Además de su sabor dulce y ligeramente picante, a este ingrediente se le atribuyen múltiples beneficios para la salud.
El árbol de canelo no mide más de 15 metros, crece en suelos húmedos y tiene hojas de color verde o rojizo (dependiendo del nivel de madurez de la planta) entrelazadas con unas flores que también pueden ser de color verdoso o amarillo.
Pese a que en el exterior es un árbol visiblemente atractivo, la magia realmente se encuentra en sus profundidades. Dentro de su corteza están las ramas secas de lo que popularmente se conoce como la canela. No en vano varios de los nombres de esta especia en múltiples idiomas traducen, literalmente, ‘corteza dulce’.
De acuerdo con un artículo publicado por la Biblioteca Biomédica de la Universidad de California (UCLA), los hebreos la utilizaban para hacer rituales religiosos; los romanos la usaban en perfumes y fragancias y los egipcios la aprovechaban para embalsamar cuerpos. En la Europa medieval, la canela se hizo popular por darle sabor a las comidas y a los vinos, y también como especia afrodisíaca y digestiva.
Más adelante, entre los siglos XV y XVII, la demanda por la canela aumentó tanto que los Europeos salieron en la búsqueda de nuevas tierras, detrás del oro y la riqueza como es bien sabido, pero también, detrás de las especias. Luego, en los siglos posteriores, con la aparición del opio, y en el marco de otros fenómenos sociales, se redujo la escasez de suministro de canela, y también el interés de las élites por consumirla. Hoy por hoy, la canela ceylan es un ingrediente accesible para los paladares de comensales en todo el mundo.
Beneficios
Para la doctora Iveth Pérez, nutricionista-dietista adscrita a Colsanitas, la canela es una especia que vale la pena tener en la alacena. “Hay estudios —algunos controvertidos— que muestran cómo el consumo de aproximadamente un gramo de canela en polvo al día tiene un impacto positivo en hemoglobina glicosilada, en el manejo de la glicemia, los niveles de colesterol en la sangre y en el perfil lipídico”, explica.
“La canela tiene además un efecto antimicrobiano y antes era utilizada para conservar productos cárnicos. Eso sí, lo mejor es leer muy bien la etiqueta del producto y asegurarse de que se está optando por canela ceylan y no cassia, que es la más comercializada, porque tiene concentraciones más altas de cumarina, un compuesto que puede tener un efecto hepatotóxico, es decir, perjudicar para el hígado”, añade la doctora Pérez.
De acuerdo con la Cleveland Clinic, un centro médico académico sin fines de lucro con sede en Estados Unidos, otros de los beneficios para la salud de la canela son:
1. Antioxidante. Es decir, que previene el daño oxidativo de las células en el organismo.
2. Astringente. Porque regula los movimientos intestinales y puede ayudar a disminuir la frecuencia y volumen de las deposiciones.
3. Carminativa. Es decir, que evita la formación de gases en el intestino.
4. Antiinflamatoria y cicatrizante.
5. Antifúngica y antibacterial.
Usos culinarios
Si usted no ha tenido la oportunidad de incluir la canela en su alimentación diaria y no sabe por dónde empezar, no se preocupe. Es una especia versátil que cae bien en preparaciones dulces o saladas.
Por ejemplo, puede espolvorear una pizca de canela en su avena, smoothie o granola todas las mañanas. Su sabor dulce y ligeramente picante también va muy bien en los productos horneados (panes, muffins o pancakes) y con frutas frescas como la manzana y la papaya. Si lo que quiere es aprovechar la especia en preparaciones de sal, un toque de canela resalta el gusto en platos con ingredientes como la batata (papa dulce), la zanahoria y el cerdo. Funciona muy bien en sopas y aderezos también.
Un tip adicional para mantener su frescura: lo mejor es almacenar, tanto las ramas como la canela en polvo, en frascos de vidrio, en un lugar frío y seco.
* Periodista. Tiene un posgrado en Nutrición de la Universidad de Barcelona. Instagram: @Lacucharadecata
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