¿Por qué insistimos en que nuestras parejas deben cambiar para cumplir con nuestras expectativas? El verdadero reto está en aprender a aceptarlas tal como son, sin esperar que se ajusten a una imagen ideal. Del mismo modo, debemos aceptarnos a nosotros mismos, con defectos incluidos, porque el amor genuino nace cuando reconocemos que la perfección no es necesaria para merecer ser amados.
1. Amiga: Ami, ¡creo que encontré al amor de mi vida!
Elvirita: ¿En serio? Amiga, ¡¡cuéntamelo todo!! ¿Cómo es él?
2. Amiga: Es P-E-R-F-E-C-TO. Hay solo un par de cosas en las que estamos trabajando, pero… eso es normal
Elvirita: ¿Cómo qué?
3. Amiga: Pues es divino, pero se viste fatal. Le he comprado ropa para mejorar su look, pero es un poco terco. jeje…
O por ejemplo… tiene un trabajo un poco equis, pero yo sé que él tiene el potencial de dominar el mundo si quiere!
4. Amiga: Por eso le estoy enseñando a ser más ambicioso. Insisto,
¡Yo veo su potencial!
Solo tiene que... dejar de trasnochar, dejar de fumar, celarme más (por amor), no jugar videojuegos, llamar más a su mamá, cortarse el pelo, debería leer más, eliminar a todas las mujeres de sus follows
5. Amiga 1: "Es como si tuviera esta imagen mental de él… pero él no la ha visto nunca y por eso no cambia."
6. Elvirita: "Y probablemente no quiera verla, amiga."
7. Elvirita: No te puedes enamorar del potencial, y creer que proyectando lo que quieres sobre el otro vas a lograr un amor perfecto.
8. Elvirita: Nunca llega el príncipe azul empacado en una cajita perfecta y sin defectos. Amar a alguien en serio es permitirle ser como son, con sus grises, su oscuridad, sus limitaciones y también sus virtudes, sus pasiones y brillos. Y apoyarlos en lo que elijan para su camino y crecimiento, no lo que elegimos para ellos.
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