Una buena limpieza es clave para evitar infecciones y enfermedades producidas por bacterias y hongos.
Con frecuencia circulan anuncios publicitarios de productos para la higiene femenina: jabones íntimos con extracto de algodón, aloe vera, caléndula, manzanilla y hasta hierbabuena. Sin embargo, es menor la información que vemos sobre la higiene íntima masculina y los productos relacionados con ella; lo que no significa que los hombres deban ser menos cuidadosos con la salud de sus genitales, ni que la higiene depende de cuántos productos compramos.
“Como cualquier parte del cuerpo, los genitales requieren higiene”, comenta Juan Manuel Páez, urólogo adscrito a Colsanitas, quien explica que la mala higiene está claramente relacionada con diversas patologías como el cáncer de pene, inflamaciones en el prepucio y el glande o el liquen escleroso (afección crónica que provoca áreas de piel delgada y blanca). “Condiciones que pueden requerir circuncisión si no se lleva una buena higiene”, señala el urólogo.
En personas no circuncidadas el aseo del pene se debe hacer retrayendo el prepucio para descubrir el glande. Una vez corrido el prepucio, se lava el glande con agua y jabón. Después se debe secar el glande con una toalla y volver a correr el prepucio para cubrirlo. Al orinar se debe hacer algo similar: retraer el prepucio, sacudirlo al terminar para que no queden residuos de orina, y volver a cubrir el glande. Si resulta imposible retraer el prepucio para la limpieza, es probable que haya una fimosis y sea necesaria la operación.
En hombres circuncidados el ejercicio es el mismo, simplemente no tienen un prepucio que retraer.
Se puede utilizar jabón, pero se debe cuidar que sea suave y que no contenga antibacteriales para evitar una alteración de la flora bacteriana. “Todo esto sin gran misterio. No hay que hacer una higiene excesiva porque se puede alterar la flora bacteriana y favorecer la colonización de bacterias que causan infecciones”, dice Páez.
Lo que es muy importante después del baño es secar muy bien el pene y cuidarse de no dejar humedad porque esta favorece el crecimiento de hongos y bacterias.
“No hay que hacer una higiene excesiva porque se puede alterar la flora bacteriana y favorecer la colonización de bacterias que causan infecciones”.
La limpieza debe hacerse al menos una vez al día y repetirlo en caso de que se presente alguna circunstancia por la cual se generen secreciones o calor excesivo. Luego de tener relaciones sexuales la recomendación es retirar con agua las secreciones.
Comúnmente se piensa que la circuncisión es más higiénica. Y aunque es cierto que al quitar la piel que cubre el glande se facilita la limpieza del miembro, la correcta higiene depende de cada persona, pues un pene no circuncidado se puede limpiar correctamente.
¿Cómo y cuándo enseñar a los niños a tener una buena higiene íntima?
El doctor Páez recomienda a los padres que empiecen poco a poco a enseñarles a sus hijos a cuidar sus genitales y considerarlos como una parte de su cuerpo que tienen que higienizar.
“Cuando ya tienen conciencia, enseñarles que deben retraer suavemente el prepucio, no forzarlo, limpiarlo suavemente con su dedito y con agua, después del baño, retraerlo y secarlo muy bien al salir del baño”, señala el especialista.
Con los años, la higiene no cambia y sigue siendo igual de sencilla: limpiar con agua y secar cuidadosamente para evitar la humedad.
¿Afeitar el vello púbico puede afectar la salud o la higiene del pene?
El vello tiene la función de proteger esa zona de la piel. Muchas veces al afeitarlo se pueden irritar los poros que son sensibles o delicados. En algunos casos, sobre todo cuando se utilizan cuchillas, la irritación puede ser grave y causar inflamación o traumas. Si se cierran, se produce una patología conocida como foliculitis o piodermitis, que conlleva a procesos infecciosos incómodos que solo podrían tratarse con antibióticos e incluso llevar a una hospitalización. Dejarse el vello no genera consecuencias, es cuestión de tener algunos cuidados básicos para su aseo y cuidado general.
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