Crear el hábito del orden en los niños no es una tarea fácil, pero con estas recomendaciones de una experta en el tema tendrá luces para lograrlo.
os encantaría que nuestros hijos nacieran con el “gen” del orden, pero en realidad este gen no existe, las personas no nacemos ordenas. El orden es un hábito que se desarrolla y se introduce al niño a través del tiempo, con el ejemplo de los padres, practicándolo en los ambientes personal, escolar y laboral y, sobre todo, con las rutinas diarias y herramientas adecuadas que inculcan el orden en sus vidas de forma natural, para que no lo relacionen con algún castigo o actividad aburrida.
A los niños, desde el primer año, se les debe introducir el orden como un amigo, como algo que disfruten hacer desde muy temprana edad para que, con el tiempo y la constancia, esas rutinas sean interiorizadas positivamente y no generen estrés para ellos ni para sus padres. De acuerdo con la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI-WAECE), los primeros años de vida de los niños son clave para relacionarlos con el orden ya que los pequeños son más sensibles a éste, por ejemplo, el niño menor de tres años suele disfrutar con el orden, de hecho, se convierte en una necesidad que le ayuda a mantener cierto control sobre su ambiente y le aporta estabilidad y tranquilidad.
Después de los tres años, y con el ejemplo de los padres, ya sabrán que cada cosa tiene su lugar; aportarán con sus actividades en el mantenimiento del orden y se divertirán si se les propone hacer las tareas del hogar como un juego entretenido. Por ejemplo: sacar la ropa limpia de la lavadora y ordenar por tamaños, formas, colores o clasificar juguetes, tipos de ropa, etc. Asimismo, a partir de esa edad, es necesario que los padres sean sus guías, no policías, y les ayuden a interiorizar los hábitos de orden que han adquirido.
Muchos pensarán que enseñarles a los niños a ser organizados es complicado, que les producirá mucho estrés y momentos amargos, pero en realidad no es imposible, Mónica Izquierdo, magíster en educación infantil de la universidad Lesley de Boston, explica que la clave es entender que los niños aprenden a ser ordenados por medio de la imitación y del ejemplo que los padres y su entorno les den. Hay que destacar que los hábitos de orden se pueden enseñar desde que los hijos tienen un año de edad y van avanzando según su crecimiento. También es recomendable para los padres ser constantes, disciplinados y entender que ellos son el ejemplo a seguir y verse como facilitadores de un hábito que los niños agradecerán cuando ingresen al colegio y a la universidad. A continuación, les presento cinco formas simples para introducir a los niños, de forma creativa, al mundo del orden:
1. Crear rutinas de orden divertidas
Según Mónica Izquierdo, la premisa aquí es “entre más rutinas se creen en casa, más orden tendrán los niños”. Los padres serán los encargados de enseñarles cómo hacer orden y los niños a través de la imitación irán aprendiendo a ser organizados. De acuerdo con su edad, los niños deben realizar tareas o actividades de forma sistemática y con una programación establecida donde aprenden (preferiblemente jugando o de forma creativa) habilidades y hábitos para introducir el orden y planeación en sus vidas sin creer que son un castigo. Las rutinas normales van desde la matutina que consiste en levantarse, lavarse los dientes, bañarse, alistarse para ir al colegio, etc., hasta la nocturna de prepararse para ir a dormir o la de hacer tareas.
Los padres pueden hacer, dentro de esas rutinas, actividades creativas, por ejemplo, cantar canciones mientras recogen los juguetes, hacer competencias en la rutina de la noche como la de recoger la ropa que se acaban de quitar y ponerla en el canasto de la ropa sucia en el menor tiempo posible y llevar un record casero, también se puede contar un cuento sobre encontrar las parejas de las medias, cómo se clasifican por colores (cuando aprenda a diferenciarlos) y cómo doblarlas para incentivar su creatividad y colaboración en los quehaceres de la casa. Estas rutinas sirven para interiorizar el orden y los niños las realizarán sin esfuerzo, sin recibir castigos por los olvidos y aumentarán la confianza, independencia y autoestima ya que sabrán lo que deben hacer en cada momento de su día a día.
2. Hacer mini listas de tareas
Los niños también pueden aprender a planear sus actividades por medio de listas de tareas o checklists. Establecer los pasos para completar una tarea específica puede ser motivante para ellos y así los padres estarán introduciendo en sus hijos el concepto de orden mental y manejo eficiente del tiempo, puesto que los niños aprenderán la habilidad de realizar tareas de forma estratégica y a gestionar de mejor manera el tiempo. Los padres pueden aprovechar la creatividad artística de sus hijos haciendo estas listas junto a ellos; por ejemplo, elaborar con recortes de revista un listado de “pasos para hacer la maleta del colegio” o “pasos para salir al parque a jugar”. Estas listas pueden colgarse en la pared del lugar más estratégico y, en lo posible, hacerlas con ellos para generar mayor motivación y recordación.
3. Darle un lugar especial a todo
Los padres son los encargados de ser los guías y facilitadores para que el hábito del orden se introduzca en sus hijos de forma natural. La manera más simple para hacer esto es dando ejemplo, y qué mejor que tener cada espacio de la casa con todo en su lugar, así los hijos reconocerán que hay un orden en su entorno y aprenderán a mantenerlo devolviendo los juguetes, su ropa o los elementos de la cocina al lugar que se le asignó. Si no contamos con este sistema de orden en el hogar es hora de empezar a construirlo, ya que es básico para que los niños entiendan que todo debe ir en un lugar asignado y no debe ser dejado por ahí a su suerte, lo cual produce acumulación y, por ende, descontrol de los espacios. Una actividad que los padres pueden hacer con sus hijos para interiorizar el “dónde guardar x o y cosa” es la de elaborar etiquetas caseras con ellos con el título correspondiente, o mientras aprenden a leer y escribir, poner en la etiqueta el dibujo respectivo al contenido de ese cajón o entrepaño, y así todos en casa sabrán cuál es el lugar correspondiente para guardar dichos objetos.
4. Jueguen a coleccionar algo
Todos los niños en algún momento de su vida se apasionan por algún objeto, muñeco, dibujo animado o personaje de ficción, y se puede aprovechar esta situación para crear una colección con ellos de figuras, afiches, stickers, entre otros. Este juego le enseñará a su hijo a asignar un lugar a la colección, a clasificar, seleccionar, ordenar y depurar dichos objetos. Puede ser algo simple como piedras, estampillas, monedas, billetes, aquí lo importante es inculcarles el hábito de ser selectivos y no acumuladores, depurar su colección frecuentemente les introducirá el hábito de descartar objetos sin apegos materiales.
5. Espacios al alcance de su mano
Uno de los consejos de la experta pedagoga Mónica Izquierdo es “tener todo al alcance de sus manos”. Esto quiere decir que su cuarto y su entorno deben estar diseñado de tal manera que puedan realizar tareas de orden sin depender de los adultos. Por ejemplo, si ellos quieren jugar, pueden alcanzar o arrastrar la canasta de juguetes para sacarlos de ahí, tener su momento de diversión y después guardarlos de forma fácil y funcional, sin ningún inconveniente físico. Recuerde poner un butaco en la cocina para que ellos puedan llevar la loza al lavaplatos, o ayudarle a lavar los platos; también puede poner un perchero a su altura para que cuelguen su chaqueta cuando entran a la casa o un recibidor en la entrada de la casa tamaño baby para que dejen sus zapatos sin depender de los padres, claramente con un aprendizaje previo e imitando a los adultos todo funcionará mejor.
Recuerde
Los padres y sus parientes más cercanos son las personas que enseñan a los hijos a ser ordenados, dar ejemplo es la clave y crear rutinas lo más importante. No olvide que la idea es que ellos hagan sus rutinas de orden por sí mismos en un futuro cercano, que puedan desenvolverse solos, sean independientes, seguros y más felices.
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