Escritor, filólogo, historiador, columnista y profesor. El payanés tiene, además, un exitoso podcast, Calamares en su tinta, en el que habla de los temas que lo apasionan: historia, libros y personajes curiosos.
Aunque nació en una casa de Popayán donde existía una devoción profunda y natural por las humanidades, Juan Esteban no considera que, de niño, haya sido un ratón de biblioteca. Es cierto que lo raro en su familia era seguir una carrera como medicina o economía, pero, antes de continuar con aquel legado, se interesó primero en el fútbol, el rock y la televisión, gustos que aún mantiene.
En la adolescencia se encontró con el dramaturgo español Alejandro Casona y con obras como Los árboles mueren de pie o La barca sin pescador y así nació en él un ferviente interés por las discusiones políticas que, finalmente, sellaría su destino. Desde entonces su vida se mueve gracias a su más grande amor: los libros —de historia, filosofía, novela y poesía—. Y no solo como lector, buscador ávido y coleccionista de joyas bibliográficas, sino también como escritor.
Entre sus libros se encuentran ¡Calcio! (2010), con el que obtuvo el Premio Espartaco de Novela Histórica de la Semana Negra de Gijón, y El hombre que no fue Jueves (2018), ganador del Primer Premio de Narrativa Colombiana EAFIT. En el año 2017 fue elegido como uno de los 39 autores menores de 40 años más importantes de América Latina.
A la hora de inculcar su pasión lectora a sus tres hijas, ha tratado de mantenerse firme ante dos claves: jamás presionarlas y empezar por Las aventuras de Tintín.
Mi escena de bienestar incluye…
A mi esposa y mis tres hijas, todos juntos. Creo que es cuando estoy más feliz y plácido en la vida, cuando por fin coincidimos en el mismo lugar.
El bienestar mental lo encuentro…
Jugando tenis, fútbol o Mario Bros. Leyendo, por ejemplo, a Alfonso Reyes o a Navid Kermani o a Max Beerbohm, autores que me producen una gran felicidad. Asocio el bienestar con la felicidad, supongo que no soy original.
Mi éxito como persona…
Mi familia. Mi esposa, María Virginia Turbay, y mis tres hijas: María, Manuela y Miranda.
Siempre que puedo dedico tiempo a…
Visitar a mis dos hijas mayores, que viven en Alemania. También a jugar fútbol y tenis y a leer libros que tengo desde hace mucho esperando a que los abra y me adentre en ellos por fin.
La mejor forma de cuidar mi salud es…
Tratar de hacer deporte algunas veces. Pero solo hago deportes que me dan alegría, como el tenis o el fútbol. No me gusta hacer ejercicio: odio los gimnasios, odio trotar (me entristece mucho la cara de sufrimiento de todos los que trotan). Ah, bueno, otra cosa más: desde hace meses voy a todas partes, si puedo, en bicicleta.
Para acompañar a mis seres queridos…
No sé si tenga que ver con la pregunta, creo que no, pero un amigo dice que uno a los hijos, hasta que tienen diez años, más o menos, les hace marcación hombre a hombre. Después ya hace marcación en zona. Me parece la teoría pedagógica más brillante y certera que hay.
Mi mantra para encontrar la calma en momentos difíciles es…
No tengo ningún mantra, de hecho no tengo mantras de ningún tipo, para ninguna situación, sea difícil o feliz. En los momentos de verdad muy difíciles, lo mejor es rezar. Y en la vida me acompaña una frase del príncipe Giuseppe Tomasi di Lampedusa, uno de mis ídolos, una frase en latín: Cave obdurationem cordis (“Que no se te endurezca el corazón”). Eso es.
Valoro los momentos de soledad porque…
Puedo escribir a mis anchas y puedo leer mucho más, además, puedo ver videos de mis ídolos musicales porque, de lo contrario, estoy viendo películas o series con mi esposa o con mis hijas.
Las pérdidas me han enseñado…
Que me estoy volviendo viejo: hace cuatro años cumplí cuarenta años, una edad que en mi juventud me parecía el símbolo por excelencia de la decrepitud. Javier Marías decía que cuando cumplió cuarenta años se preguntaba a sí mismo: “¿Cómo es posible que yo tenga 40 años?”. Pregunta que se seguía haciendo cuando ya había cumplido incluso 50 o 52.
- Este artículo hace parte de la edición 192 de nuestra revista impresa. Encuéntrela completa aquí.
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