Se conocen más de 100 tipos de artritis relacionadas con un numerosas causas que abarcan desde infecciones virales hasta enfermedades autoinmunes.
Para el ser humano y para la mayoría de los animales, la capacidad de moverse es una cualidad esencial para la supervivencia. “tenemos más de 300 articulaciones por una razón y es que a diferencia de los corales y las esponjas de mar, necesitamos movernos para casi todo, lo que repercute negativamente en nuestro aparato locomotor”, explica Wilson Bautista, profesor universitario y médico reumatólogo adscrito a Colsanitas.
Según el doctor Bautista, el problema es que nuestra esperanza de vida ha aumentado en las últimas décadas, pero nuestras articulaciones siguen siendo las mismas, lo que significa que van a estar sometidas a estrés y traumas durante mucho más tiempo. Esto trae consecuencias que se evidencian fácilmente en una dolencia tan común como la artritis.
Según Noemí Casas, médica internista y también reumatóloga de Colsanitas, “la artritis se considera un proceso inflamatorio de una o varias articulaciones, que genera aumento de temperatura en el área, enrojecimiento, dolor y rigidez, lo que lleva a una pérdida de la función y a una posible discapacidad”. Aunque existe más de un centenar de tipos de esta enfermedad, podemos hablar de los más comunes.
Artrosis u osteoartritis
Es un trastorno crónico que se presenta principalmente en las articulaciones de la columna, cadera, rodilla y manos, debido a su desgaste natural. Suele aparecer entre los 40 y los 50 años.
De acuerdo con la doctora Casas, “hoy en día se sabe que la artrosis puede tener orígenes genéticos, pero también posee múltiples factores de riesgo como el sobrepeso, diabetes, infecciones y lesiones”.
La tensión repetitiva en dichos tejidos (como la ocasionada en trabajos o deportes que producen fatiga) también puede generar artrosis.
Gota
Su origen es el aumento de ácido úrico en la sangre o una deficiencia genética que impide al organismo eliminarlo. Esta sustancia se deposita en las articulaciones a través de microcristales originando dolor e inflamación muy frecuente en manos, codos, rodillas y el dedo pulgar del pie.
“Generalmente se desencadena por estados que llevan a la deshidratación como el consumo de alcohol, infecciones, traumas o actividad física exagerada”, comenta la doctora Casas.
Como el ácido úrico surge de la metabolización de las purinas, que al mismo tiempo provienen de alimentos altos en proteínas, se creía que las carnes rojas, la espinaca, las vísceras y algunos pescados y mariscos podrían causar gota. Sin embargo, existen estudios que prueban que aunque estos alimentos sí podrían empeorar la condición, no causan ningún efecto en personas que no padecen esta enfermedad, por lo que sigue siendo una afirmación controvertida. Existen otros estudios que señalan el consumo de fructosa y edulcorantes como un factor de riesgo adicional.
Artritis reumatoide
En este tipo de artritis, el sistema inmunitario ataca el tejido sinovial, que es un recubrimiento de las articulaciones, lo que puede provocar inflamación y deformación cuando la afección no se trata adecuadamente.
Hasta el día de hoy se desconoce las razones por las que los anticuerpos (proteínas que defienden el sistema de virus, bacterias, etc.) pueden llegar a dañar estos tejidos. Sin embargo, es posible que exista un componente genético que aumenta las probabilidades de que el organismo reaccione negativamente a dichos patógenos o inclusive a alteraciones emocionales, lo que desencadenaría esta condición. “Es cierto que cuando existe un antecedente familiar, los riesgos de tener esta enfermedad aumentan”, dice el doctor Bautista.
La artritis reumatoide puede empezar en cualquier momento de la vida y es usual incluso en niños, se le conoce como artritis juvenil.
Artritis psoriásica
La psoriasis es una enfermedad crónica que provoca que las células cutáneas se agrupen sin control y formen escamas o sarpullido en la superficie de la piel, lo que produce inflamación y comezón. Al igual que la artritis reumatoide, es una enfermedad autoinmune.
Otra enfermedad autoinmune que tiene la artritis como un síntoma es el lupus, que ataca otros tejidos como los riñones, el corazón y los pulmones.
Artritis infecciosa
Generado por virus y bacterias que inician la inflamación. Puede ser causada por una infección (de la piel o de otro órgano) que avanza hasta la articulación. Es común encontrar esta forma de artritis en personas con enfermedades infecciosas como las hepatitis virales, tuberculosis o sífilis.
Recomendaciones
Si tiene algunos de estos síntomas, acuda con un médico general que se encargará de hacer una revisión física y una serie de exámenes (de sangre, ecografías, radiografías, resonancias magnéticas etc.) para encontrar el origen del dolor y, si es el caso, el tipo de artritis. Todo esto junto a un equipo multidisciplinario de reumatólogos, ortopedistas o terapeutas ocupacionales.
Generalmente el tratamiento se basa en la ingesta de medicamentos antiinflamatorios e inmunosupresores según el caso, combinados con terapia física, reintegrando al paciente a sus actividades diarias.
“Es un error creer que hay que dejar de ejercitarse después de recibir un diagnóstico de artritis”, dice el doctor Bautista. La actividad física no solo fortalece el aparato locomotor, sino que además ayuda a disminuir el dolor y la inflamación. Por supuesto, debe realizarse bajo la supervisión de un profesional, quien le indicará la frecuencia y la intensidad de los ejercicios.
“Existen muchas prácticas como fumar, beber alcohol y consumir otras sustancias psicoactivas que son proinflamatorias, lo que iniciaría o empeoraría la artritis. En ese sentido, un estilo de vida saludable y una alimentación balanceada es la mejor recomendación para esta y casi todas las enfermedades que existen”, comenta el doctor Bautista.
*Periodista. Colaborador frecuente de Bienestar Colsanitas.
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