Parece irracional que podamos abusar emocionalmente de nosotros mismos, pero la falta de conciencia sobre el autocuidado puede inducirnos a esta situación.
El abuso emocional autoinfligido es una realidad silenciosa que afecta a muchas personas, en tanto debilita su autoestima y bienestar mental. Según la American Psychological Association (APA), el abuso o maltrato emocional, en términos generales, hace referencia a “un patrón de conducta en el cual alguien utiliza tácticas verbales o no verbales para manipular, controlar o dañar emocionalmente a otra persona”. En este orden de ideas, parecería absurdo infligir ese maltrato hacia nosotros mismos. No obstante, es más común de lo que parece y se refleja de varias formas.
Según la doctora Ana Millán, psiquiatra adscrita a Colsanitas, el abuso emocional autoinfligido es la respuesta a “una baja autoestima y a no saber leer sus propias necesidades emocionales”. Pensamientos como: “no soy suficiente”, “esa persona es mucho mejor que yo”, “si hago esta pregunta la gente se va a dar cuenta de que no soy muy inteligente”, “estoy destinada a estar sola”, entre otros, son más comunes de lo que parecen y resultan de la falta de confianza en sí mismo. También se deben a la incapacidad de reconocer y gestionar emociones, traumas de la infancia, relaciones pasadas, perfeccionismo o condiciones de salud mental como la ansiedad y la depresión, donde la autocrítica suele llevarse al extremo.
Aunque la autocrítica es una herramienta valiosa para el crecimiento personal, muchas veces es el disfraz perfecto para este tipo de abuso. La clave para reconocer si estamos abusando de nosotros mismos es hacer un ejercicio de consciencia y “ver las emociones como una señal natural de alerta de que algo no está bien, especialmente si éstas derivan en cuadros de ansiedad, depresión o patologías graves como la ideación suicida”, afirma la doctora Millán.
En este proceso de autoconocimiento, es clave la psicoterapia como una de las principales herramientas para fortalecer la autoestima, la gestión de las emociones y el autocuidado. Por eso la recomendación general es acudir a un profesional de la salud mental en caso de que reconozca alguna señal de abuso emocional autoinfligido.
No hay una sola forma de abusar de nosotros mismos, por eso aquí le dejamos las señales para reconocerlas y algunas herramientas para mitigar sus efectos negativos en la salud mental:
Autocrítica excesiva
Se trata de la capacidad de evaluar nuestras acciones, pensamientos y comportamientos. Como lo mencionamos anteriormente, es una herramienta que puede ser beneficiosa para crecer como persona, sin embargo, llevada al extremo puede derivar en un problema. Una señal clara de abuso emocional por autocrítica excesiva es autojuzgarse y autocriticarse de manera negativa, sin dar importancia a los logros y enfocándose únicamente en los errores o defectos.
En caso de que usted reconozca este comportamiento, trate de cultivar la autocompasión. La clave es cambiar el lenguaje negativo por uno positivo que refuerce las capacidades y virtudes. Además de esto, en vez de criticarse es mejor optar por practicar la autorreflexión constructiva, donde se buscan oportunidades de aprendizaje desde la amabilidad.
Perfeccionismo
Establecer estándares irreales y exigir una perfección absoluta en todo lo que se hace genera una presión constante y la sensación de nunca estar a la altura de las circunstancias. El hecho de ponerse metas inalcanzables y exigirse a sí mismo en todo momento un rendimiento al máximo nivel en los ámbitos laboral, académico o personal puede generar estrés crónico y afectar la salud física y mental.
En este caso, es importante tener en cuenta que “la hiperexigencia se convierte en maltrato en la medida en que la persona no se permite espacios de relajación, diversión, y deriva toda su vida en la productividad", afirma la doctora Millán. En estos casos lo ideal es bajar el nivel de exigencia a expectativas reales y optar por una perspectiva más pausada de la vida, donde se puedan tener resultados satisfactorios en todos los ámbitos, sin sacrificar el bienestar personal y los espacios de goce.
Compararse con otros constantemente
Esto no es negativo per se, pues hace parte de la condición humana ponerse a nivel de otros para reflexionar sobre ciertos comportamientos. No obstante, el hecho de compararse con los demás de forma desfavorable, creando sentimientos de inferioridad, envidia y disminuyendo la propia autoestima es una forma de abuso emocional hacia nosotros mismos.
En caso de que usted reconozca este patrón, es clave repensar cómo percibimos nuestras propias habilidades y logros para así apreciar el valor de las diferencias, pues son la muestra de virtudes que nos hacen únicos en comparación a otros. Para esto será muy importante fomentar la autoestima y cultivar la empatía. Adicionalmente, las redes sociales han sido un factor determinante para la comparación negativa. Recuerde que lo que vemos en una foto no es el reflejo de la realidad de una persona y por lo tanto no debería ser un punto de comparación con nosotros mismos.
Negarse el autocuidado
Ignorar las propias necesidades físicas, emocionales y mentales, y priorizar constantemente las demandas de los demás también es una forma de maltrato emocional a nosotros mismos. Esto se puede ver reflejado de distintas maneras: alimentarse de forma inadecuada, no practicar actividad física, no brindarse a uno mismo comprensión, cuidado y compasión en momentos de dificultad o por estar presente en todo momento para la familia o el trabajo. Estas prácticas derivan en afectaciones para la salud física y mental, y suelen estar relacionadas con condiciones de salud mental como la depresión.
Para la doctora Millán, “priorizar las necesidades de los demás por encima de las propias o dejar que otros decidan sobre lo que necesitamos para estar bien nos pone en un plano susceptible y de negligencia”. La mejor medida en estos casos es priorizar el autocuidado con hábitos que beneficien la salud física y mental como una alimentación saludable, actividad física, espacios de relajación, meditación, llevar un diario, hacer manualidades; en últimas, actividades que puedan generarle bienestar.
Autosabotaje
Engloba un conjunto de comportamientos, acciones o pensamientos autodestructivos que una persona realiza consciente o inconscientemente y que llevan a la obstrucción de sus propios objetivos y metas. Algunos comportamientos relacionados con esta forma de abuso emocional son la procrastinación constante, la evasión de situaciones desafiantes, mantener relaciones tóxicas e incluso negarnos la posibilidad de expresar emociones como la tristeza.
Para evitar el autosabotaje, es esencial cultivar la autoconciencia y reconocer los patrones autodestructivos para poder cambiarlos. Practicar la autocompasión y tratarse con amabilidad en momentos de dificultad puede ayudar a enfrentar los miedos y desafíos de manera más constructiva. Así mismo, poner límites a relaciones o situaciones tóxicas y buscar espacios seguros en los cuales pueda expresar sus emociones.
Autoaislamiento
Aún cuando aprender a estar con uno mismo es fundamental, aislarse socialmente y evitar la conexión con los demás, por miedo al rechazo o a ser herido emocionalmente, también es una forma de abuso emocional pues un aislamiento constante y que perdura a través del tiempo puede tener repercusiones en la salud mental.
Según la doctora Millán, “el aislamiento social puede venir de varias fuentes: temor extremo a relacionarse, imagen de autosuficiencia extrema o de inseguridad profunda que no le permite a la persona acercarse a otros. Esto es un mal indicador porque parte importante de la salud mental es el desarrollo de relaciones interpersonales saludables. El ser humano es un ser social por naturaleza, y la carencia de relaciones estables puede ser síntoma de trastornos mentales”. En estos casos, es importante reconocer la causa del aislamiento y luego buscar oportunidades para socializar y establecer conexiones significativas con amigos, familiares y otras personas cercanas que se puedan consolidar como una red de apoyo.
Finalmente, recuerde que el primer paso para cuidar emocionalmente de usted mismo y evitar estas formas de abuso es ser consciente de la importancia de la salud mental. “Hoy en día hay muchas fuentes de información para buscar ayuda en ese aspecto, pero si no hay conciencia del autocuidado es muy complejo abordar el problema”, concluye la doctora Millán.
El abuso emocional autoinfligido es una realidad silenciosa que afecta a muchas personas, en tanto debilita su autoestima y bienestar mental. Según la American Psychological Association (APA), el abuso o maltrato emocional, en términos generales, hace referencia a “un patrón de conducta en el cual alguien utiliza tácticas verbales o no verbales para manipular, controlar o dañar emocionalmente a otra persona”. En este orden de ideas, parecería absurdo infligir ese maltrato hacia nosotros mismos. No obstante, es más común de lo que parece y se refleja de varias formas.
Según la doctora Ana Millán, psiquiatra adscrita a Colsanitas, el abuso emocional autoinfligido es la respuesta a “una baja autoestima y a no saber leer sus propias necesidades emocionales”. Pensamientos como: “no soy suficiente”, “esa persona es mucho mejor que yo”, “si hago esta pregunta la gente se va a dar cuenta de que no soy muy inteligente”, “estoy destinada a estar sola”, entre otros, son más comunes de lo que parecen y resultan de la falta de confianza en sí mismo. También se deben a la incapacidad de reconocer y gestionar emociones, traumas de la infancia, relaciones pasadas, perfeccionismo o condiciones de salud mental como la ansiedad y la depresión, donde la autocrítica suele llevarse al extremo.
Aunque la autocrítica es una herramienta valiosa para el crecimiento personal, muchas veces es el disfraz perfecto para este tipo de abuso. La clave para reconocer si estamos abusando de nosotros mismos es hacer un ejercicio de consciencia y “ver las emociones como una señal natural de alerta de que algo no está bien, especialmente si éstas derivan en cuadros de ansiedad, depresión o patologías graves como la ideación suicida”, afirma la doctora Millán.
En este proceso de autoconocimiento, es clave la psicoterapia como una de las principales herramientas para fortalecer la autoestima, la gestión de las emociones y el autocuidado. Por eso la recomendación general es acudir a un profesional de la salud mental en caso de que reconozca alguna señal de abuso emocional autoinfligido.
No hay una sola forma de abusar de nosotros mismos, por eso aquí le dejamos las señales para reconocerlas y algunas herramientas para mitigar sus efectos negativos en la salud mental:
Autocrítica excesiva
Se trata de la capacidad de evaluar nuestras acciones, pensamientos y comportamientos. Como lo mencionamos anteriormente, es una herramienta que puede ser beneficiosa para crecer como persona, sin embargo, llevada al extremo puede derivar en un problema. Una señal clara de abuso emocional por autocrítica excesiva es autojuzgarse y autocriticarse de manera negativa, sin dar importancia a los logros y enfocándose únicamente en los errores o defectos.
En caso de que usted reconozca este comportamiento, trate de cultivar la autocompasión. La clave es cambiar el lenguaje negativo por uno positivo que refuerce las capacidades y virtudes. Además de esto, en vez de criticarse es mejor optar por practicar la autorreflexión constructiva, donde se buscan oportunidades de aprendizaje desde la amabilidad.
Perfeccionismo
Establecer estándares irreales y exigir una perfección absoluta en todo lo que se hace genera una presión constante y la sensación de nunca estar a la altura de las circunstancias. El hecho de ponerse metas inalcanzables y exigirse a sí mismo en todo momento un rendimiento al máximo nivel en los ámbitos laboral, académico o personal puede generar estrés crónico y afectar la salud física y mental.
En este caso, es importante tener en cuenta que “la hiperexigencia se convierte en maltrato en la medida en que la persona no se permite espacios de relajación, diversión, y deriva toda su vida en la productividad", afirma la doctora Millán. En estos casos lo ideal es bajar el nivel de exigencia a expectativas reales y optar por una perspectiva más pausada de la vida, donde se puedan tener resultados satisfactorios en todos los ámbitos, sin sacrificar el bienestar personal y los espacios de goce.
Compararse con otros constantemente
Esto no es negativo per se, pues hace parte de la condición humana ponerse a nivel de otros para reflexionar sobre ciertos comportamientos. No obstante, el hecho de compararse con los demás de forma desfavorable, creando sentimientos de inferioridad, envidia y disminuyendo la propia autoestima es una forma de abuso emocional hacia nosotros mismos.
En caso de que usted reconozca este patrón, es clave repensar cómo percibimos nuestras propias habilidades y logros para así apreciar el valor de las diferencias, pues son la muestra de virtudes que nos hacen únicos en comparación a otros. Para esto será muy importante fomentar la autoestima y cultivar la empatía. Adicionalmente, las redes sociales han sido un factor determinante para la comparación negativa. Recuerde que lo que vemos en una foto no es el reflejo de la realidad de una persona y por lo tanto no debería ser un punto de comparación con nosotros mismos.
Negarse el autocuidado
Ignorar las propias necesidades físicas, emocionales y mentales, y priorizar constantemente las demandas de los demás también es una forma de maltrato emocional a nosotros mismos. Esto se puede ver reflejado de distintas maneras: alimentarse de forma inadecuada, no practicar actividad física, no brindarse a uno mismo comprensión, cuidado y compasión en momentos de dificultad o por estar presente en todo momento para la familia o el trabajo. Estas prácticas derivan en afectaciones para la salud física y mental, y suelen estar relacionadas con condiciones de salud mental como la depresión.
Para la doctora Millán, “priorizar las necesidades de los demás por encima de las propias o dejar que otros decidan sobre lo que necesitamos para estar bien nos pone en un plano susceptible y de negligencia”. La mejor medida en estos casos es priorizar el autocuidado con hábitos que beneficien la salud física y mental como una alimentación saludable, actividad física, espacios de relajación, meditación, llevar un diario, hacer manualidades; en últimas, actividades que puedan generarle bienestar.
Autosabotaje
Engloba un conjunto de comportamientos, acciones o pensamientos autodestructivos que una persona realiza consciente o inconscientemente y que llevan a la obstrucción de sus propios objetivos y metas. Algunos comportamientos relacionados con esta forma de abuso emocional son la procrastinación constante, la evasión de situaciones desafiantes, mantener relaciones tóxicas e incluso negarnos la posibilidad de expresar emociones como la tristeza.
Para evitar el autosabotaje, es esencial cultivar la autoconciencia y reconocer los patrones autodestructivos para poder cambiarlos. Practicar la autocompasión y tratarse con amabilidad en momentos de dificultad puede ayudar a enfrentar los miedos y desafíos de manera más constructiva. Así mismo, poner límites a relaciones o situaciones tóxicas y buscar espacios seguros en los cuales pueda expresar sus emociones.
Autoaislamiento
Aún cuando aprender a estar con uno mismo es fundamental, aislarse socialmente y evitar la conexión con los demás, por miedo al rechazo o a ser herido emocionalmente, también es una forma de abuso emocional pues un aislamiento constante y que perdura a través del tiempo puede tener repercusiones en la salud mental.
Según la doctora Millán, “el aislamiento social puede venir de varias fuentes: temor extremo a relacionarse, imagen de autosuficiencia extrema o de inseguridad profunda que no le permite a la persona acercarse a otros. Esto es un mal indicador porque parte importante de la salud mental es el desarrollo de relaciones interpersonales saludables. El ser humano es un ser social por naturaleza, y la carencia de relaciones estables puede ser síntoma de trastornos mentales”. En estos casos, es importante reconocer la causa del aislamiento y luego buscar oportunidades para socializar y establecer conexiones significativas con amigos, familiares y otras personas cercanas que se puedan consolidar como una red de apoyo.
Finalmente, recuerde que el primer paso para cuidar emocionalmente de usted mismo y evitar estas formas de abuso es ser consciente de la importancia de la salud mental. “Hoy en día hay muchas fuentes de información para buscar ayuda en ese aspecto, pero si no hay conciencia del autocuidado es muy complejo abordar el problema”, concluye la doctora Millán.
Dejar un comentario