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cepillado de dientes

Así se hace un cepillado de dientes eficaz

Más allá de solo "pasar el cepillo", una técnica correcta garantiza una limpieza completa y reduce el riesgo de pérdidas dentales. Aquí compartimos los detalles de un cepillado efectivo.

El cepillo de dientes es el instrumento más importante en el proceso del cepillado porque garantiza la higiene de la lengua, los dientes y las encías. La condición de los dientes de cada persona determina el tipo de cepillo que requiere, sin embargo, para aquellas con una dentadura saludable, estas son las recomendaciones:

  • Calidad del cepillo: los filamentos no deben estar muy separados entre sí para alcanzar todos los rincones dentales.
  • Cepillado desde el primer diente: a los seis meses los bebés empiezan a tener sus primeros dientes temporales o de “leche”. Para ellos hay cepillos de dientes con cerdas suaves sin mango que se ponen en el dedo índice para que el cuidador pueda limpiar la boca del bebé.
  • Cuando el niño pueda usar su propio cepillo, este debe ser del tamaño adecuado: cabeza pequeña, cerdas suaves y mango grueso. Es necesario que el adulto acompañe el proceso. A partir de los 13 años, el cepillo debe cambiar a un cepillo promedio con mango delgado y cerdas suaves.
  • Para adultos mayores es conveniente usar un cepillo de cabeza pequeña y textura suave. 
  • No se recomiendan los cepillos de textura dura porque pueden causar laceraciones y retracciones en las encías y perjudicar el esmalte dental.

Adicionalmente, si la persona usa prótesis o aparatos, también se necesita un cepillo de uso único para lavar estos elementos y cepillarlos por todos los lados. Para lavar las prótesis se pueden usar distintos métodos: agua y jabón de manos, pastillas antibacteriales diseñadas para desinfectarlos o dejarlas 20 minutos en un pocillo de agua y una cucharada de vinagre blanco. 

El cepillo de dientes debe cambiarse cada tres meses, pues si su cepillo se deforma exageradamente es posible que su técnica al cepillarse no sea la precisa y deba pedir consejo a su odontólogo. Por otra parte, es pertinente guardar el cepillo en un lugar que no esté expuesto a las bacterias que quedan en el ambiente del baño. Lo ideal es lavarlo después del cepillado, sacudirlo y guardarlo en un empaque que no encierre la humedad y, en lo posible, evitar materiales de plástico, optar por un envase que permita el flujo de aire y ubicarlo dentro de un gabinete o cajón del baño. No se recomienda guardar el cepillo en el mismo empaque donde están otros cepillos de dientes de la familia.

¿Cómo usar la seda dental?

Lo ideal es pasarla por todos los espacios interdentales después de cada comida, especialmente antes de dormir, pues en la noche baja el nivel de producción de saliva y la boca se vuelve más susceptible a la caries. Corte un trozo de seda que mida lo mismo que el antebrazo. Luego, enrolle los extremos en el dedo corazón de cada mano y ejecute el movimiento con el dedo índice y el pulgar. Al introducir la seda no lo haga de golpe, sino deslizándola por el borde de cada diente rodeándolo hasta la encía en forma de triángulo. Escoja una seda dental de buena calidad que no se deshilache y que tenga cera para que ruede fácilmente entre los dientes que están muy juntos. Recuerde que la seda dental tiene un único uso y hay que desecharla apenas se termine de realizar toda la limpieza. 


¿Cómo cepillar la lengua?

En la lengua se alojan gran cantidad de bacterias que pueden producir infecciones como la periodontitis. Para evitar esto, límpiela en cada cepillado utilizando las cerdas de su cepillo de dientes. No es recomendable el uso de limpiadores de lengua, pues pueden causar heridas.

¿Quiénes deben usar enjuague bucal?

Este es opcional y puede elegir el de su preferencia. Se recomienda su uso después de la seda dental y el cepillado de los dientes y la lengua. Es preferible usar un enjuague bucal sin alcohol porque este tiende a producir astringencia, que deja sequedad en la boca.

Crema dental

La crema dental tiene ingredientes que ayudan a reducir la carga bacteriana de la boca, como el triclosán y el flúor, sin embargo, ingerirlos en gran cantidad puede causar enfermedades, por lo que se aconseja usarla con moderación. Para los niños hay cremas especiales de sabores frutales y que no contienen estos ingredientes, que puedan significar algún daño en su salud. Cuando el niño comprende que no debe tragarse la crema dental, puede usar una con flúor, aproximadamente entre los tres y los seis años. Lo más importante es la técnica al usarla:

  • No mojar el cepillo antes de iniciar el cepillado para que la crema no pierda sus propiedades.
  • La cantidad de crema dental debe ser de la mitad del tamaño de su uña del dedo meñique.
  • La crema dental debe quedar entre las cerdas del cepillo de dientes, así, el barrido será más efectivo. Para esto, ponga en contacto el cepillo con el tubo de crema dental para que al aplicarla se esparza entre las cerdas.

¿Cómo cepillar los dientes?

Para realizar un correcto cepillado de dientes, empiece ubicando el cepillo en un ángulo de 45° en la unión entre el diente y la encía, asegurándose de cubrir ambas superficies. 

Comience con los dientes superiores, cepillando de arriba hacia abajo y usando pequeños movimientos vibratorios seguidos de un barrido suave hacia abajo. Cepille también las superficies que están hacia las mejillas, hacia el paladar y la parte oclusal (o “cara” de los molares o muelas) en círculos. Para los dientes inferiores, repita el proceso en dirección ascendente, asegurándose de limpiar todas las superficies, incluidas las que están hacia la lengua. Para los dientes delanteros, coloque el cepillo en posición vertical y barra de arriba hacia abajo por detrás.

En lo posible, cepille los dientes después de cada comida; recuerde que el cepillo es personal e intransferible. Si en alguna ocasión no tiene la posibilidad de cepillarse, puede usar seda dental o comer una manzana verde, que activa las glándulas salivares, eliminando las bacterias de la cavidad oral. Una zanahoria, rica en fibra, limpia la superficie de los dientes y fortalece las encías, o una rama de apio, que contiene fibras naturales que ayudan a eliminar restos alimenticios en la superficie dental al reaccionar con la saliva. Puede recurrir a estas alternativas naturales solo en situaciones de emergencia, pues, aunque contribuyen a la higiene oral, no sustituyen el cepillado.

- Este artículo hace parte de la edición 197 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
*Con información de la odontóloga, María Carolina Cortés Arias, ortodoncista de la Clínica Dental Colsanitas.