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depresión en adultos mayores

Cómo detectar y tratar la depresión en adultos mayores

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La depresión en los adultos mayores es un trastorno complejo que demanda atención especializada y un enfoque integral. Mónica Rojas, psiquiatra adscrita a Colsanitas, detalla cómo reconocerla y abordarla eficazmente.

La depresión es una de las enfermedades mentales con mayor incidencia en los adultos  mayores, sin embargo, suele ser subestimada o confundida con el proceso natural de envejecimiento. La Organización Mundial de la Salud (OMS), indica que factores asociados a esta etapa de la vida, como la soledad, la pérdida de seres queridos, la disminución de la movilidad y las enfermedades crónicas, contribuyen a su alta prevalencia. Sin embargo, manifestaciones como la fatiga, las alteraciones del sueño y la falta de interés en actividades pueden confundirse como parte del envejecimiento natural, y retrasar el diagnóstico y tratamiento adecuado.Según cifras de la OMS, el 14 % de los adultos de 60 años o más padece alguna enfermedad mental, siendo la depresión y la ansiedad las más comunes. La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta el bienestar emocional de las personas y compromete su salud física y su calidad de vida. En el adulto mayor, esta es resultado de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales. Mónica Rojas, psiquiatra adscrita a Colsanitas, explica que “la depresión en esta etapa de la vida tiene un comportamiento distinto al de otros grupos etarios, y existen múltiples factores que pueden influir en su desarrollo. Entre ellos, destacan las alteraciones biológicas y enfermedades como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los trastornos neurológicos”.

La prevalencia de estos trastornos crónicos, sumada al deterioro cognitivo y la reducción de la funcionalidad, incrementa la vulnerabilidad de las personas mayores. Además de los aspectos médicos, el aislamiento social y la pérdida de seres queridos también juegan un papel crucial en el desarrollo de la depresión. La jubilación, la reducción de actividad diaria y la pérdida de un propósito de vida son otros detonantes que afectan el estado emocional del adulto mayor. La doctora Rojas subraya que “el aislamiento social y la falta de interacción tienen un impacto directo en el estado de ánimo, y generan sentimientos de abandono que hacen al adulto mayor más vulnerable a desarrollar depresión”.

Por estas razones, los adultos mayores se consideran una población vulnerable, ya que enfrentan un alto riesgo de que sus derechos sean vulnerados, especialmente cuando padecen condiciones de salud mental. Esta vulnerabilidad puede manifestarse en diversas formas de maltrato físico, económico y psicológico. Según Diana Carolina Rodríguez, psicóloga adscrita a Colsanitas, “uno de los tipos de maltrato más comunes es la negligencia, que ocurre cuando un adulto mayor queda desatendido, privándolo de la atención y los cuidados que requiere”. Esta situación resalta la falta de preparación de muchas familias para brindar un cuidado adecuado a los adultos mayores, especialmente cuando se presentan enfermedades. Por lo tanto, es esencial que la sociedad se sensibilice sobre la atención a esta población, para evitar que la falta de empatía y conocimiento derive en abandono.

Manifestaciones de la depresión en adultos mayores

La depresión en los adultos mayores puede manifestarse de diversas maneras. Uno de los síntomas más notables es la desesperanza hacia el futuro, acompañada de ideas recurrentes sobre la muerte. “La depresión en la vejez se manifiesta con síntomas como problemas de sueño, fatiga, pérdida de peso y múltiples quejas inespecíficas”, menciona la psiquiatra Rojas. Estos síntomas físicos pueden aparecer antes de que el adulto mayor muestre signos claros de tristeza o cambios en su estado de ánimo. Además, es común observar síntomas cognitivos como la dificultad para concentrarse, lo cual puede confundirse con deterioro cognitivo o demencia.

En este sentido, la psicóloga Rodríguez aclara que “la depresión es una enfermedad mental que afecta nuestra percepción de la realidad. Las personas mayores deprimidas pierden la capacidad de experimentar placer y empiezan a tener una visión distorsionada de su entorno, lo que les hace perder la motivación para realizar actividades que antes disfrutaban”. Esta pérdida de interés, combinada con la fatiga y la falta de energía, contribuye a la prevalencia de la depresión. Es importante diferenciar la tristeza transitoria de la depresión clínica. Rodríguez añade: “todos podemos sentir tristeza en algún momento, pero lo que distingue a la depresión es su duración, pues persiste durante la mayor parte del día, todos los días, por al menos dos semanas”. 

Los factores biológicos también juegan un papel importante en la aparición y agravamiento de la depresión en adultos mayores. Según la psiquiatra Rojas, “las alteraciones en los neurotransmisores como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, junto con enfermedades como la hipertensión o la diabetes, tienen un impacto directo en la aparición o empeoramiento de los síntomas de la depresión”. Estos cambios neurológicos afectan la capacidad del cerebro para regular el estado de ánimo, lo que subraya la necesidad de un enfoque multidisciplinario en el tratamiento de la depresión en esta población.

Es importante tener en cuenta que la depresión en adultos mayores sin deterioro cognitivo se manifiesta de manera diferente en comparación con aquellos que lo padecen, como en los casos de Alzheimer o demencias vasculares. La psicóloga Rodríguez explica que, “los adultos mayores sin deterioro cognitivo tienen toda su corteza cerebral disponible para gestionar la depresión, mientras que aquellos con deterioro están perdiendo progresivamente esa capacidad, especialmente en la parte frontal del cerebro, que es crucial para el control emocional”. Para estas personas, el tratamiento se centra más en el uso de fármacos y el control de síntomas a través del entorno familiar, mientras que en aquellos sin deterioro cognitivo, se recomienda la psicoterapia como parte fundamental del tratamiento.

El rol de la familia y la soledad en la depresión del adulto mayor

La soledad y la falta de apoyo social son factores de riesgo clave en el desarrollo de la depresión en esta población. A medida que las redes de apoyo se debilitan por la muerte de amigos y familiares, o la jubilación, los adultos mayores enfrentan una mayor vulnerabilidad emocional. La psiquiatra Rojas destaca que “una adecuada red de apoyo familiar o social protege a los seres humanos de muchas enfermedades, especialmente de las afectivas”. Sin embargo, no siempre es fácil para las familias detectar los signos de depresión en sus seres queridos, especialmente cuando estos se confunden como malestares físicos o apatía.

Es fundamental que la red de apoyo esté atenta a los síntomas que pueden indicar la presencia de depresión en los adultos mayores. Cambios en el comportamiento, como el aislamiento social, la pérdida de interés en actividades que solían ser placenteras, o la manifestación de quejas físicas sin un diagnóstico claro, son señales que no deben pasarse por alto. Otros síntomas comunes incluyen fatiga, problemas de sueño, irritabilidad o tristeza persistente. La identificación temprana de estos síntomas permite una intervención oportuna, lo que puede marcar una diferencia significativa en la salud mental y emocional del adulto mayor.

Los familiares deben estar atentos a estas señales de alerta y ofrecer apoyo emocional constante. “Participar en las actividades que la persona disfrute, acompañarla a sus citas médicas e incentivarla a realizar actividades físicas y lúdicas son aspectos clave para su recuperación”, menciona la psiquiatra Rojas. Este tipo de apoyo no solo fortalece el bienestar emocional del adulto mayor, sino que también fomenta su compromiso con el tratamiento multidisciplinario necesario para abordar la depresión.

Estrategias terapéuticas para tratar la depresión en adultos mayores

La depresión es una enfermedad mental que va más allá de un estado de ánimo y no puede superarse únicamente con fuerza de voluntad. Según la psicóloga Rodríguez, "esta condición no está solo en la mente y no se puede superar solo con esfuerzo mental”. El tratamiento de la depresión en adultos mayores debe ser integral y adaptado a las particularidades de cada persona. Tanto la psicoterapia como el uso de medicamentos juegan un papel clave en la recuperación. La psiquiatra Rojas afirma que “el tratamiento más efectivo es el que combina la psicoterapia con los medicamentos; en algunos casos, la terapia ocupacional y la actividad física también son útiles. Esto dependerá de cada paciente”. La combinación de estos enfoques permite abordar tanto los factores biológicos como los psicológicos de la enfermedad.

En las etapas iniciales de la enfermedad, la psicoterapia puede ser suficiente para ayudar al paciente a gestionar su depresión. Sin embargo, cuando la enfermedad es más severa o está vinculada a factores biológicos, el uso de medicamentos se vuelve indispensable. “El tratamiento ideal incluye tanto la psicoterapia como los medicamentos, pero hay casos en los que la psicoterapia por sí sola puede mejorar la condición del paciente”, explica la psicóloga Rodríguez. En cualquier caso, el tratamiento debe ser personalizado, teniendo en cuenta los síntomas específicos y las circunstancias de vida del adulto mayor.

Laura Daniela Soto Patiño

Laura Soto es periodista y redactora de Bienestar y Bacánika. Bumanguesa de nacimiento, boyacense de corazón y bogotana por adopción. Vive con su gata Morita y sus orquídeas. Romántica irremediable, le toma fotos a la comida y ama a su familia más que a nada en el mundo.