Todas las plataformas tienen una amplia oferta de series románticas. Aquí una selecta lista de las mejores.
l cineasta alemán Ernest Lubitch tenía, a principios de la década del treinta, un serio problema de creatividad. Por eso dejó en su nochero una agenda con un lápiz: si experimentaba, mientras dormía, una epifanía en un sueño, él la atraparía. Así que una noche soñó la idea perfecta, se despertó abruptamente y en medio de la oscuridad escribió una frase para trabajar sobre ella al otro día. Siguió durmiendo. En la mañana sintió una leve decepción al comprobar que sólo había escrito: “Chico conoce a chica”. Lubitch, sin saberlo, había cambiado la historia del cine al crear la comedia romántica.
Hubo una época, en los infaustos noventa, en la que a los jovencitos nos tenían prohibido ir al cine a llorar. El machismo nos condenaba una vez más a ver las óperas de músculo de Sly, Van Damme y Schwarzenegger. Sin embargo, por debajo de cuerda, sin comentárselo demasiado a los amigos, veíamos Cuatro bodas y un funeral, Mujer bonita o joyas olvidadas como Matrimonio por conveniencia, con un increíblemente apuesto Gerard Depardieu y Andie MacDowell. Veinte años después las masculinidades ya no son tan frágiles y por eso podemos llorar a raudales al lado de nuestras esposas sin temor al escarnio viendo las historias románticas que, como una catarata, ofrecen las plataformas disponibles en Colombia, Star, HBO Max, Netflix, Amazon Prime. Este es un repaso por las mejores y, no necesariamente, más populares que puede encontrar para maratonear ya.
Fue una verdadera tragedia cuando a finales del 2018 Netflix anunció que Love no tendría una cuarta temporada. El afán del negocio obligaba a los ejecutivos a cerrarle la puerta a una historia de amor entre un guionista fracasado y una joven con serios problemas emocionales. La química entre Paul Rust, protagonista y creador de la serie y Gillian Jacobs es absoluta a pesar de ser una versión moderna de La Bella y la Bestia. Es una verdadera pena que el algoritmo, que privilegia los gustos de la mayoría, la condene al ostracismo. Si la buscan y la empiezan no podrán parar. Amor revuelto con el más despiadado humor negro. Los pocos que la han visto forman parte del culto de Love. Mientras la estén disfrutando no podrán hacer otra cosa.
Hubo una época, en los infaustos noventa, en la que a los jovencitos nos tenían prohibido ir al cine a llorar.
Con escepticismo empezamos a ver Sex Education, uno de los barcos insignia de Netflix. El nombre no es muy enganchador que digamos. Además podría confundirse, ¿por qué no?, con cualquier serie de adolescentes a los que nos tenía acostumbrados la televisión antes de su hora más gloriosa. Pero la creación de la joven escritora Laurie Nunn logró convertirse en un puente entre los centennials y los cuarentones que la vemos con el mismo desafuero. Otis Milburn, el protagonista, es un adolescente capaz de convertir un problema, ser el hijo de la sexóloga más prestigiosa de la ciudad, en el gancho para hacerse popular y poder acercarse a Maeve, la proscrita de ojos grandes y pinta emo que vive en la parte más pobre de la ciudad y que, con su talento para escribir, piensa algún día salir de la casa remolque en la que vive. En las tres temporadas que llevamos enamorados de esta pareja —la escena en la que suena “Pale blue eyes, de the Velvet Underground, mientras la pareja se mira en los pasillos del colegio, da ganas de volver a tener 16— hacemos fuerza para que por fin se junten. Pero, a pesar de que claramente son los protagonistas la serie, como un árbol, tiene ramas que le van creciendo, personajes secundarios que se toman por completo la historia como fue el caso, en esta última entrega, de Adam y Rudy, que la convierten en una historia coral de una potencia y una vigencia asombrosa. La banda sonora es protagonista con todas esas canciones retro que, inevitablemente, nos recuerdan los años en los que el corazón era un músculo sano que necesitaba acción. No importa cuántos años tenga, con Sex Education volverá a sentir el revoloteo de cien mariposas atrapadas en el estómago.
Otro de esos tesoros ocultos que tiene Netflix fue Easy, historias de amor para cuarentones de una sencillez desarmante y con la que podría sentirse identificado si está casado. Easy fue un intento de la plataforma para contrarrestar el advenimiento de Modern Love como la gran serie de amor de Amazon Prime. A pesar de lo buena que es, nadie pudo con Modern Love.
Basada en la columna semanal del New York Times que lleva su mismo nombre, la creación de John Carney ha tenido momentos estelares en sus dos temporadas. En la primera el capítulo de Anne Hathaway interpretando a Lexi Donohoe, una abogada que sucumbe cada tanto a la depresión, muestra con cruda sencillez el infierno de ser bipolar. En la segunda temporada sus ocho capítulos vuelven a ser de un altísimo nivel, sin embargo el que protagoniza Kit Harington, el recordadísimo John Snow de Game of Thrones, es uno de los mejores momentos televisivos sobre el agobio de la pandemia. Modern Love rompe con el paradigma de las historias de amor en el sentido de que no siempre una chica y un chico que se conocen están predestinados a terminar juntos. A veces, los amores que más nos calaron jamás nos dieron un beso.
Ahora se puede llorar a raudales viendo las historias románticas que ofrecen las plataformas disponibles en Colombia: Star, HBO Max, Netflix, Amazon Prime.
Acabamos de ver en HBO Max la segunda temporada de After Love. Cada temporada va a ser una historia diferente. Esta vez un joven editor negro se enamora perdidamente de una mujer a todas luces inalcanzable. Lleva siete años casado con una mujer blanca con la que ya le cuesta conectar. Se confunde y cree haber señales donde no las hay. Igual, es tarde, su esposa descubre un chat en donde se da cuenta de que los lazos están rotos. Terminan y, si usted piensa que para un hombre es fácil estar soltero, nada más tiene que ver estos seis capítulos de un hombre que poco a poco se va hundiendo en el fango del aburrimiento y la decepción que radica estar solo en un bar un viernes a las 3:00 de la mañana. De una precisión absolutamente sublime.
En HBO Max hay historias encantadoras, pequeños clásicos como Girls, de la que hablaremos a profundidad en una próxima entrega y la sorprendente Insecure, la creación de Isa Rae que sigue deslumbrándonos en su quinta y última temporada. Su rival natural, Star, poco a poco se recompone de un lanzamiento dubitativo en donde volcó todos los recursos en la transmisión de partidos de fútbol —su parrilla en ese tinglado es realmente impresionante— pero llegan joyas como Breeders, con Martin Freeman a la cabeza, que es un retrato amable de esa pesadilla que es tener hijos y, en cuanto al amor, poder ver las temporadas completas de This is us y Outlander es realmente maravilloso.
La primera es la versión idealizada del amor familiar y les prometemos que llorarán copiosamente en cada episodio. Lo que me impresiona de This is us es que no recurren a la manipulación barata para conseguirlo. Outlander es el dramón épico histórico más consistente de la televisión. Un viaje al pasado absolutamente convincente. Por favor, fijarse en las frases que suelta Jamie a su amada Claire. Hasta los iceberg más consistentes se derriten.
* Editor,guionista y periodista colombiano.
Dejar un comentario