La neurodiversidad es un término para definir las distintas formas de funcionamiento del cerebro en las personas, no existe una manera correcta, sino una amplia gama en que se percibe y se interpreta el mundo. Estos son algunos parámetros que vale la pena seguir a la hora de buscar un centro educativo capaz de aceptar, fomentar y potenciar las diferencias y talentos.
El término neurodiversidad fue acuñado durante la década del 90 por Judy Singer, una neuropsicóloga australiana que está dentro del espectro autista y buscaba luchar contra el estigma, que ella misma sufrió, hacia las personas con autismo, síndrome de Down, TDAH y trastornos del aprendizaje como la dislexia.
Para Singer era determinante que estas neurodivergencias no fueran vistas como deficiencias, sino como variaciones normales e incluso valiosas para el funcionamiento del cerebro. Por ejemplo, el TDAH y la dislexia suelen ir acompañados de una gran creatividad, y el autismo tiene características tan importantes como la hiperconcentración o la capacidad de ver perspectivas novedosas en las cosas.
“Todo el mundo tiene fortalezas y todo el mundo tiene limitaciones. Debemos enfocarnos en las cosas en las que es buena cada persona y ayudarla en las cosas que necesita trabajar”, asegura Stephanie Lee, PSyD, directora del Centro para TDHA y trastornos del comportamiento del Child Mind Institute.
Gran parte del deterioro que afecta a los niños con discapacidades del aprendizaje, explica la doctora Lee, es causado por problemas en su entorno: un horario escolar rígido, aulas escolares muy ruidosas, grupos muy concurridos o con luces demasiado brillantes. Paola Benavidez López, neuropsicóloga del colegio Knigthsbridge School International de Colombia, asegura que estos niños también pueden verse afectados por la exclusión social cuando en los colegios no existen verdaderas políticas incluyentes, donde tanto estudiantes, directivos y maestros tengan apertura mental hacia las neurodivergencias y acepten los retos de una educación de calidad para perfiles diversos.
Aun cuando existe el derecho a la educación y, por política del Ministerio de Educación, debe fomentarse la inclusión dentro de los centros educativos del país, numerosos colegios cierran las puertas a los padres y estudiantes con perfiles de aprendizaje atípicos. “Muchas veces para estos padres se vuelve imposible lograr un cupo en un colegio o mantener la intensidad, en tiempo y dinero, de la cantidad de terapias adicionales requeridas”, comenta la neuropsicóloga.
Ahora bien, en estas ocasiones, no se trata solo de lo que corresponde a un niño por ley, es muy importante que los padres entiendan que no todos los colegios son ideales para todos los niños, pertenezcan o no al grupo de la neurodiversidad. Vale la pena tomarse el tiempo y buscar el que mejor se adapte a las necesidades de cada uno.
“A la hora de buscar colegio, hay que empezar por conocer cuál es la neurodivergencia de mi hijo, qué cosas se le facilitan, qué cosas le apasiona y para qué es realmente bueno”, comenta la pediatra Margarita Gómez, adscrita a Colsanitas. “A partir de ahí puedo buscar un lugar donde lo ayuden a potenciar todas esas habilidades y aptitudes”.
Por su parte, la neuropsicóloga Benavidez, asegura que a la hora de buscar un colegio para estudiantes neurodivergentes se tengan en cuenta algunos puntos:
- El colegio debe ser un lugar representativo del mundo real, donde existan personas con diferentes formas de aprender e interpretar la realidad, con diferentes géneros, religiones y costumbres.
- Preferiblemente que los grupos sean pequeños por aula, eso hace más fácil la personalización y flexibilización de las estrategias pedagógicas y el seguimiento a los avances de cada estudiante. “El colegio debe adaptarse a las necesidades de cada niño y no al revés”.
- Que existan equipos multidisciplinarios dentro del colegio (terapia ocupacional, fonoaudióloga, etc.) que acompañen los procesos pedagógicos a cargo de los maestros, pero que también hagan seguimientos frecuentes a los estudiantes. Así mismo, el hecho de que estos equipos formen parte del plantel permite un ahorro significativo en tiempo y dinero para los padres, que no tienen que estar yendo a diferentes lugares y pagando múltiples consultas.
- Que tengan grupos de apoyo socioafectivos y de aprendizaje dentro del colegio. Es importante que los estudiantes se sientan queridos, respetados y tengan sentido de pertenencia hacia el lugar donde estudian y su grupo de amigos.
- Dentro de las políticas inclusivas promovidas por el Ministerio de Educación, con el decreto 1421, se busca anular el problema médico. Es decir, es importante que, en el colegio, a los niños no se les caracterice por su diagnóstico ni se les etiquete con el mismo. Tener THDA o dislexia es solo un rasgo dentro de su forma de aprendizaje, pero no los define.
- La educación no debe centrarse únicamente en el desarrollo académico y curricular. Por el contrario, debe fomentar el desarrollo de habilidades blandas, tales como la inteligencia emocional, las aptitudes comunicativas y sociales; así como la lectroescritura, la coordinación motora y motivarlos a mejorar sus habilidades.
- El colegio debe poder apoyar los diferentes perfiles estudiantiles. Ya sea que un joven tiene aptitudes como deportista, científico o comunicador, este debe encontrar espacios dentro de la institución para desarrollar hasta el límite sus propios intereses.
- Las evaluaciones deben estar encaminadas a los desafíos y habilidades de cada niño.
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