Siguiendo estos sencillos pasos a la hora de manipular sus alimentos en casa podrá reducir considerablemente el riesgo de intoxicación alimentaria.
Según la Organización Mundial de la Salud, cada año se enferman en el mundo alrededor de 600 millones de personas a causa de la ingesta de alimentos contaminados, y 420.000 mueren por esta misma razón. En términos generales, las enfermedades que se transmiten a través de los alimentos son causadas por virus, bacterias, parásitos o sustancias químicas que resultan nocivas para el organismo humano.
Entre los patógenos de transmisión alimentaria más comunes se encuentran bacterias como la Salmonella, la Escherichia coli o el Campylobacter, que suelen causar síntomas como fiebre, dolor de cabeza, náuseas, diarrea, dolores abdominales, entre otros. De no ser tratadas a tiempo, pueden tener consecuencias graves o incluso mortales.
Para prevenir estas enfermedades, lo adecuado es seguir un paso a paso estricto para la manipulación y almacenamiento de los alimentos desde el momento que llegan a la casa, especialmente los productos de origen animal como las carnes, los mariscos o los huevos y también las frutas y las verduras.
Estas son las recomendaciones sugeridas por el Centro de Control y la Prevención de Enfermedades:
Limpiar
Los patógenos que causan enfermedades suelen propagarse y sobrevivir en distintos lugares de su cocina, incluyendo la comida, los utensilios, los mesones, las tablas de cortar e incluso sus propias manos. Por eso, la limpieza constante es esencial:
- Lávese las manos de forma recurrente con agua y jabón antibacterial por lo menos durante 30 segundos.
- Lave superficies y utensilios constantemente con agua caliente y jabón desinfectante, sobre todo después de haber manipulado alimentos de origen animal crudos como la carne, los mariscos o los huevos. No olvide también lavar con frecuencia los trapos de cocina.
- Lave las frutas y las verduras, pero no lave las carnes, el pollo o los huevos. Antes de consumir o usar cualquier fruta o verdura, debe ser lavada y restregada vigorosamente con agua o con algún desinfectante especial para alimentos.
Aunque está comprobado que lavar las frutas y verduras con vinagre puede matar algunos patógenos, la mejor opción sigue siendo el agua pura debido a que tiene gran efectividad y no altera el sabor o el aroma de los alimentos. Evite lavarlas con jabón común o con cloro porque los químicos que tienen estos productos pueden ser nocivos para la salud. Por último, recuerde que las carnes, el pollo y los huevos no deben lavarse en ningún momento, pues esto aumenta el riesgo de transmisión de patógenos en su cocina.
Separar
Las carnes, aves, pescados, mariscos y huevos crudos son los alimentos que pueden propagar microbios a otros productos con mayor facilidad, por eso una buena medida será mantenerlos separados del resto, incluso al momento de ponerlos en el carro de mercado. Ya en casa, guárdelos en recipientes o paquetes sellados y ubíquelos en un lugar específico de la nevera. A la hora de prepararlos, designe una tabla de cortar o plato especial para manipularlos, al igual que utensilios específicos que no estén en contacto con otros productos. Finalmente, lave con cuidado cualquier elemento que haya tenido contacto con estos productos.
Cocinar
Se considera que un alimento está cocinado de manera segura cuando su temperatura interna es lo suficientemente alta como para matar los microbios que pueden provocar enfermedades. La mejor manera de asegurarse de que un alimento está bien cocido es con un termómetro de alimentos.
Esta es la temperatura que deberían alcanzar distintos alimentos una vez sean cocinados:
Alimento | Temperatura interna mínima recomendada |
---|---|
Cortes enteros de carne | 62 °C |
Carnes molidas | 70 °C |
Carnes de aves | 74 °C |
Sobras y guisados | 74 °C |
Alimentos recalentados en el microondas | 74 °C |
Refrigerar
Las bacterias pueden multiplicarse con rapidez cuando se encuentran a temperatura ambiente o en la “zona de peligro”, que va de los 4 °C a los 60 °C. Por eso es esencial refrigerar correctamente los productos. Nunca deje alimentos perecederos por más de dos horas fuera de la nevera. En cuanto a la temperatura interna de su nevera, recuerde que, mínimo, debe estar a 4 °C. La temperatura del congelador debe bajar hasta los -18 °C para preservar adecuadamente los productos. Por último, recuerde que la mejor manera de descongelar un alimento es pasándolo del congelador a la nevera con unas horas de anticipación; no se recomienda descongelar a temperatura ambiente sobre el mesón u otra superficie porque aumenta el riesgo de proliferación de patógenos.
*Periodista revista Bienestar Colsanitas.
Estas recomendaciones están basadas en investigaciones hechas por instituciones como la Organización Mundial de la Salud, el Centro de Control y la Prevención de Enfermedades, la World Health Organization y la Food and Drug Administration. En caso de cualquier duda, consulte a un profesional de la salud.
- Este artículo hace parte de la edición 190 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
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