Implementar hábitos simples y efectivos le permitirá tener una vida más tranquila y una casa ordenada. Estas tareas son tan sencillas que no debería postergarlas ni un minuto más.
Mantener una casa ordenada no es tan complicado, solamente se deben implementar hábitos y rutinas simples y efectivas para que el orden se instale en todos los espacios. Recuerde que una de las ventajas de tener todo en su lugar es que produce bienestar y armonía a su vida.
De acuerdo con Charles Duhigg, autor del libro El poder de los hábitos, estas conductas “surgen porque el cerebro siempre está buscando una forma de ahorrar esfuerzo”, y eso es exactamente lo que se pretende al instaurar rutinas sencillas para mantener la casa organizada, ahorrar energías mientras disfrutamos del proceso y obtener un beneficio personal que se convierte en el incentivo para repetirlas.
1. Tender la cama en las mañanas
Tender la cama y hacerlo bien es la primera meta cumplida del día, pues al realizarlo se tiene un 70 % de orden en el cuarto. Esta rutina rápida se puede realizar en menos de cinco minutos y produce una sensación de felicidad al ver que el cuarto ha empezado a tomar forma ordenada y es una motivación adicional para realizar las demás tareas.
Tanto así que algunos expertos en productividad, como Charles Duhigg, rescatan que tender la cama todas las mañanas se correlaciona con una mayor productividad, mayor sensación de bienestar y aumenta las posibilidades de tomar mejores decisiones durante el resto del día.
Recuerde que no debe hacerla inmediatamente se levanta, debe permitir ventilar las sábanas y las cobijas un tiempo (mientras se baña o viste) para que al tenderla esté fresca.
2. Mantener la ropa y elementos de aseo en su lugar
Ya tendimos la cama en menos de cinco minutos, nos vestimos y antes de salir del cuarto debemos dejar la ropa (sucia y limpia), productos de aseo y zapatos en su lugar, no debe quedar nada en el piso, closet, ni en el mesón del baño.
Por este motivo le aconsejo tener la canasta de ropa sucia dentro de su cuarto, así le es más simple recogerla. La pijama, la ropa limpia que se probó pero no le gustó y los zapatos también deberán ir en su lugar correspondiente, no espere a la noche para hacerlo, no hay mejor sensación que la que se siente al llegar a su cuarto después de un día de trabajo y encontrar los objetos en su lugar.
Los productos de aseo personal como shampoo, cremas corporales, perfumes, etc., deben quedar fuera del mesón de baño y almacenados en su espacio asignado, así se mantiene despejada esta superficie y nos brinda una sensación de orden y amplitud.
3. Platos sucios en su lugar
Una vez preparado el desayuno, le sugiero dejar el mesón de la cocina y la zona de preparación de comidas despejados, devolviendo todo a su lugar y lavar la loza de inmediato.
Si la cuestión es de tiempo y ya va tarde a la reunión que le programaron, puede dejar la loza apilada dentro del lavaplatos, pero no encima de la mesa. No la deje para mañana porque se le acumulan los platos sucios y no es agradable para la vista y el olfato tener la cocina desordenada.
4. Entrada despejada
Hay un espacio clave para tener una bienvenida calurosa cuando regrese a casa: la entrada o recibidor. Aunque puede ser pequeño, este lugar suele albergar papeles u objetos que no corresponden a su función y que generan ruido visual y estrés, por esa razón, le recomiendo gastar otros cinco minutos antes de salir de su casa para liberar esta zona del desorden y dejarla únicamente para lo que corresponde.
Con estas cuatro rutinas estaremos tranquilos al terminar nuestra jornada laboral, pues se han cubierto los espacios clave para que sus actividades después del trabajo estén cargadas de calma y paz. Recuerde que su casa es su refugio seguro, donde recarga energía y puede relajarse, le aseguro que con estas rutinas transformará sus mañanas de caóticas a unas más tranquilas inmersas en orden y armonía.
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