Vivimos corriendo detrás del éxito, midiendo nuestro valor por la rapidez con la que logramos metas. Pero no todo en la vida necesita ir deprisa. Esta columna gráfica propone una mirada distinta: la de los procesos que toman tiempo, que crecen sin ruido y que también merecen celebrarse. Porque ir despacio no es quedarse atrás

1. “El éxito no espera” “El tiempo es oro” “Si te detienes, pierdes”
Crecimos con esas premisas que no hacen otra cosa que afanarnos.

2. Pero, la vida también se cultiva a fuego lento.
Como una planta que crece sin que la veas. O una amistad que florece con los años.

3. Ir despacio no es perder el ritmo.
Es tener momentos para detenerse en los detalles. Descansar sin culpa. Pausar. Caminar sin destino fijo.

4. Hay procesos que no se resuelven de la noche a la mañana.
Como perdonar. Amar. Cambiar. Crear.

5. El crecimiento silencioso también cuenta.
El que nadie ve. Ese que no se mide en logros ni aplausos externos.

6. No todo necesita ir más rápido.

7. Hay belleza en la pausa, en dejar que el tiempo haga su parte, en entender que un jardín no florece todo al mismo tiempo.


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