La siesta promueve un descanso óptimo y estabilidad mental al reducir el cortisol, la hormona del estrés. Lo ideal es que sea breve y en un entorno adecuado.
La siesta es un breve descanso que tomamos en el día, que suele hacerse después del almuerzo. Este corto sueño, que puede durar desde unos minutos hasta un par de horas, tiene como objetivo recuperar energías para afrontar el resto del día o prepararse para una noche prolongada.
Cuando se toma regularmente, y en condiciones adecuadas, ofrece una oportunidad invaluable para mejorar el descanso. Según la psicóloga y docente de Fundación Universitaria Sanitas, Nidia Yineth Preciado, la siesta contribuye a reducir los niveles de cortisol en la sangre, la hormona del estrés, lo que conlleva a una mayor estabilidad mental y física.
Impacto en el bienestar
Además de regular el estrés, la siesta tiene un impacto significativo en el estado de ánimo. Un descanso adecuado durante el día puede evitar la irritabilidad y el malhumor, lo que a su vez mejora la capacidad de concentración y la productividad. “Es crucial que la siesta se tome en un tiempo limitado, idealmente no más de 90 minutos, y en condiciones apropiadas. La calidad del descanso puede verse afectada por la posición y el entorno en el que se realiza la siesta, se propone fuera de espacios como escritorios y asientos, y se prefiere en la habitación.” Explica la psicóloga Nidia Yineth Preciado.
El momento del día en que se toma la siesta también influye en su efectividad. Es recomendable evitar la siesta cerca de las horas de alimentación, de ejercicio intenso, o de sueño porque puede dificultar la recuperación corporal.
Consejos para una siesta adecuada
La psicóloga aconseja incorporar la siesta dentro de una rutina de vida saludable, que incluya ejercicio regular, una dieta equilibrada y espacios adecuados para el descanso. Es fundamental establecer una higiene del sueño adecuada, que incluya un ambiente propicio para dormir y hábitos que favorezcan el descanso nocturno, como dejar las pantallas mínimo una hora antes de dormir, no cenar en exceso antes de dormir y no desvelarse en actividades que se pueden realizar en otros horarios.
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