La Escuela de Dermatitis Atópica busca brindar apoyo a quienes conviven con esta inflamación cutánea crónica, que impacta a millones de personas en el mundo.
La dermatitis atópica se caracteriza por el enrojecimiento de la piel, la picazón, la sequedad y los brotes. El director de la Escuela de Dermatitis Atópica, Mauricio Torres-Pradilla, explica que “el prurito (picazón) es el síntoma esencial. Los brotes rojizos son los que deben prender las alarmas, aún más si son recurrentes. Las zonas donde más se presentan son las muñecas y el cuello”.
Esta condición, que padecen entre el 15% y el 25% de los niños en Colombia, impacta significativamente sus vidas, pues en ocasiones la picazón es tan fuerte que no los deja conciliar el sueño, usar algunas prendas o dejar de rascarse. Incluso puede asociarse con problemas de salud más graves como el asma y las alergias alimentarias, así que es fundamental identificarla para poder establecer el tratamiento adecuado.
La dermatitis atópica es la enfermedad de la piel más frecuente en niñas y niños. Constituye entre el 15% y el 20% de las consultas dermatológicas pediátricas en América Latina. Aunque suele desaparecer alrededor de los siete u ocho años, puede permanecer a lo largo de la vida. Por eso es importante mantener la disciplina con el tratamiento y aprender a convivir con la variación de los síntomas.
Conscientes de esta problemática, los dermatólogos Mónica Novoa, Marcela Rochel y Mauricio Torres-Pradilla, junto al psicólogo Javier Quintero, crearon una herramienta de formación abierta a todo público y gratuita para familias en las que alguno de sus integrantes padece la enfermedad: la Escuela de Dermatitis Atópica. Esta iniciativa nació de una alianza entre el Hospital San José y el Hospital Infantil Universitario de San José.
Su objetivo es brindar apoyo, conocimiento y mejorar la apropiación de los tratamientos que deben realizarse en cada caso, pues los mitos que rodean la dermatitis atópica retrasan, en ocasiones, la efectividad de los tratamientos. Este es uno de los principales motivos por los que se creó este espacio. La escuela cuenta, además, con el apoyo de la Fundación Eczema, una organización internacional dedicada a educar sobre esta condición en distintos países.
El doctor Mauricio Torres-Pradilla destaca la importancia de responder a las preguntas más frecuentes de los pacientes, pero también las de sus cuidadores, pues son los encargados de la atención y los primeros que deben reconocer qué es eczema (los brotes que pican), cómo actuar, cuándo acudir a urgencias, cuándo adelantar la cita de control y cómo avanzar con el tratamiento.
Esta es la enfermedad de la piel más frecuente en niñas y niños. Constituye entre el 15% y el 20% de las consultas dermatológicas pediátricas en América Latina.
Diagnóstico temprano y prevención
El diagnóstico es crucial para mejorar la condición de quienes padecen la enfermedad. Por eso, la metodología de los talleres está diseñada para que, a través de juegos, las familias reconozcan el cuerpo, diferencien los brotes y aprendan a aplicar las cremas, un ritual cotidiano que para los pacientes, en ocasiones, resulta tortuoso. Al final, se cierra la jornada con actividades lúdicas para los niños. Se realizan entre cuatro y seis encuentros presenciales al año, los sábados.
La escuela propone un trabajo integral que incluye la autoimagen y distintas herramientas para lidiar con la ansiedad y la depresión, que a menudo acompañan a las personas diagnosticadas. Consejos para elegir las cremas y para mantener la relación con las mascotas, las alergias y los alimentos son algunos de los componentes de los talleres.
“A través de la psicología explicamos las herramientas para tramitar las emociones y entender que vivir con la condición no está mal. También hay un espacio para que los papás y las mamás cuenten sus días, sus noches sin dormir. Al final es muy beneficioso porque las familias se pueden desahogar y hablar sobre lo que ayuda y lo que no, mientras los pacientes aprenden ejercicios para relajarse”, comenta el doctor Torres- Pradilla.
Antes de finalizar cada taller, los pacientes aprenden a hacer el autoexamen con la escala de clinimetría PO Scorad (Puntaje Orientado para el Paciente), que sirve para monitorear la inflamación.
Esta es la enfermedad de la piel más frecuente en niñas y niños. Constituye entre el 15% y el 20% de las consultas dermatológicas pediátricas en América Latina.
Algunas recomendaciones para el cuidado diario de la piel de las personas con dermatitis atópica son:
- Evitar la automedicación y los remedios caseros.
- Utilizar productos suaves y sin fragancias que no alteren el pH de la piel, como aceites de ducha o syndet (jabones sin sulfatos) que no eliminan la grasa natural de la piel.
- Aplicar cremas hidratantes después del baño para mantener la piel húmeda. La crema ideal debe ser sin olor y sin color para pieles atópicas. El doctor Torres-Pradilla explica que hay más de 200 cremas en el mercado que cumplen con esta función.
- Identificar y elegir ropa cómoda y transpirable, que no cause irritación.
- Consultar a profesionales certificados que formen parte de la Asociación Colombiana de Dermatología y la Asociación Colombiana de Dermatología Pediátrica.
Si desea obtener más información sobre los talleres y eventos o acceder a recursos adicionales de la Escuela de Dermatitis Atópica, póngase en contacto, a través de WhatsApp, con el número 3505002725. Cualquier familia puede acceder a este servicio, según la disponibilidad.
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