María Margarita Gómez, pediatra de Colsanitas, comenta lo que haría y lo que no a la hora de alimentar a los más pequeños.
En niños de 0 a 6 meses
- Evitaría las fórmulas infantiles. La leche materna es el alimento ideal y más completo durante el primer año de vida.
- Evitaría dar agua a los bebés menores de seis meses. El aporte hídrico y de electrolitos que requiere un bebé en esta edad lo brinda exclusivamente la leche materna o, en su defecto, la fórmula infantil. La administración adicional de agua puede llevar a desnutrición o síndrome anémico, pues produce sensación de saciedad disminuyendo la ingesta de leche materna.
- No recomiendo la alimentación complementaria antes de los cinco meses de edad. La indicación de inicio de alimentación complementaria se basa en la capacidad del sostén cefálico y del tronco del niño para garantizar la deglución y prevenir el riesgo de atoramiento.
En niños de 6 a 12 meses
- No presionaría al bebé para que coma. Es un proceso lento que debe respetar sus tiempos y su etapa de descubrimiento de los alimentos.
- Ofrecería a un bebé todos los tipos de alimentos. Es normal que un bebé rechace algún tipo de alimento, pero en la insistencia y la paciencia está el secreto para que prueben y acepten todos los grupos alimenticios.
- Evitaría darle sal a niños menores de un año porque los bebés tienen riñones inmaduros incapaces de procesar el cloruro de sodio.
- No basaría la alimentación del bebé en sopas o caldos, porque tienen el agua como principal componente, con algo de proteínas, carbohidratos y vegetales en diferentes proporciones. Por lo tanto, tienen menos nutrientes que los alimentos en un plato seco. Además, las sopas no favorecen la masticación ni el entrenamiento de la deglución.
- No recomiendo las papillas de cereales que vienen empacadas, pues generalmente contienen azúcares añadidos, lo que que favorece el gusto temprano por el azúcar.
- Evitaría darle a los chicos las llamadas “leches vegetales”, pues no tienen los nutrientes completos para el adecuado crecimiento y mineralización de los huesos y desarrollo cerebral de los niños. Estas leches son bajas en nutrientes y no suplen los requerimientos diarios.
- No les daría jugos. Tienen muchas calorías y aumentan el riesgo de predisposición a la obesidad. En su preparación se pierde la fibra natural de la fruta, y no favorecen la masticación.
- No daría leche de vaca a ningún niño menor de 12 meses porque puede producir micro sangrados con las deposiciones debido a la inflamación de la mucosa intestinal. Además, la leche de vaca produce un aumento de la carga renal de sodio y tiene menor concentración de vitamina C, vitamina A y vitamina D.
- Este artículo hace parte de la edición 188 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
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