La movilización ilegal de fauna silvestre es mayor durante las temporadas de vacaciones, que muchas veces coincide con las etapas reproductivas de las especies afectadas por la comercialización. Le explicamos sus efectos.
Así como las personas sufrimos ansiedad, estrés y dolencias físicas durante la pandemia a causa del encierro, los animales convertidos en mascotas que permanecen enjaulados y en cautiverio, o que murieron en medio del tráfico de especies, padecen las mismas consecuencias.
“Las cifras de tráfico son difíciles de consolidar porque al ser una actividad ilegal no se registra ante las autoridades ambientales, y se estiman con base en las incautaciones que se realizan”, explica Carolina Castellanos, gerente del Centro Colecciones y Gestión de Especies del Instituto Alexander Von Humboldt. Además, agrega que el uso de la tecnología permite dar una idea de la oferta y demanda de vida silvestre que en la actualidad se ofrecen incluso por medio de catálogos en aplicaciones como Facebook y WhatsApp.
Bogotá es el punto central en el que miles de animales del país se distribuyen para ser víctimas de domesticación forzada, subastas, o ser sometidas a un recorrido en transportes intermunicipales hacia mercados negros internacionales. De acuerdo con la Secretaría de Ambiente, la entrega de los animales se da en su mayoría puerta a puerta y las transacciones económicas se dan por giros o casas de chance, por la poca vigilancia que tienen.
Conocer la procedencia de las especies recuperadas es complejo por la dificultad de trazabilidad que hay para hacer una investigación en cada caso. Sin embargo, según declaraciones de la Secretaría de Ambiente, la distribución geográfica y, algunos resultados de análisis genéticos, se ha determinado que entre el 2016 y lo transcurrido del 2023, los especímenes de fauna silvestre incautados provienen principalmente de los departamentos de Córdoba, Cesar, Tolima, Magdalena, Bolívar, Meta, Sucre y Arauca, de los cuales aproximadamente el 70 % procede del Magdalena medio y la región Caribe colombiana.
Una escena común
“Con un comportamiento extraño, en uno de los módulos de la terminal de transportes había un hombre que trataba de evadir a toda costa los controles. Al ver cómo actuaba, dos policías se le acercaron para hacerle una requisa. En el interior de su morral se encontraba un mono aullador rojo envuelto con tres cobijas, para que no se notara si se llegaba a mover y con un pañal para que hiciera sus necesidades”, cuenta María José Sierra, médica veterinaria y líder del equipo de control de fauna silvestre de Bogotá, una escena frecuente casi todas las semanas en los principales puntos de transporte del país.
La cifra
Aproximadamente 5.600 especies animales son objeto de comercio a nivel mundial.
El procedimiento no cambia. Por un lado, se detienen las personas que intentan movilizarse con las especies y se les abre un proceso, con la dificultad de que el presunto traficante pertenece a grandes organizaciones que transportan, acopian y venden ilegalmente los ejemplares de las especies, por lo que no se acabará con la cadena delictiva. Por otro lado, el equipo médico veterinario de la Secretaría de Ambiente de la ciudad acude al punto para evaluar el estado del animal e intentar salvarlo.
“Al realizar el análisis físico de este caso, se presentaba un cuadro fuerte de estrés y traumas por el alejamiento de su hábitat; estos monos son tranquilos y pueden llegar a dormir hasta quince horas en un día, así que en esos momentos aprovechan los delincuentes para capturarlos”, explica Sierra. Esta especie es una de las más afectadas por esta problemática. Aunque anteriormente vivía en manadas de veinte ejemplares en diferentes zonas del país, hoy es una especie declarada en vía de extinción. Los ejemplares rescatados tardan mucho tiempo en volver a su hábitat o puede que nunca lo hagan, pues ya no son animales silvestres.
La pérdida del instinto y el rompimiento del ecosistema
Cuando el instinto animal se altera no regresa, así lo explica la Subdirección de Silvicultura, Flora y Fauna, pues implica la pérdida de la capacidad reproductiva y evolutiva, de procesos de dispersión de semillas, polinización, y de depredación y competencia de las especies de un ecosistema. Por su parte, la subdirección de la Secretaría de Ambiente de Bogotá agrega que “por ejemplo los felinos medianos y grandes, aves de presa y reptiles disminuyen su oferta alimentaria, así que se desplazan a nuevas zonas para compensar su alimentación con presas domésticas (pollos, codornices), lo que genera conflictos entre el ser humano y la fauna silvestre que terminan en el sacrificio del animal”.
El crecimiento del tráfico ilegal podría tener como consecuencias a futuro afectaciones para las especies nativas de flora y fauna como transmisión de enfermedades, competencia por recursos, depredación y afectación a los ecosistemas. Esto si las incorporadas forzosamente llegan a convertirse en especies invasoras, como es el caso de los hipopótamos, que han generado varios problemas por su rápida expansión en el noreste del país.
Las especies más afectadas
Teniendo en cuenta las incautaciones realizadas en Bogotá durante los últimos años, la Subdirección de Silvicultura, Flora y Fauna de la Secretaría de Ambiente de Bogotá considera que las especies más afectadas son:
-Mariposas, hormigas y tiburones (aletas). Estos especímenes tienen la particularidad de haber sido recuperados en empresas de encomiendas nacionales e internacionales en el terminal aéreo, en paquetes sellados que se registran con información falsa de remitentes y del contenido.
- Reptiles. Están asociados al uso de pieles de cocodrilos, serpientes y lagartos para la fabricación de artículos como zapatos, bolsos, billeteras, entre otros. Son muy llamativos para la industria de la moda.
Por otro lado, el consumo de carne y huevos de tortugas e iguana es una problemática nacional, que implica la caza de cientos de individuos anualmente para surtir la demanda, pues en una sola incautación, se pueden hallar hasta 300 tortugas. Este fue un caso denunciado por el Periódico El Espectador el pasado 22 de marzo de 2023, cuando la Policía de Córdoba logró detener a un hombre con esa cantidad de tortugas Icoteas en malas condiciones dentro de un Renault Sandero, para comercializarlas durante las festividades de Semana Santa.
Las tortugas también son un foco de amenaza porque surten el mercado de mascotas, principalmente en Asia.
-Aves. De acuerdo con la Secretaría de Ambiente de Bogotá, generalmente en la zona central del país se utilizan como animales de compañía, en el caso de la lora real, Amazona ochrocephala; y el canario costeño, Sicalis flaveola. Los Psitácidos (loras, pericos y guacamayas) son muy apetecidos por su capacidad de imitar sonidos y por sus colores.
La libertad es el mayor regalo que se le puede dar a cualquier animal silvestre, por encima del deseo de compartir hogar con uno de ellos. Carolina Castellanos del Instituto Alexander Von Humboldt, explica que la captura de animales silvestres “es una actividad que se desarrolla sin contar con información sobre el estado de las poblaciones y que no implementa prácticas adecuadas para disminuir el impacto sobre la especie y el ecosistema”, añade Castellanos.
*Si es testigo de un caso de tenencia ilegal o transporte y comercialización de especies silvestres puede hacer un reporte al correo electrónico [email protected] o comunicarse con la Unidad móvil de Rescate de Fauna Silvestre 317 4276828 o la oficina central 601 377 8854 y 318 7125560.
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