La toxina botulínica se usa en tratamientos estéticos desde hace más de 20 años. Pero una nueva tendencia denominada “Baby botox” ha tomado fuerza recientemente. Conozca aquí de que se trata.
La toxina botulínica, normalmente conocida como Botox por el nombre de su marca registrada, es una toxina que se sintetiza al interior de la bacteria Clostridium Botulinum y que actúa bloqueando temporalmente la señal nerviosa que llega a los músculos, lo que hace que estos se relajen. En el contexto estético, se utiliza para suavizar y reducir las arrugas y líneas de expresión faciales, como las del entrecejo, la frente y las patas de gallo. El botox no es un tratamiento permanente y su duración es de cuatro a seis meses, dependiendo del metabolismo de la persona y la dosis utilizada.
El “Baby botox”, un término que se volvió frecuente en las redes sociales, y “se refiere a la aplicación de toxina botulínica en personas menores de 30 años en dosis mucho menores a las estandarizadas (de la mitad o menos). Su objetivo es disminuir las líneas de expresión que se evidencian con los movimientos faciales y evitar que estas arrugas se marquen de forma permanente”, afirma la doctora Martha Rangel, dermatóloga adscrita a Colsanitas. Por eso es un tratamiento preventivo, sin embargo, se debe tener en cuenta que no es una solución permanente y que el envejecimiento es un proceso normal e irreversible del cuerpo humano.
Según la doctora Rangel “debido a diferentes contenidos en redes sociales, son cada vez más las personas jóvenes que llegan a consulta buscando prevenir la aparición de arrugas faciales. Sin embargo, nadie quiere cara congelada o inexpresiva, por eso es muy importante ir donde un especialista que ofrezca un proceso personalizado con las dosis y la técnica óptima para cada caso”. Básicamente, cuando usted asiste a un procedimiento de Baby botox, está eligiendo una mini dosis de botox tradicional pero con efectos mucho más naturales; según la dosis, su duración es similar a la del botox o incluso mucho menor.
Además de su efectividad en la reducción de líneas de expresión, el Baby botox ha ganado popularidad por su rápida aplicación y recuperación mínima. Se aplica igual al botox tradicional, a través de la inyección con agujas muy final de la toxina dentro de los músculos faciales que se quieren tratar, normalmente ubicados en la frente, el entrecejo y las patas de gallo. Su aplicación debe ser realizada en un consultorio médico por un profesional de la salud especializado en el tema.
Una de las dudas más comunes es para quiénes está indicado este tratamiento. Para la doctora Rangel, “la edad de los pacientes buscando este tipo de tratamiento, oscila entre los 20 y 30 años, sin embargo, cada caso debe ser estudiado particularmente para definir las necesidades, objetivos y el tratamiento adecuado. En cuanto a restricciones, la toxina botulínica ha sido aprobada por la FDA para uso médico y cosmético únicamente en personas mayores de 18 años”. El botox no está indicado para mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, alergias conocidas a la toxina botulínica y otras condiciones médicas muy específicas, de ahí la importancia de consultar con un médico sobre este tipo de tratamiento.
Al usar la misma toxina que en la aplicación tradicional de botox, sus beneficios y riesgos son similares. Los beneficios de ambos tratamientos son la reducción de líneas de expresión, resultados rápidos, mínimo tiempo de recuperación, entre otros. Sin embargo, al requerir una menor dosis, el Baby botox puede resultar más económico, tener resultados más sutiles y se reduce el riesgo de presentar reacciones adversas. En general, “ambos tratamientos pueden provocar efectos secundarios leves que se resuelven rápidamente, tales como dolor, hinchazón o morados en el sitio de la inyección, dolor de cabeza, entre otros”, añade la doctora Rangel.
De acuerdo a un estudio publicado en la revista Dermatologic Surgery, “la toxina botulínica es el tratamiento cosmético más popular en Estados Unidos entre los nacidos entre 1982 y 2000 con edades entre los 20 a 38 años”, por lo que la popularidad del Baby botox así como de otros tratamiento similares, seguirá creciendo con los años debido a su efectividad preventiva y a su capacidad de mantener una apariencia juvenil. “Además del Baby botox, hay otros tratamientos estéticos que utilizan dosis diluidas de esta toxina. Esta opción se utiliza para mejorar la textura de la piel, disminuir el tamaño de los poros, controlar la producción de grasa y reducir el enrojecimiento”, afirma Rangel.
Recuerde que lo más importante a la hora de decidir hacerse un procedimiento estético como el Baby botox, es estar orientado y asesorado por un médico especialista entrenado que pueda realizarle un tratamiento personalizado según sus expectativas, características y necesidades.
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