Combinando residuos de chatarrería y arte, Linda Pongutá reflexiona acerca del cuerpo y la enfermedad en la muerte de un ser querido. Las telas de drill intervenidas con sangre y aceite son solo una parte de la obra de esta artista finalista del Premio Arte Joven en 2022.
Linda Pongutá es una artista plástica y visual colombiana de origen mestizo. Se graduó en la Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano del Programa de Artes Plásticas, y su historia artística ha estado inmersa en la búsqueda de sus orígenes.La obra Tasqua, con la que fue finalista del premio de Arte Joven en 2022 y que actualmente está expuesta en la exposición Retrospectiva del Premio Arte Joven en la Sala de Arte de Bancolombia, en las Torres Atrio en Bogotá, transforma la experiencia personal de la muerte de su abuela y el entorno hospitalario, en una pieza que mezcla el sufrimiento y la muerte con la idea de trabajo y esfuerzo en la vida cotidiana.
La tela de drill, similar al jean, es central en la obra, pues según la artista, simboliza el trabajo, lo obrero y lo masculino.
Linda Pongutá experimentó la muerte de su abuela a causa de peritonitis en mayo de 2011, luego de permanecer un par de meses hospitalizada en Bogotá. Recuerda vívidamente la sangre en el hospital y la grasa de los talleres de mecánica alrededor de la Plaza España, que formaban parte de sus recorridos diarios hacia el Hospital San José en Bogotá. Así que buscó elementos que evocaran la crudeza de la experiencia, pero que también hicieran un homenaje a su abuela y con la conexión entre la vida y la muerte, y lo humano y lo mecánico.
La obra surgió luego de que la artista atravesara experiencias intensas al inicio de su duelo. Soñó con un cerdo furioso que abría su boca, mostrando sus colmillos e intentando tragarla, así que decidió canalizar sus emociones y encontrar un sentido de paz y comprensión a través del arte.
La obra consta de una enorme tela colgada con pliegues formados por costuras visibles, que demuestran un trabajo manual meticuloso. Lo que inicialmente parece una superficie suave y doméstica se transforma con la adición de manchas de grasa, piezas de maquinaria antigua y otros objetos metálicos que sugieren una narrativa personal. La obra denuncia la negligencia médica que vivió la abuela, una situación que Pongutá compara con el tratamiento de los animales y el control del ganado, asemejándose al de los cuerpos humanos en los hospitales.
"Al pensar en el cuerpo vivo de un cerdo, nos remitimos a un establo para ganado porcino. Es un lugar construido por humanos para controlar y utilizar estos cuerpos, y no es muy distinto al control que se ejerce sobre el cuerpo humano en un hospital. Ambas situaciones revelan una cosificación y explotación del cuerpo, sea humano o animal", añade Pongutá.
Tasqua proviene de la lengua muisca y significa "verter un fluido de un recipiente a otro". La artista eligió este título porque encapsula la muerte, pero también la sanación de Linda. Ella lo describe como un proceso similar a verter un líquido en un recipiente y servirlo para digerirlo, para referirse al duelo y el momento en el que se empiezan a transformar las emociones.
Al integrar estos materiales en su obra, cuestiona la relación entre tecnología, progreso y degradación ambiental. Para Linda, la obra busca ser percibida como un cuerpo abierto y seco. Quiere que los espectadores puedan sentir crudeza y fragilidad, en comparación de la existencia humana, así como la interconexión entre lo humano y lo mecánico.
El olor como sentido del recuerdo
Tasqua permite generar recorridos espaciales y emocionales a través del olor. El uso de aceite de carro quemado y el fluido de Crotón en su obra tiene un fuerte componente simbólico. Según Linda, en nuestra época se construyen artefactos desechables para alcanzar una idea de eternidad, pero esto lleva a la destrucción del planeta y al acaparamiento de riqueza. El aceite quemado de los carros, que llega a zonas residuales de la ciudad, simboliza la contaminación y el desgaste. El fluido de Crotón, la reconexión con la naturaleza y una forma de cicatrización de nuestras heridas”.
La Retrospectiva de Arte Joven en Bogotá
Hasta el 27 de julio artistas diferentes invitados conversarán sobre sus obras, procesos y preguntas en la exposición Retrospectiva del Premio Arte Joven, una colección de doce obras que dan cuenta de la pluralidad estética del arte colombiano del siglo XXI, y que hacen un recuento de los 16 años del Premio Arte Joven, que ha destacado lo mejor del arte colombiano y ha reconocido a artistas menores de 35 años que se inician en este campo desde cualquier rincón del país.
El 25 de enero se inauguró en Cartagena la retrospectiva de este premio, una colaboración entre Colsanitas y la Embajada de España en Colombia. La exposición estuvo abierta hasta marzo en Cartagena y desde mayo está abierta en las torres Atrio en Bogotá.
La exposición se ha enriquecido con la presencia de varios artistas cuyas obras han pasado por las distintas ediciones del premio, y de las cuales varias hacen parte de esta muestra.
El 4 de julio, en la Sala de Arte de Bancolombia, desde las 4:30 pm, Linda presentará Tasqua y conversará en Centros convulsos y periferias: el desafío del lugar de enunciación con Santiago Rueda y con Steven Moreno Pinzón, quien ganó el premio del público de Arte Joven en 2023.
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