Es común sentir angustia, incertidumbre y miedo frente a la actual emergencia sanitaria por la COVID-19. Por eso compartimos esta serie de recomendaciones para afrontarla de manera adecuada desde el plano emocional.
urante una emergencia sanitaria como la que hoy enfrentamos en todo el mundo es común preocuparse por la salud de los seres queridos, sentir incertidumbre por el futuro y frustración por el encierro. Por tales razones se recomienda manifestar las emociones de la manera que más cómoda que encuentre, y evitar en lo posible reprimirlas: no hay que tener miedo a sentir, es más, es fundamental hacerlo para garantizar la salud mental.
La importancia de un ambiente tranquilo
Las buenas prácticas pueden empezar a multiplicarse si empiezan por uno mismo. Mantenerse bien informado y llevar a cabo todos los cuidados necesarios puede ayudarle a mantener la calma y transmitirla a los demás. Toda acción solidaria y comprometida con los demás contribuye a la salud en colectivo.
Es importante tener en cuenta que todas las personas actúan de maneras distintas a la hora de enfrentar una situación difícil. Por lo menos dos veces a la semana, reúna a su familia en un lugar cómodo y cuénteles cómo se ha sentido, cuáles han sido sus pensamientos, emociones y reflexiones, y pregúnteles cómo se han sentido ellos, con empatía y comprensión. Durante el estado de alerta actual, lo mejor es evitar los enfrentamientos con quienes le rodean o con quienes tiene comunicación constante.
La comunicación permanente con los más cercanos respecto a las emociones siempre ha sido importante para los seres humanos, y en este momento se requiere mucho más. Las conversaciones frecuentes pueden evitar que se acumulen pensamientos negativos, y con ello disminuir las posibles afectaciones a la salud mental de las personas que están compartiendo el espacio.
En muchas ocasiones, quienes se encargan del cuidado de los niños o adultos mayores en casa se olvidan de que tanto su salud física como mental son importantes. Para evitar afectaciones, si usted está a cargo de otras personas como niños o ancianos, póngase metas de autocuidado: mantener pensamientos positivos, separar momentos de descanso, asegurarse una alimentación adecuada en un espacio apropiado, mantener una rutina de ejercicios acorde con sus capacidades físicas, y tener horarios definidos para leer noticias relacionadas con la emergencia sanitaria, así como momentos de descanso frente a la labor del cuidado.
¿Cómo gestionar las emociones?
Hablar es una herramienta poderosa para reconocer y tratar las emociones. Es importarte recordar que todas las personas a nuestro alrededor pueden estar experimentando sensaciones parecidas a las nuestras, y por eso todos deben sentirse seguros y en confianza durante la charla.
Descansar de la información relacionada con la COVID-19 ayuda a evitar emociones negativas. Determine cuánta información es necesaria para estar al día con el estado de la situación y dedique el resto del tiempo a otras actividades. Es el momento de cocinar, de leer, de coser, de cuidar las plantas.
Escuchar a otros con empatía y sin demeritar sus sentimientos puede permitirle reconocer en usted emociones que no había identificado.
Promover la unidad entre las personas que viven con usted. Fomente la confianza al compartir información sólida que provenga de fuentes confiables.
Buscar el contacto escrito o virtual con los familiares y amigos que están lejos, pues esto disminuye el impacto psicológico en situaciones de aislamiento.
¿Qué hacer si las emociones negativas persisten?
Es posible que en algún momento usted llegue a experimentar ansiedad, agitación, angustia, dificultad para concentrarse o para conciliar el sueño. En cualquiera de estos casos, siga las siguientes recomendaciones:
1. Pregúntese cuáles de sus pensamientos negativos puede convertir en positivos.
2. Busque entablar conversaciones que le generen esperanza y entusiasmo.
3. Identifique cuál emoción está sintiendo y reconózcala como parte suya, sin juzgarse.
4. Hágase usted mismo un llamado a la realidad: si está sano y ha tenido todos los cuidados recomendados, eso puede ser suficiente para estar tranquilo.
5. Asegúrese de recurrir a datos fiables a la hora de informarse.
6. Evite leer información no verificada.
7. Mantenga una comunicación activa con familiares, amigos o compañeros de trabajo.
Qué hacer con los niños
Los niños tienen la capacidad de comprender que la sociedad se encuentra en un estado de alerta, por eso es importante que se les permita manifestar sus dudas y emociones. Los padres o cuidadores son la mayor fuente de confianza para los niños, por lo tanto es importante que les proporcionen información confiable y adaptada a su edad, y les ayude a entender sus emociones con un enfoque positivo. En la medida de lo posible, mantenga sus rutinas de aprendizaje, e invíteles a proponer nuevas formas de pasar el tiempo en familia. Hable con ellos y explíqueles por qué son tan importantes las medidas de protección y cuáles son los beneficios que traen a nivel individual y colectivo.
Qué hacer con los padres o adultos mayores
A diferencia de los niños, los adultos mayores pueden tener mayor necesidad de independencia, por lo que no es recomendable tratar de imponer las medidas de protección. Los ancianos corren mayor riesgo de contagio, por esto es importante que sepan por qué se toman las medidas de protección y cuál es el estado de la emergencia: empiece por preguntarles qué saben ellos de la situación y cómo se sienten frente a ella. En caso de no tener información veraz, cuénteles con cautela pero sin condescendencia el estado actual de la pandemia.
*Con información de la Comisión de Salutogénesis Keralty conformada por las representantes de las áreas de Desarrollo Humano, Instituto Global de Excelencia clínica, Salud mental, Fundación Keralty, Agencia de Calidad y Seguridad del ecosistema Keralty S.A.S
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