Con su experiencia como deportista y, actualmente, como entrenador, Miguel Ángel Laverde ofrece a niñas de Bogotá la posibilidad de aprender gimnasia con un entrenamiento que integra salud física y mental.
Desde los cinco años, el bogotano Miguel Ángel Laverde se enamoró de la gimnasia. Su carrera como deportista de alto rendimiento le permitió convertirse a los 17 años en asistente de entrenamiento del club en el que se preparaba. En el 2022, con el apoyo de su familia y después de atravesar una crisis financiera causada por la pandemia del Covid-19, decidió hacer realidad su sueño e inauguró la escuela Gimnasia Élite Bogotá, en el barrio La Granja. “Siento que todo deportista que se ha convertido en entrenador sueña con tener su propio espacio, desarrollar su propia metodología, enseñar la gimnasia desde otro punto de vista”, comenta.
Miguel y su familia convirtieron un antiguo parqueadero en su propio centro de entrenamiento. Empezaron con un par de colchonetas y, poco a poco, fueron formando la infraestructura de la que hoy disfrutan, con barras fijas y de equilibrio, trampolín y todo lo necesario para las disciplinas que ofrece la escuela: gimnasia artística, rítmica y aeróbica. Cada modalidad es enseñada con dedicación y cuidado, asegurando que las niñas reciban una formación integral y de alta calidad.
Miguel Ángel es el entrenador líder del club, que cuenta con siete entrenadores más. Marisol, su madre, administra la escuela con el apoyo de Miguel Ángel y sus cuatro hermanos en diferentes roles. Ella se encarga de la logística, los permisos y los viajes para las competencias. Sus hermanos mayores, Diego y Andrés, tienen asignada la atención al cliente y la identidad visual de la escuela.
El club tiene las puertas abiertas para niñas a partir de los cuatro años, a quienes se les evalúan las habilidades motrices para brindarles una preparación adecuada. También reciben personas adultas que quieran mejorar su flexibilidad o aprender nuevas habilidades. “Nosotros le podemos enseñar a un adulto a hacer una parada de manos, una media luna o un mortal. Recibimos adultos para que logren sus metas personales”, agrega el entrenador.
La experiencia de Miguel Ángel como deportista lo ayuda a entender los desafíos que enfrentan sus alumnas para animarlas, fortalecerlas y ayudarlas a superar obstáculos y conseguir sus objetivos. Miguel expresa que en las clases de gimnasia que recibía siendo un niño era habitual el trato estricto y rudo. Por eso decidió cambiar esa usual metodología y apoyar a las niñas en su camino de una manera más pedagógica y amable. Su enfoque en la diversión y el bienestar emocional de las alumnas es clave para el aprendizaje y el progreso en la gimnasia, pues ha tenido mejores resultados al brindar un espacio de confianza a sus estudiantes. Esta metodología no solo fomenta el desarrollo físico, sino también el amor por el deporte.
Practicar deporte durante la infancia es fundamental para el desarrollo integral de niños y niñas. De la práctica aprenden la disciplina, el esfuerzo y la constancia, contribuyendo a mejorar su salud física y mental. Miguel Ángel resalta la relevancia de la conciencia corporal en la gimnasia, destacando los diferentes grupos musculares que trabajan en conjunto para mantener la estabilidad y una buena postura durante las acrobacias. En su escuela las estudiantes reciben un entrenamiento completo, realizan preparación física general y específica, junto con ejercicios de flexibilidad, de coordinación y motricidad. El entrenador reconoce que la gimnasia, como deporte de alto impacto, genera riesgos de lesiones como sobrecargas musculares, esguinces y fracturas, por lo que recomienda una preparación física adecuada, planificación, cuidado muscular, buena alimentación, hidratación y descanso para minimizar estos riesgos y promover un desarrollo físico saludable
En la escuela Gimnasia Élite Bogotá cada niña cuenta con apoyo emocional para su formación como gimnasta. Cada tres o seis meses trabajan con un psicólogo deportivo que las ayuda a superar sus miedos y regular sus emociones, alivianando preocupaciones o limitaciones que tengan en su mente. Este es un proceso sumamente importante, pues este deporte tiene una alta probabilidad de deserción por falta de apoyo, una de las razones por las que Miguel se apartó de su carrera como gimnasta.
A este apoyo emocional se suma la formación a los padres de familia: “Educando primero al padre de familia se solucionan muchos problemas que se reflejan en el desempeño de las niñas. Hay padres de familia desinteresados, otros muy competitivos… o creen que el dinero todo lo puede. Entonces conversamos también con ellos, para que acompañen y sean conscientes del proceso de sus hijas, que cada una es diferente y tiene un ritmo distinto, con el propósito de no presionarlas excesivamente”. A través de estas estrategias, las niñas se sienten valoradas y se les ofrece un entorno en el que estén cómodas, respaldadas y tranquilas.
Este enfoque en el bienestar de las deportistas le ha permitido al club establecer una relación saludable y cercana entre la escuela, las alumnas y los padres de familia. Todos tienen voz y voto en decisiones en cuanto al vestuario y las competencias en otras ciudades, buscando facilitar la participación de cada niña según las condiciones de sus familias.
A este apoyo emocional se suma la formación a los padres de familia: “Educando primero al padre de familia se solucionan muchos problemas que se reflejan en el desempeño de las niñas. Hay padres de familia desinteresados, otros muy competitivos… o creen que el dinero todo lo puede. Entonces conversamos también con ellos, para que acompañen y sean conscientes del proceso de sus hijas, que cada una es diferente y tiene un ritmo distinto, con el propósito de no presionarlas excesivamente”. A través de estas estrategias, las niñas se sienten valoradas y se les ofrece un entorno en el que estén cómodas, respaldadas y tranquilas.
Este enfoque en el bienestar de las deportistas le ha permitido al club establecer una relación saludable y cercana entre la escuela, las alumnas y los padres de familia. Todos tienen voz y voto en decisiones en cuanto al vestuario y las competencias en otras ciudades, buscando facilitar la participación de cada niña según las condiciones de sus familias.
“Queremos que todos se sientan parte de nuestra comunidad. No queremos desarrollar una empresa o un negocio, sino una comunidad para magnificar la gimnasia”
Adicionalmente, el gimnasio ha unido a la familia de Miguel Ángel y le ha brindado oportunidades de resolver en conjunto conflictos que se han presentado a lo largo de los años. “El primer año fue complicado”, cuenta Miguel. “Hubo momentos en que pensamos parar por dificultades económicas, pero entonces se acercaba una competencia, las niñas estaban ilusionadas y el compromiso con ellas nos hacía permanecer fuertes”, añade. Esta entereza de su líder ha llevado al club a ser uno de los más valorados a nivel nacional en gimnasia artística y rítmica. El pasado mes de junio, las deportistas del club destacaron con su participación en el International Gymnastics Cup Medellín 2024, donde obtuvieron medallas en gimnasia rítmica y artística.
Miguel sueña con que alguna de sus estudiantes forme parte de la selección Cundinamarca o Bogotá, y que su escuela pueda servir de cantera para identificar deportistas de alto rendimiento. La escuela de Gimnasia Élite Bogotá no solo es un centro de entrenamiento, sino también un lugar donde las niñas pueden soñar y crecer en un ambiente positivo y enriquecedor.
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