de sus órganos favoritos. En este caso, a diferencia del anterior, solo hay inflamación del testículo, no del epidídimo. Aproximadamente uno de cada cinco casos de paperas produce orquitis. Cuando esto sucede, la inflamación testicular ocurre una o dos semanas después de la inflamación de la parótida.
El testículo suele atrofiarse a causa de esta enfermedad. Por lo general, se da sólo en uno de los dos testículos, pero cuando se presenta en ambos lo más probable es que haya infertilidad.
Señales de alarma. Inflamación, enrojecimiento y calor. De nuevo: es importante resaltar que, al tratarse de una inflamación, la bolsa escrotal aumenta su tamaño de manera evidente, provocando dolor al tacto o incomodidad al estar mucho tiempo de pie o al realizar ciertos movimientos.
Tratamiento. Se maneja con reposo y con antiinflamatorios. Normalmente no se recurre al uso de antibióticos, a diferencia del caso anterior, ya que no hay presencia de gérmenes o de bacterias.
La vacuna contra las paperas es el mejor mecanismo de prevención para esta enfermedad.
Varicocele
Es una dilatación de las venas que drenan el testículo. Estas venas tienen válvulas en su interior, cuya función es garantizar que la sangre suba en contra de la gravedad. Cuando las válvulas de las venas son defectuosas hay reflujo de la sangre y esta no vuelve al corazón, sino que se mantiene allí, provocando la famosa dilatación visible a través de la piel del escroto. En esa medida, el varicocele es similar a las varices en las piernas.
No se conoce qué desencadena o propicia la aparición del varicocele. Aun así, afecta al 15 % de la población, particularmente a los hombres entre los 15 y los 30 años de edad. Es la causa corregible más frecuente de infertilidad.
Señales de alarma. Hay tres grados de varicocele. En el primero, la dilatación se siente al tacto cuando la persona es examinada de pie y se le pide que puje; pero no hay síntomas visibles. En el segundo, la dilatación es palpable al tocar el escroto; puede haber indicios visibles. En el tercero, la dilatación se ve a simple vista como si en el escroto hubiera una bolsa de lombrices.
Adicionalmente, un varicocele de grado 2 o 3 puede producir un dolor que se irradia hacia la ingle, sobre todo cuando la persona está de pie durante un tiempo prolongado o cuando hace ejercicio. De hecho, el varicocele puede empeorar con ciertos esfuerzos, como el del ejercicio excesivo.
Tratamiento. La mayoría no necesitan tratamiento. Cuando hay dolor, atrofia testicular o infertilidad puede recurrirse a cirugía. Esto significa que una persona puede vivir con un varicocele de grado 1 o 2 durante varios años después del diagnóstico o incluso sin haber sido diagnosticada.
Hidrocele
Se trata de una acumulación del líquido alrededor del testículo. Dicha acumulación es ocasionada por un defecto en la túnica vaginal, la capa del escroto que está más cerca del testículo, y cuya función es producir un líquido que lubrica la superficie. Cuando hay tal defecto, la túnica vaginal produce más líquido del necesario, lo cual provoca el crecimiento anormal de la bolsa escrotal a causa de su acumulación.
La hidrocele puede ser idiopático, es decir, por causa desconocida; pero también puede ser provocada por un tumor, un trauma, una orquitis, o como consecuencia secundaria de la cirugía de varicocele o de hernia inguinal.
Señales de alarma. La bolsa escrotal aumenta su tamaño, incluso hasta más del doble en algunos casos. Y tal cambio puede producir dolor o molestia al caminar.
Tratamiento. Por lo general, no necesita tratamiento. En muchas ocasiones el líquido se reabsorbe a sí mismo, sobre todo cuando fue causado por alguna de las cirugías antes descritas. Sin embargo, en los casos en los cuales hay dificultad para caminar o moverse o hay un crecimiento antiestético, puede programarse una intervención quirúrgica.
Torsión testicular
El testículo está fijado a la pared escrotal gracias a un conjunto de fibras llamadas gubernaculum testis. Cuando estas fibras son defectuosas, tal fijación es defectuosa; esto posibilita que el testículo gire sobre el cordón espermático, ya sea media vuelta, una vuelta o más de una vuelta, cortando el circuito de circulación de la sangre. En últimas, la torsión testicular produce un infarto testicular.
Señales de alarma. Las principales son dolor agudo, inflamación, enrojecimiento. También son posibles náuseas, vómito y dolor abdominal.
Tratamiento. Es una urgencia que necesita intervención quirúrgica antes de seis horas para que el pronóstico sea positivo. Con cada hora que pasa el testículo se atrofia y se hace más probable la necesidad de removerlo.
- Este artículo hace parte de la edición 186 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
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