Uno de los alimentos más completos de nuestra dieta está rodeado de mitos e informaciones muchas veces falsas. ¿Qué será lo que tiene el huevo?
o es un alimento exótico, no sufre el capricho de las cosechas, no hace que la boca se vuelva agua con verlo, no es costoso. Es el huevito de todos los días, el que arregla una cena, el que completa un desayuno. Es tan noble, tan completo, tan buen compañero que permite hacer mil preparaciones. Hay quien dice que un chef muestra todo lo que sabe con un huevo.
1.
Para el huevo no todo tiempo pasado fue mejor. Hace unas décadas se le acusó de aumentar el colesterol, de llevar a la obesidad y de “cargar” al hígado. Más por ignorancia que por diagnóstico clínico, se le consideró el peor enemigo de la salud cardiovascular.
Todo comenzó a cambiar cuando se comprobó que el colesterol no es malo para la salud. Al contrario, hoy se sabe que es una sustancia esencial para la vida, ya que hace parte de las membranas celulares y es indispensable para la producción de hormonas como estrógeno, andrógenos y progesterona. El colesterol también está en la bilis, necesaria para la adecuada digestión de las grasas y vitaminas A, D, E y K, y junto con otros ácidos grasos, hace parte de la mielina, membrana que recubre el sistema nervioso y sirve de cable de conexión entre los nervios para que puedan comunicarse mejor y más rápido. El descubrimiento lo hizo el neurocientífico colombiano Rodolfo Llinás en 1997.
2.
El huevo es inocente, y siempre lo fue: cerca del 80 % del colesterol que circula en nuestro organismo es de carácter endógeno, es decir, que el mismo organismo lo produce. “Solo el 20% restante se obtiene de los alimentos que consumimos”, aclara el cardiólogo Jhon Ayala.
Después de analizar en detalle cómo se forma la placa de grasa alrededor delas arterias, hoy se tiene una mejor percepción del vínculo entre el colesterol que contiene el huevo y la enfermedad cardiovascular, y hasta se ha comprobado incluso el papel cardioprotector cuando hace parte de una dieta equilibrada.
3.
El punto más controvertido del huevo es que su yema es rica en ácidos grasos. Sin embargo, el contenido de grasa en un huevo es de solo el 11 % y aporta 80 calorías, menos que un banano (90 calorías), un vaso de cerveza (100 calorías) o medio aguacate (150 calorías). Además, la grasa que hay en la yema contiene unas sustancias llamadas fosfolípidos, que son indispensables para la memoria y el aprendizaje porque mejoran las conexiones entre los nervios, como lo explicó Rodolfo Llinás en su momento.
4.
La mayor virtud del huevo no está el tipo de colesterol que tiene ni en sus ácidos grasos esenciales, sino en la proteína que ofrece, señala la nutricionista Ilmayé Sanabria. En el mundo de la nutrición se le conoce como la joya proteica porque contiene todos los aminoácidos esenciales (pequeñas moléculas que constituyen las proteínas) de la dieta humana.
Un huevo contiene 6,3 gramos de proteína del más alto valor biológico, es decir que contiene todos los aminoácidos. Ningún otro alimento los agrupa a todos. Esto es importante porque las proteínas están presentes en cada una de las células del organismo. Los huesos, los músculos, los tendones, los dientes, la piel, la sangre, las uñas y hasta el vello están formados por proteínas. Para tener una mejor idea, las proteínas representan cerca del 40 % del peso del cerebro y en el plasma sanguíneo.
5.
El secreto para aprovechar las virtudes del huevo es saber cómo combinarlo y no caer en excesos, explica el cardiólogo Ayala. “Si se prepara dos huevos todos días con jamón, o salchichas, o chorizo, los frita en mantequilla y se los come con un croissant, seguramente las cifras de colesterol y triglicéridos le indicarán que tiene un alto riesgo de enfermedad cardiovascular. Pero no será por culpa del huevo, sino por los acompañamientos”. Todos los especialistas en salud coinciden en que con el huevo es como con todo: con moderación.
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